Tras una ópera prima que polarizó a crítica y público, 'Hostile', el cineasta francés Mathieu Turi regresa con una nueva propuesta claustrofóbica, 'El tubo', presentada en la Sección Oficial del Festival de Sitges y que llega dispuesta a ofrecer un angustioso viaje personal a través de escenarios asfixiantes. Un filme igual de austero que busca con pocos recursos causar un efecto muy similar al de producciones más ambiciosas.
'El tubo' comienza con una puesta en escena que lleva al engaño. Lisa, interpretada por Gaia Weiss, está en medio de la nada, con ganas de dejar de vivir. La mujer es recogida por un misterioso hombre, el actor finés Peter Franzén con un bien logrado acento estadounidense, el cual es buscado por la justicia. Esta primera secuencia lleva a la confusión, pues da a entender que se está ante un filme de terror en el que la protagonista debe escapar de su captor.
Sí, Lisa debe escapar pero no del misterioso hombre, sino de una extraña situación que Turi, quien también firma el guion, va desvelando poco a poco, aunque nunca llega a explicarlo del todo. Lo que parecía un filme slasher acaba derivando en una cinta de ciencia ficción que recuerda a sagas como 'Cube' o 'Saw', pues la mujer termina encerrada en un asfixiante habitáculo y con una mano unida a un extraño sensor que sirve también de contador y tendrá que ir pasando diferentes pruebas antes de que la cuenta atrás termine.
Un filme que cuenta con una estupenda puesta en escena y una entregada actriz, pero que repite fórmulas ya vistas
Turi sabe crear atmósfera de tensión y de terror, especialmente en los primeros instantes de la cinta, en los que reina la incertidumbre. La claustrofobia de estar en un lugar en el que apenas se puede respirar recuerda a 'Enterrado (Buried)', especialmente por el hecho de que la protagonista busca escapar como sea. En esa lucha frenética por la supervivencia, el realizador juega con el público y la tensión, logrando captar la atención constante, provocando también la empatía de los espectadores por esa mujer que termina convirtiéndose en una heroína improvisada.
Turi ofrece pocos datos, aunque los suficientes para que Lisa conecte con el público, al convertirse su lucha por la supervivencia en una metáfora de su catarsis a la hora de aceptar la muerte de su hija y ser capaz de mirar hacia delante. Sin embargo, a Turi se le acaba yendo de las manos su propuesta. A pesar de tener un diseño de producción hipnótico y una fotografía que ahonda en los claroscuros, el guion de Turi termina en un callejón sin salida, provocando que su giro a la ciencia ficción resulte algo surrealista.
En cierta forma, 'El tubo' parece la versión B de la estupenda 'Oxígeno', otro filme claustrofóbico estrenado este año. Sin embargo, Alexandre Aja sí que supo crear una respuesta mejor elaborada a una propuesta que también combinaba ciencia ficción con una historia de amor (en este caso romántico). No obstante, sí que es cierto que Turi sabe mantener la tensión en su filme, mostrando un pulso como cineasta que parece que va progresando adecuadamente.
Nota: 6
Lo mejor: Las primeras escenas de Lisa en el tubo, la incertidumbre y angustia que provoca su oscura puesta en escena.
Lo peor: Da demasiados tumbos, varios giros de la cinta buscan el efectismo, provocando que pierda coherencia.