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CRÍTICA

'Una ventana al mar': En las puertas del destino frente al Egeo

Crítica de 'Una ventana al mar', dirigida y coescrita por Miguel Ángel Jiménez. Protagonizada por Emma Suárez, Akilas Karazisis y Gaizka Ugarte. Mostrada en el 67º Festival de San Sebastián.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 2 de Octubre 2020 | 09:09
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Cuatro años han pasado desde que Miguel Ángel Jiménez dirigiese su último largometraje de ficción en solitario, la cinta de terror 'La mina'. Ahora, el director cambia de género, pasándose al drama más intimista con 'Una ventana al mar', mostrada en la 67ª edición del Festival de San Sebastián y que protagoniza Emma Suárez, con una nueva interpretación en la que demuestra entrega y dedicación en cada uno de sus proyectos. Una historia de emancipación femenina, en la que se reivindica la vida y el libre albedrío pese a la adversidad.

Una ventana al mar

La película ya prepara al público para un hecho trágico: la muerte de la protagonista, víctima de un cáncer de colon. El guion, escrito por Jiménez junto con Luis Moya y Luis Gamboa, deja poca opción a la esperanza con una puesta en escena llena de tonos azules, con lluvia, con la que transmite una sensación de pesadumbre. Sin embargo, esta sensación de desazón solo está al inicio, pues pronto la protagonista se marcha a Grecia, donde se desarrolla la mayor parte de la trama.

Realmente es en Grecia cuando la trama arranca del todo, al ser sinónimo de la liberación de María, la protagonista que encarna Suárez. Es interesante cómo comienza su viaje en Atenas, con el sinónimo de las Cariátides que sostienen parte del Erecteón. Como se explica en la película, las Cariátides fueron mujeres convertidas en esclavas y condenadas a llevar las más pesadas cargas. En ese símil, María lleva un peso, pues la muerte acecha. En lugar de dejarse arrastrar, la mujer opta por aprovechar el tiempo y disfrutar de cada momento.

Una ventana al mar

Emma Suárez deslumbra con una interpretación dedicada

Y ahí es cuando las islas griegas se convierten en una protagonista más, con Cos y Nísiros convertidas en escenario de la emancipación de la protagonista. Aquí, el filme pasa a ser un drama romántico, en el que dos almas heridas se encuentran. Y es aquí donde el filme se recrea, con majestuosas y eternas escenas en las que se transmite esa belleza natural de la zona, con el cerúleo mar prácticamente omnipresente. Y es en esta parte donde la cinta comienza a extenderse, con lánguidas secuencias que estiran, por un lado, el deseo de vivir, pero, por otro, la agonía del personaje principal.

Y es ahí, donde 'Una ventana al mar' está menos lúcida, puesto que, pese que su mensaje es claro, la trama se extiende demasiado, pues sus escenas, especialmente en la parte final, se recrean en la agonía de su protagonista, lo que hace que la novedad de esos paisajes naturales, la paz que deben transmitir, se tornen en momentos cercanos a la fatiga que, ni siquiera la exquisita fotografía de Gorka Gómez Andreu o la música de Pascal Gaigne consiguen amenizar. No obstante, el resultado final es correcto, pues se aprecia una mirada personal y, gracias a la intimista interpretación de Emma Suárez, puede disfrutarse, en la mayor parte de la cinta, de este relato de emancipación femenina.

Nota: 6

Lo mejor: La interpretación de Emma Suárez, la hermosa fotografía de Gorka Gómez Andreu, la música de Pascal Gaigne y la dirección de artística de Stavros Liokalos.

Lo peor: La trama se alarga demasiado, lo que convierte a esta intimista historia en una película lánguida.