Allá por 2015, aunque a salas comerciales españolas llegase en 2017, el ilustrador y cortometrajista Alberto Vázquez deslumbró con una poderosa ópera prima, 'Psiconautas, los niños olvidados', que firmó junto con Pedro Rivero y que estaba basada en el corto 'Birdboy' y en la novela gráfica homónima del propio Vázquez. Ahora, el animador gallego da un paso más con su segundo largometraje, 'Unicorn Wars', el cual parte también de una idea planteada en otro de sus cortos, 'Sangre de unicornio'.
Ya en su primera película, Vázquez mostró una habilidad magistral para la creación de disonancias artísticas que permiten ofrecer una perspectivas radical de lo que narra, al utilizar un estilo Cartoon para un tenebroso relato que plasmaba el abismo de desigualdad y el círculo vicioso que se tornaba un bosque encantado reconvertido en vertedero, con personajes abandonados a su suerte e incapaces de romper la tendencia. Igual de fascinante y más hipnótico resulta 'Unicorn Wars' que retuerce más el concepto al tener de protagonistas a unos plantígrados que parecen sacados del universo de 'Los osos amorosos' y a unos unicornios dignos primos de 'My Little Pony'.
Sin embargo, Vázquez no configura un escenario propio de una producción infantil para narrar una fábula para todos los públicos; sino que lo aprovecha para narrar una cinta bélica cuyo aparente mensaje antibelicista se basa solo en el retrato que realiza de los actos de sus personajes. Aquí, entra lo fascinante de deformar lo adorable en terrorífico y mostrar el lado más espeluznante de lo aparentemente encantador. Con una sonrisa de melaza y corazoncitos, los ositos muestra su lado más cruel, degollando unicornios, bebiéndose su sangre o devorando a lindos gusiluz de arcoíris, en una secuencia más psicodélica de la que pudo verse en la icónica 'Dumbo' con los elefantes rosas y mucho más siniestra.
Ese contraste entre una historia brutal y salvaje con una estética 'cute' (quizás el término japonés 'kawai' sea más acertado) atrapa y permite a Vázquez, quien también firma el guion de la cinta, expandir la idea original de 'Sangre de unicornio', en la que dos hermanos ositos se adentraban en lo más profundo del bosque para matar al último de estos animales mitológicos y beber sus fluidos. Aunque la premisa se expande, la relación fraternal continúa siendo el pilar fundamental de la trama, permitiendo explorar así cómo se forja al propio mal y cómo este puede nacer del rencor de un niño que busca ser querido por su madre, a la vez que la odia por haber roto la imagen de progenitora y esposa perfecta. A ello se suma la rivalidad propia de los hermanos, en la que Vázquez tira del clásico arquetipo de Caín y Abel, con el añadido del surgimiento de una figura de corte mesiánico, en la que termina expresándose el rostro más despiadado de la psique.
Un largometraje de animación hipnótico y perturbador. La belleza del arte de la guerra en su máxima expresión
Quizás en ese primer pecado capital radica parte de la simbología de 'Unicorn Wars', en la que se crea una sociedad de espíritu belicista, controlada por un régimen de corte dictatorial, en el que reina un fuerte fanatismo religioso y un claro control de pensamiento, que ha proyecto en el otro -el unicornio- un odio visceral, colectivo, de corte tribal y primitivo. Es aquí donde se ve más el retrato antibelicista de la cinta, al mostrar cómo la guerra solo provoca destrucción, hasta el punto de crear una bestia que termina devorándose a sí misma.
Son varios los temas que aborda 'Unicorn Wars', largometraje que guarda múltiples capas de interpretación. A ello se suma un estilo de animación Cartoon que evoca el poder visual que tiene el esbozo tradicional y cómo este puede ahondar en esa sensación perturbadora, con secuencias que llevan el filme a lo más salvaje, con escenas dignas del cine gore -imposible no acordarse de la macabra serie de animación para adultos 'Happy Tree Friends'- que solo acentúan una atmósfera inquietante que está presente a lo largo de todo el metraje. Mención también para su cuidada banda sonora, obra de Joseba Beristain.
Con un final épico, impactante y tremendamente simbólico, 'Unicorn Wars' es la consolidación de una visión cinematográfica sobre el cine de animación muy concreta. Alberto Vázquez se erige como una de las principales figuras de la animación para adultos española. Si Stanley Kubrick con 'La chaqueta metálica' o Francis Ford Coppola con 'Apocalypse Now' hubieran dirigido sus filmes bajo el premisa de la factoría Disney, probablemente, hubiesen concebido una película así.
Nota: 8
Lo mejor: El contraste entre lo adorable de su estilo de animación estilo 'Hello Kitty' y una historia tremendamente perversa y siniestra.
Lo peor: Tiene una parte central en la que parece que el guion vacila, lo que provoca que el resultado sea muy bueno, pero no llegue al nivel extraordinario de 'Psiconautas'.