En 1977, cuando en España vivíamos el cine con la alegría del destape, en Francia un director llamado Claude Berri estrenaba 'Un moment d'égarement', una película que giraba en torno a la relación que se establecía entre una joven de 17 años y el padre de su mejor amiga durante unas vacaciones que pasaban todos juntos en Saint-Tropez. En 2015, casi 40 años más tarde, Jean-François Richet homenajea al fallecido cineasta con una nueva versión de aquella historia, emplazándola en Córcega, pero con los mismos conflictos.
Jean-François Richet cambia de tercio y se aparta de los thrillers criminales y de corte dramático que venían siendo la tónica habitual de su filmografía más reciente (quizás su película más conocida por el público nacional sea otro remake, el de 'Asalto al distrito 13' con Ethan Hawke como protagonista) y se mete de lleno en una comedia romántica -con su inevitable poso dramático- que abraza temas como la amistad (la lealtad), los amores prohibidos (ninguno de los "adultos" se escapa) y el choque generacional. El cambio de registro es interesante y le permite asumir nuevos retos.
Entre ellos destaca el cambio de registro al que somete a uno de sus protagonistas, Vincent Cassel. El actor de Córcega no es precisamente un tipo que haya buceado mucho en el terreno de las comedias, y su carrera ha estado más bien marcada por personajes complejos, de fuertes conflictos y por villanos de toda índole (de hecho, su próximo proyecto es la quinta entrega de la saga protagonizada por Jason Bourne, donde intentará dar caza a este). Bien es cierto que Cassel y Richet se conocen bastante bien después de trabajar juntos en el díptico 'Mesrine' en 2008. Y eso se palpa en el trabajo del intérprete en esta 'Una semana en Córcega'. Se le ve suelto y divertido, muy consciente de hasta dónde puede forzar sin resultar exagerado. Después de verle aquí solo cabe preguntarse, ¿para cuándo su próxima comedia?
Revelaciones veraniegas
La película, éxito rotundo en su Francia natal, cuenta con un reparto variado y cargado de talento. Junto a Cassel tenemos por ejemplo al monstruo de la taquilla que es François Cluzet (el protagonista de 'Intocable') o a la jovencísima Alice Isaaz, a quien hemos visto también por estos lares en filmes como 'Los ojos amarillos de los cocodrilos' (la que fuera primera experiencia internacional de Quim Gutiérrez). Pero si debemos resaltar a alguien es a Lola Le Lann, pareja de Cassel en la cinta y que debuta delante de las cámaras. Sin miedo escénico (proviene de una familia de artistas), derrocha naturalidad y sensualidad en su interpretación, mostrando un personaje desinhibido y pícaro, tamizado por la ingenuidad propia de la edad.
Su trabajo pone un estupendo contrapunto al de Cassel. Mientras él recrea la cobardía, el temor al qué dirán y los prejuicios, ella es más impulsiva, movida por las ansias de la felicidad y el primer amor. Se plasma un divertido juego de contrastes que va marcando el tono de la historia a lo largo de todo el metraje.
Americanos en Río
Habrá a quienes todo lo relatado hasta ahora les suene de algo, y no precisamente al film de 1997. Y es que esta no es la primera adaptación del clásico de Berri. Entre medias de aquella y la que nos ocupa en este texto, encontramos la norteamericana 'Lío en Río' que estrenara Stanley Donen en 1984 con Michael Caine en el mismo papel que encarna ahora Vincent Cassel. Esta versión (en la que aparecía también una desconocida Demi Moore) tiraba más de la comedia de enredo, obviando buena parte del drama que se desprende de esta (aquí casi todos los palos los recibe Cluzet).
Si es vuestro caso, dejad atrás los prejuicios. Porque aunque pueda resultar excesivamente familiar y haya algunas escenas muy similares entre la una y la otra, son versiones complementarias, con inquietudes e intenciones diferentes. Estas son las adaptaciones / remakes que realmente valen la pena, aquellas que se distancian del original y buscan cierta identidad propia.
