La vida rural no es que sea retratada con asiduidad, pero mucho menos la vida de los ganaderos y agricultores. El realizador francés Hubert Charuel debutó en la dirección de largometrajes con 'Un héroe singular', mostrado en un pase especial de la Semana de la Crítica del 70º Festival de Cannes y premiado con tres César de la Academia Francesa, un filme tremendamente personal con el que Charuel ofrece una propuesta diferente que entremezcla dos elementos, aparentemente, tan lejanos como el naturalismo costumbrista de la vida rural con el cine de intriga y suspense.
Pierre es un hombre treintañero que vive por y para sus vacas. Es productor de leche y toda su vida gira en torno a la granja familiar, apenas guarda relación con otra gente, siendo su relación más cercana con su hermana Pascale, que es veterinaria y le ayuda en lo referente a la salud de los bovinos. Todo surge con una apacible monotonía hasta que una de las vacas de Pierre empieza a no encontrarse bien. El hombre teme que la vaca se haya contagiado de una extraña fiebre, similar al llamado mal de las vacas locas. Cuando se confirma que la vaca se ha contagiado de la epidemia que empieza a surgir en Francia, Pierre verá que su mundo corre peligro de derrumbarse, no solo porque esa es su forma de ganarse la vida, sino porque las vacas son su pasión y, por ello, hará todo lo posible para salvarlas.
La vida al borde del abismo
Pese al curioso título que se le ha puesto en español [en francés la película se titula 'Petit paysan', cuya traducción literal sería "pequeño agricultor" pero que en la lengua de Molière también hace referencia a cómo se le llama, algunas veces de forma despectiva, a los hombres de pueblo], lo cierto es que 'Un héroe singular' tiene mucho de drama y suspense, poco de comedia y nada del tono feel-good que podría dar a entender su título en español. Es más, el filme está más relacionado con el magnífico drama (y áspero) islandés 'Rams (El valle de los carneros)' que con la agradable 'Un doctor en la campiña'.
De hecho, Charuel deja bien claro desde el inicio que no se está ante un filme naturalista, de corte costumbrista, que venga a ensalzar la vida en el campo, al empezar con una escena de ensoñación en la que las vacas invaden el espacio privado del protagonista. El realizador, egresado en la prestigiosa Escuela Nacional de París, La Fémis, es hijo de ganaderos vacunos. Con lo cual, conoce de primera mano la vida en el campo. Eso se nota en la forma de rodar del largometraje. Charuel, que coescribió el guion con Claude Le Pape, la coguionista de la estupenda 'Les Combattants', sí aprovecha el naturalismo para las escenas iniciales, en las que muestran el mundo de Pierre, su carácter, su relación con el ganado. Es esa presentación la que hace que se entre de lleno en el día a día del protagonista y se conozca, de forma antropológica, la solitaria vida del ganadero, en la que hay poco espacio para las amistades, incluso para citas amorosas fallidas, siendo la vida en la granja la que se come el terreno completamente.
Tras la presentación, Charuel da un giro, acercando al filme al suspense, con ciertos toques de cine noir, cadáveres incluidos. Porque la película es la historia de amor de un hombre por sus vacas y también de cómo el propio granjero debe convertirse en una especie de "asesino en serie" de esos animales a los que tanto ama. En esa huida hacia delante, cuyo destino se antoja poco halagüeño, Charuel aprovecha para hacer una feroz crítica al sistema ganadero actual, que aboca a la extinción al granjero tradicional, a la pequeña empresa en pos de una producción aséptica e industrial; también el realizador crea un retrato de las obsesiones del protagonista, atrapado por un destino que se desconoce si, en algún momento, realmente lo quiso.
Swann Arlaud está sublime
Con esos elementos de suspense y crítica social con cierta vena costumbrista, la guinda de 'Un héroe singular' está en su protagonista, un sublime Swann Arlaud. El actor de 37 años siempre había tenido un perfil secundario, destacando en películas como 'El jardín de Jeannette', 'Los anarquistas' o 'Unos días para recordar'. Con 'Un héroe singular', Arlaud no solo demuestra madera para llevar el peso de un papel protagonista, sino que deslumbra con una interpretación fantástica, metiéndose de lleno en su papel de ganadero, literalmente, puesto que vivió con los padres del director para estudiar su personaje a fondo, además de ayudar en tareas relacionadas con el cuidado de las vacas.
Arlaud, que en febrero de 2019 volverá con otro protagónico, 'Grâce à Dieu', el polémico filme que prepara François Ozon, se gana a pulso el César que le otorgó la Academia Francesa. A su lado una estupenda Sara Giraudeau, que se llevó el César a la mejor actriz de reparto. Giraudeau, que ya destacó en 'Les bêtises' y 'Rosalie Blum', trae su papel más dramático hasta el momento, siendo la voz sensata del filme y el lazo más fuerte de Pierre con el resto de la sociedad.
'Un héroe singular' es un debut magnífico, tremendamente personal pero con la suficiente distancia para crear auténtica ficción. Charuel trae una mirada cínica y amarga de la vida del ganadero, con elementos sorprendentes del suspense, entremezclado con el drama y cierto humor ácido, cercano más a la ironía que a la comedia en sí. Estupenda, ideal para quitarse las ideas románticas sobre vivir en el campo y, a la vez, la denuncia de la desaparición de un tipo de vida.
Nota: 8
Lo mejor: La interesante transición de drama costumbrista al cine de suspense y Swann Arlaud, que está magnífico.
Lo peor: Tener prejuicios sobre la temática del filme, que se aleja mucho del aparente tono feel-good de su título.