En mayo del año pasado, el documentalista Viktor Kossakovski estrenó en España 'Gunda', documental, en el que retrató el ciclo de vida de la cerda que dio nombre al filme, así como a la granja en la que el porcino vivía, donde tuvo a sus crías, así como convivió con otros animales. Realizado con increíble y delicada belleza, en un ambiente lírico, la cineasta británica Andrea Arnold parece seguir sus pasos con 'Vaca', en donde rinde homenaje al bovino, retratando el ciclo de vida de una vaca lechera.
Ganadora del premio al mejor montaje en la 18ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, candidata a cuatro Premios BIFA y nominada al BAFTA al mejor largometraje documental, 'Vaca' es un ejercicio en el que Arnold deja de lado cualquier atisbo de lirismo que sí pudo verse en el filme de Kossakovski para poner la cámara solamente en los ojos de su protagonista, Luma, la vaca lechera cuya vida busca representar a todas aquellas reses que son preñadas cada año y medio o cada dos años para que sean una fábrica continua de leche.
Arnold tenía fácil el realizar un largometraje que critique la ganadería intensiva, le hubiera sido sencillo denunciar la situación de la explotación del vacuno y convertirlo en una incómoda historia de terror, pensada para convencidos del veganismo que buscan reafirmarse en sus convicciones. Lo podía haber hecho de manera similar que Kossakovski con 'Gunda', dejando bien claro que no hay que consumir productos procedentes de animales y evitando la propaganda.
Pero la cineasta va más allá, reivindicando una postura arriesgada, la de no de posicionarse. Aunque la película sea árida y tenga ese tono seco que también pudo verse en su versión de 'Cumbres borrascosas' de Emily Brontë o en su particular road movie estadounidense que fue 'American Honey'; lo cierto es que 'Vaca' es una crónica de la vida y muerte de su protagonista, en la que se le busca rendir homenaje, así como también mostrar su realidad y su día a día, lo que permite ver el trabajo de los ganaderos. Eso sí, siempre con la cámara al nivel de Luma.
Andrea Arnold rinde un sentido homenaje al bovino
Arnold no entra en debates éticos (el animal no vive ningún tipo de maltrato en el filme, según la legislación respecto a las explotaciones ganaderas), pero tampoco es condescendiente en su relato, que solamente invita a mirar quién se esconde tras ese brick de leche, ese trozo de queso o una media docena de yogures; así como también en la carne de vaca vieja que se consume en filetes o hamburguesas o cualquier ropa o complemento de cuero. La cineasta no busca que se dejen de consumir, pero sí que se le tenga más respeto a su procedencia, rindiendo así tributo a la res, cuya relevancia es la evolución del ser humano es esencial. Sin su carne, su leche, su piel, sus excrementos para abono, nada hubiera posible. Tal es su importancia histórica, que un largometraje sobre su vida se antojaba imprescindible.
Ahora bien, eso no evita que Arnold busque los espectadores empaticen con Luma, lo que provoca que cierto público llegue a humanizar al animal, así como también se produzca cierta sensación salvaje de los granjeros que cuidan del ganado. De ahí, que escenas en las que la vaca ve cómo se le aparta de su cría pocos días de haberla parido resultan desgarradoras, especialmente a la hora de escuchar al rumiante mugir en busca de su pequeña, cuyo destino, si es hembra, es entrar en el mismo período de eterna preñez que su madre. No obstante, la realizadora tampoco entra en debate éticos. Es más, se arriesga a tener en contra a activistas animalistas, al mostrar también secuencias de felicidad del ganado, como cuando llega la primavera y las vacas pueden salir a pastar y a tener ese espacio que les da un bienestar que es también necesario para su consumo.
'Vaca' es un sentido homenaje a ese animal anónimo que ha hecho tanto por la humanidad y al que poco se le ha agradecido. La res Luma se ha ganado por derecho propio un lugar en el corazón del público. Crónica de la vida y de la muerte que recuerda que el ciclo de la vida es también áspero e inhóspito. La primera experiencia de Arnold en el documental muestra a una cineasta cuya mirada cinematográfica puede expandirse en un tipo de cine que está viviendo un innovación constante.
Nota: 7
Lo mejor: El carisma de Luma, que recuerda la nobleza innata del vacuno.
Lo peor: En ciertos momentos, Arnold se dispersa, hasta el punto de repetirse en algunas secuencias.
