Hay que remontarse hasta 2006 para ver un primer atisbo de la personalidad de un director como John Hillcoat en pantalla. Si bien el realizador australiano comenzó su carrera en el mundo del largometraje a finales de los años 80 con 'Ghosts... of the Civil Dead', cinta que también escribió, no sería hasta el citado año que su nombre se presentaba de forma internacional con 'La propuesta', salvaje western que pudo verse en Cannes y Toronto y que recogió más de una decena de premios en Australia, el cual podemos entender como su carta de presentación, manifestándose como alguien que conoce al dedillo las normas establecidas por el género.
Tras haberse elaborado un amplio currículum como realizador de videoclips (actividad que no ha dejado de realizar), entre cuyos créditos pueden verse nombres como HIM, Depeche Mode o MUSE, no es hasta 2009 cuando su nombre empieza a llegar a una mayor parte del público gracias a 'La carretera'. Basada en la novela homónima de Cormac McCarthy, ganadora del Premio Pulitzer en 2007, puede ser que los peligros derivados del hecho de querer adaptar tan ambicioso proyecto creasen unas expectativas que para muchos no superó, pero aunque la película no vaya a pasar a los anales de la historia, su marcado espíritu de cine de serie B vestido de mainstream la convierte en un título apocalíptico a reivindicar.
Tras el western y el apocalipsis, y tras dar un paseo a través del neo-noir con 'Sin ley (Lawless)', título disfrutable que nos lleva hasta uno de los momentos más sugerentes de la historia americana como lo es el periodo de la Ley Seca; John Hillcoat regresa este año con 'Triple 9', thriller de acción marcado por la oscuridad de unos personajes que sirven de catalizador para que la violencia más descarnada se libre en las calles de Atlanta, Georgia.
Escrita por Matt Cook, presenta una historia de personajes mezquinos y ruines, de villanos y antihéroes entre los que cuesta que la bondad salga a relucir, pues ni tan siquiera los más buenos consiguen alumbrar con su luz un camino tan oscuro como el que el espectador va a vivir. La trama es sencilla: un grupo de mafiosos en asociación con dos policías corruptos planean un golpe con la intención de utilizar el código Triple 9, "agente caído", por lo cual toda la policía de la zona deberá acudir al lugar de los hechos y así poder alejar a cualquier representante de la ley del sitio donde pretenden hacer su trabajo.
Casey Affleck se pone en la piel de Chris Allen y lo hace dispuesto a que recordemos que más allá de ser un secundario de lujo, es capaz de regalar actuaciones de altura que traen a la memoria a sus Robert Ford y Patrick Kenzie de 'El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford' y 'Adiós pequeña adiós (Gone Baby Gone)'. En esta ocasión, y pese a que 'Triple 9' puede jugar perfectamente en la liga de películas corales, existen otros dos personajes encargados de convertir en opulencia su estatus de secundarios: Woody Harrelson y Kate Winslet. El primero, cuyo papel es el del Jeffrey Allen, detective y tío de Chris, abarrota cada plano de los que aparece con un carisma al nivel de lo que logró en 'True Detective', el gran redescubrimiento del Harrelson actor más allá de las producciones convencionales.
Lo de Winslet, por otro lado, constata que la británica es de otro mundo, de un mundo donde las actrices son seres superiores que subliman todo aquello que hacen. Para esta ocasión, le toca ejercer de villana de la función, una mujer sin escrúpulos, Irina Vlaslov, mujer de un mafioso encarcelado y culpable de toda la maraña de violencia que girará alrededor del golpe a instigar. Si hace unos años Kristin Scott Thomas se transformaba en Crystal, la matriarca sin piedad de 'Solo dios perdona', ahora Kate Winslet encarna a otra femme fatale de las que llegan dispuestas a convertirse en icono instantáneo. Lástima que no se apueste por desatar aún más toda la violencia contenida que destila su personaje, algo que hubiera encajado a la perfección en un título que se queda a medias tintas en cuanto a la presunta sordidez que pretende mostrar.
Violencia coral
Anthony Mackie, el nuevo compañero de Chris Allen y uno de los policías corruptos, se desliga del Falcon del Universo Cinematográfico Marvel para encarnar a uno de los villanos de la función, una de las insignias de la corrupción presentes en el film junto al personaje de Franco Rodríguez, a quien interpreta otro robaescenas, Clifton Collins Jr..
Aaron Paul, Chiwetel Ejiofor y Norman Reedus completan el heptágono de la infamia representada en pantalla, una suerte de personajes que caminan fuera de la moralidad y que reflejan algo que está a la orden del día y que no podemos obviar: la podredumbre en el sistema se extiende hasta límites insospechados.
Nota: 6
Lo mejor: Kate Winslet y Woody Harrelson, sublimes.
Lo peor: Pese a plasmar cierta sordidez, llega un momento en que se pierde entre tanta violencia y las relaciones establecidas entre los personajes dejan de tener la fuerza que una historia así debería tener.