Tener la posibilidad de visionar películas como 'Trumbo. La lista negra de Hollywood' es una gozada, sobre todo si eres de esas personas que disfrutan descubriendo los entresijos del juego de Hollywood y/o le gusta un buen relato sobre política (que no de políticos) durante la Guerra Fría. Estas dos cosas son las que nos ofrece el biopic de Dalton Trumbo dirigido por Jay Roach (en lo que se revela como un interesante cambio de registro, siendo un director al que tenemos "encasillado" en la comedia por producciones como el remake de 'La cena de los idiotas' o sus escarceos con Austin Powers y los Focker.
¿Pero quién es Dalton Trumbo? Novelista, guionista y hasta director de cine, Dalton Trumbo fue uno de los más importantes escritores del Hollywood de la edad dorada, obteniendo dos Oscar y siendo el autor de libretos como los de 'Espartaco', 'Johnny cogió su fusil' (film que además dirigió y que se basa en su propia novela por la que obtuvo el National Book Award en 1939). Se trata de una figura que por cuestiones políticas ha pasado demasiado tiempo en la sombra del anonimato pero a la que hoy día se reconoce como uno de los grandes de la industria (para ampliar, os recomendamos nuestro artículo dedicado a su figura).
La película, basada en el libro de Bruce Cook, nos sitúa a finales de los años 40, en pleno cénit profesional del guionista, y también en los comienzos de la represión liberal contra los comunistas norteamericanos, la etapa pre-McCarthy. Y claro, siendo Trumbo un comunista declarado (pero defensor de los valores estadounidenses) y, al mismo tiempo, un hombre acomodado, se granjeó ciertos enemigos. Vivía con unas "contradicciones" que le traerían serios problemas durante una etapa de su vida.
Una vida de película
Miembro de la lista negra de Hollywood junto a otros nueve compañeros, Dalton Trumbo dedicó buena parte de sus esfuerzos en acabar con ella y devolver (a sus compañeros y a sí mismo) el derecho a ganarse la vida y prosperar con su propio esfuerzo. Ese es el conflicto principal de un sistema que teoriza de una forma y practica de otra ante quienes no se doblegan. Si bien la película no busca posicionarse políticamente, sí que procura retratar bien la situación de injusticia en la que se vieron obligados a vivir los diez de Hollywood, subrayando el drama humano de cada uno de ellos, en cómo sus afiliaciones políticas les afectaron a ellos y sus familias.
Desde que arranca, la acción va como un tiro, no dejan de sucederse los acontecimientos en pantalla, siempre con Trumbo como eje central, a través del cual vamos conociendo el funcionamiento del Hollywood de la época (que seguramente no diste mucho del actual) y esa vertiente política que no era del gusto de todo el mundo. Puede que una vez puestas todas las cartas sobre la mesa, antes de llegar al clímax final (lo que correspondería a la segunda mitad del segundo acto), la narración se estanque un poco, pero teniendo en cuenta que su metraje supera las dos horas y que, a fin de cuentas, es una historia de gente hablando, no es una rémora muy pesada.
Metidos en la industria, resulta divertido ver los cameos de algunas de las estrellas de la época, muy bien caracterizadas (al igual que la recreación de los decorados de la época). Echando un vistazo a su filmografía, es relativamente sencillo aventurarse a dar nombres, pero no vamos a ser nosotros quienes lo hagan para no estropear ninguna sorpresa. Por lo general el reparto está a un nivel envidiable, con especial atención a los trabajos de Helen Mirren y, por encima de todos, Bryan Cranston. Es una lástima que el Oscar de este año estuviera oficiosamente asignado a Leonardo DiCaprio (y que luego se llevó), porque Cranston habría sido un dignísimo vencedor. Superados los 60 años, el californiano está, sin lugar a dudas, viviendo el mejor momento de su carrera.
Nota: 8/10
Lo peor: Un poco de tijera nunca viene mal
Lo mejor: Un Bryan Cranston de Oscar.