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CRÍTICA

'Un lugar tranquilo': ¿Quién dijo que en el silencio estaba la calma?

John Krasinski dirige, escribe y protagoniza una magnífica obra de terror con tintes de drama familiar que va a dejar sin palabras a los amantes del género.

Por Luisa Nicolás Más 20 de Abril 2018 | 17:25
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Pocas cosas dan más miedo que un ruido desconocido en medio de la noche, pero es aún más aterrador cuando vives en un mundo infestado de monstruos extraterrestres que se comerán de un bocado cualquier cosa que emita sonido. Esta es la premisa del thriller de terror de John Krasinski, donde una familia tiene que vivir su vida en completo silencio. A modo de parábola sobre el miedo y la responsabilidad de la paternidad, 'Un lugar tranquilo' es una aventura de supervivencia, una película pensada para mantenerte al borde del asiento y destrozarte los nervios.

Vivimos en un mundo infectado de estímulos sonoros, una llamada de teléfono, el tictac del reloj en la pared, el motor de un coche, una puerta que se cierra con el viento. Cuesta imaginar qué sería de nosotros sin todo el ruido que nos acompaña y si gritar para pedir ayuda se convierte automáticamente en nuestra sentencia de muerte. Es por eso que estos personajes no ha sobrevivido por una cuestión de suerte o fuerza, sino gracias a su ingenio y una ventaja inesperada: pueden comunicarse con las manos. La primogénita de esta familia (Millicent Simmonds), es sorda, probablemente de nacimiento, pero en un mundo en el que hablar está prohibido, su debilidad se convierte en poder. La película comienza en el día 89 tras la invasión, con un matrimonio y sus tres hijos recogiendo lo poco que queda en un las estanterías de un supermercado abandonado. No son necesarios flashbacks ni prólogos del desastre que ha destruido el mundo para entender pronto que el silencio es un imperativo. Las criaturas que ahora pueblan la Tierra son ciegas y dependen solo de un potente sentido del oído para cazar.

'Un lugar tranquilo'

Krasinski se pone tras las cámaras, protagoniza, co-escribe y co-produce su tercer largometraje como director. Tras 'Los Hollar' y 'Brief Interview With Hideous men', era muy difícil adivinar el fascinante ejercicio de estilo que nos iba a traer después. Al tener que prescindir prácticamente de diálogos y ruidos, el sonido (y la ausencia de él) se convierte en un personaje más y la narrativa es completamente visual.

Siguiendo un arco convencional de película de terror relativamente predecible, 'Un lugar tranquilo' nos muestra el día a día de la vida en un mundo post-apocalíptico, para que podamos entender la magnitud del silencio que les rodea. La cámara juega con las expectativas del público preparándonos para todo lo que puede salir mal, como un objeto demasiado al borde de la mesa, un temporizador parado o un clavo que ha pasado desapercibido en el suelo... Y aunque la escena se resuelva exactamente como crees que va a hacerlo, Krasinski se las apaña para que el resultado siga siendo completamente inesperado. Una clase maestra de cómo generar tensión donde hasta el elemento más cotidiano parece una bomba de relojería a punto de estallar.

'Un lugar tranquilo'

Pero en realidad, 'Un lugar tranquilo' es primero un drama familiar y después un thriller de terror, porque lo que quiere contarnos es la historia de amor entre los miembros de una familia que se niega a rendirse. Emily Blunt interpreta a la entregada madre, una mujer que quiere que sus hijos tengan la infancia más normal y feliz posible, que jueguen y que rían aunque tenga que ser en silencio. Quedarse embarazada en un contexto así es prácticamente una carta de suicidio, pero por muy terrible y peligroso que se haya vuelto el mundo, ellos aún necesitan bailar aunque la música solo les llegue a través de unos auriculares y tener otro bebé para que todos esos esfuerzos por resistir tengan sentido. Porque no es lo mismo vivir que estar vivo.

Terror con un sorprendente corazón

Por muy entrañable que suene esta historia, la cosa está a punto de ponerse muy violenta. Los momentos emocionales de los personajes se equilibran con escenas de tensión, te sumerge en sus problemas hasta el punto de hacerte sentir casi responsable de sus destinos, ese grado de implicación emocional es lo que diferencia una buena cinta de terror de una sucesión de sustos y muertes sin sentido. Ni siquiera tiene que recurrir a ampliar o forzar efectos sonoros, los protagonistas son tan silenciosos que hasta en las escenas más relajadas todos los movimientos y crujidos involuntarios mantienen alerta al espectador. Además, el diseño de los monstruos es excepcional. Las criaturas no se mantienen como una amenaza latente entre las sombras, aparecen en pantalla con todo lujo de detalle y bueno, cuando Michael Bay te produce la película al menos puedes estar seguro de que los efectos especiales no decepcionarán a nadie.

'Un lugar tranquilo'

La escasez de palabra deja todo el peso de la comunicación sobre las expresiones de sus protagonistas. Los ojos de Krasinski, Blunt y Simmonds transmiten todo el espectro de miedo, preocupación, amor y esperanza que necesitamos. Pese a todo, y después de todo, la resolución del conflicto se siente algo impostada y prematura, casi algo inmerecida. Mención aparte merece el catártico plano final, que evidentemente no vamos a entrar a describir, pero llega en el momento preciso.

Puede que terror no sea la palabra más precisa para describir 'Un lugar tranquilo', quizá estas criaturas no se conviertan en las nuevas protagonistas de tus pesadillas pero saldrás agotadx y con la sensación de estar ante una de las mejores películas de género de los últimos años. Pasarás un muy buen mal rato.

Nota: 8

Lo mejor: El uso del silencio y el punto de vista. Y el final, es perfecto.

Lo peor: Quizá le falta un poco más de alivio cómico.