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CRÍTICA

'La última película': Sentido homenaje al cine y al celuloide

Crítica de 'La última película', dirigida y escrita por Pan Nalin. Espiga de Oro en la 66ª edición de la SEMINCI de Valladolid. Presentada en el Festival de Tribeca. Protagonizada por Bhavin Rabari.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 18 de Marzo 2022 | 09:26
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Había expectación por ver en salas comerciales a 'La última película', ganadora de la Espiga de Oro a la mejor película en la 66ª edición de la Seminci de Valladolid, donde venció a títulos como 'El contador de cartas', 'El acontecimiento', 'Un héroe' o 'Compartimento No. 6'. El cineasta indio Pan Nalin, tras su reivindicativa '7 diosas', realiza un sentido homenaje a la infancia, al cine y al celuloide con su propuesta más redonda desde la fascinante 'Samsara', una respuesta contemporánea y oriental a aquella majestuosa obra titulada 'Cinema Paradiso'.

La última película

Con espíritu autobiográfico, 'La última película' sitúa la trama en 2010, año que significó para la India el fin de la proyección de largometrajes en 35mm, pues los cines pasaron a tener un proyecto digital. En ese año, Samay, un niño de provincias, que vive en Chalala, un pequeño pueblo situado en Saurashtra, en el estado indio de Gujarat, descubre la magia del cine cuando acude con sus padres y su hermana a la proyección de una película de carácter religioso.

Así comienza la fascinación del protagonista por la gran pantalla, por atrapar la luz en la oscuridad, por captar las imágenes, por narrar historias, por ese gran trampantojo que es el séptimo arte. Comparada con 'Cinema Paradiso', Nalin va más allá, pues expone la experiencia cinematográfica como un elemento más profundo, en cómo el celuloide permite ver las vísceras de lo que significa la cinematografía y cómo esta se disfruta cuando es una experiencia colectiva. El cineasta muestra también cómo el cambio tecnológico es un arma de doble filo, que ha abierto la puerta a un tipo de consumidor pero que ha desplazado a otros.

La última película

Una mirada poética al cine y también a la propia vida

Ahora bien, 'La última película' es más que un homenaje al cine, lo es también a la infancia y a la ilusión por cumplir los sueños. Nalin huye de cualquier mensaje sensiblero o naíf, al mostrar frontalmente las dificultades de una familia de provincias, cuyo cabeza de familia se gana la vida vendiendo té en la estación de tren del pueblo. Los momentos del pequeño con su pandilla de amigos redescubriendo la magia del cine, de la luz, del movimiento, son fascinantes. A ello se le suma cierta mirada costumbrista que se plasma en los primeros planos de la madre de Samay preparándole su fiambrera.

La última película

'La última película' tiene mucho de fábula, pero no por ello olvida su vena social. El resultado es un relato esperanzador sobre la infancia, así como también sobre el cine, al cual le dedica una especie de elegía para después mostrar cómo este resucita cual ave fénix. Por otro lado, es increíble el material de archivo al que Nalin rinde homenaje, plasmando escenas de películas del Bollywood clásico, dándole así a la cinta cierto aire añejo que hace olvidar que la trama está situada en 2010 y no en los años 80 o 90.

Puede decirse que 'La última película' es heredera del celebérrimo largometraje de Giuseppe Tornatore de 1988. Pero, afortunadamente, es mucho más. Como sucedió con 'Samsara', Nalin firma un relato costumbrista acerca de los deseos y anhelos, enfocados desde una perspectiva infantil y alejada de esa mirada propia de la pubertad. Sin embargo, el que sea más inocente no implica que sea una historia empalagosa. Nalin vuelve a demostrar ser un maestro de lo cotidiano, sin por ello dejar de reivindicar los aspectos más luminosos de la vida, como el propio deseo de Samay de capturar la luz.

Nota: 8

Lo mejor: Recuerda que la magia del cine, incluso más allá del celuloide, es una experiencia colectiva que debe disfrutarse ante una gran pantalla.

Lo peor: Su protagonista infantil y su mirada esperanzadora puede provocar la idea errónea de estar ante un filme excesivamente sentimental.

Películas
  • Año: 2021
  • 100 min. India Drama
Rostros