Si hay un director que sabe polarizar, ese es Nicolas Winding Refn. Siendo 'Drive' su película más aplaudida hasta el momento. Aunque el cineasta lleve una temporada con títulos que provocan reacciones adversas, como los casos de 'Solo Dios perdona' y 'The Neon Demon', llega ahora a salas española uno de de sus títulos inéditos: 'Valhalla Rising'. Predecesora de la mentada cinta que protagonizó Ryan Gosling en 2011, el realizador nórdico se adentra en la experiencia vikinga del siglo X, en plena Edad Media.
Refn engaña al inicio, pues 'Valhalla Rising' parece una cinta de acción más cercana al estilo de Zack Snyder o Takashi Miike. El cineasta vuelve a demostrar que es capaz de retratar la violencia extrema, con secuencias que van más allá, al ser completamente gore. El ritmo vertiginoso va en sintonía con su trilogía 'Pusher', cambiando el tono underground por una cinta histórica, retratando el lado más brutal de la Edad Media. Ahora bien, todas esas escenas quedan en un mero espejismo, pues Refn, el cual firma el guion con Roy Jacobsen, prefiere irse por otros lares.
Y es así como lo que parecía una historia de acción violenta terminando convirtiéndose en un sinuoso viaje místico y surrealista, en el que el existencialismo y la religión se dan de la mano en una travesía experimental en la que Refn comienza a mostrar esa soberbia cinematográfica tan característica de su cine, sello por el que es actualmente reconocido. Y sí, Refn sabe crear una atmósfera de constante tensión, como si el público estuviera adentrándose en 'La divina comedia' de Dante narrada por Tarkovski o Klímov, con la estética del cine de Majewski o Sokúrov.
La soberbia cinematográfica de Refn
A ello hay que añadirle una cuidada fotografía y un diseño de producción natural espléndido, junto con un hierático Mads Mikkelsen, gran musa de Refn, con el que ya colaboró con 'Pusher', su ópera prima. Al intérprete danés siempre le han interesado los retos artísticos y 'Valhalla Rising' es un ejemplo de ello, anterior a sus magistrales papeles en 'Un asunto real', 'La caza', la serie 'Hannibal' u 'Otra ronda'. Mikkelsen está magníficamente acompañado por Ewan Stewart o Gary Lewis.
Ahora bien, esa atmósfera mística y sus pétreas interpretaciones tienen un problema similar al del cine de Albert Serra: la megalomanía de su realizador. Refn no puede evitar mirar por encima del público, suprimiendo cualquier tipo de diálogo que busque concretar sus intenciones, dividiendo de manera innecesaria por episodios el descenso a los infiernos del guerrero silencioso. Por eso, en lugar de buscar el punto en común con los espectadores, Refn busca ahuyentarlos, como si quisiera juntarse con meros adláteres que le harán loas.
Y es eso lo que convierte a 'Valhalla Rising' en un ejercicio de soberbia elegancia cinematográfica. A diferencia de Terrence Malick, el cual va a la cara nada más comenzar una de sus películas, Refn prefiere premiar al público inicialmente para después convertirse esa recompensa en una trampa, un castigo. Y es ahí donde el director logra su mayor propósito: polarizar. Con lo cual, el estreno comercial de esta película inédita es también la llegada del preludio que advertía de la línea que iba a seguir posteriormente. Un ejercicio que reforzará el fanatismo de sus seguidores y que también solidificará el rechazo que ocasiona entre los escépticos.
Nota: 6
Lo mejor: La escena de la travesía por el río.
Lo peor: La manera en la que engaña descaradamente al público al inicio. Su deseo de ahuyentar al público en potencia.