La segunda temporada de 'Vergüenza' fue excelente. Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero siguieron explotando con maestría esa propuesta tan divertida, incómoda y peculiar que estrenaron en Movistar+ a finales de 2017, trayendo nuevas y muy locas ideas que terminaron por elevar la serie a un nivel superior. Sin embargo, aquella tanda de episodios dejaba cierta impresión de que el concepto sobre el que se vertebra la serie podría terminar por agotarse si se explotaba en exceso, lo que establecía cierta duda de si con una tercera temporada 'Vergüenza' sería capaz de mantener el nivel.
El reto no era sencillo, pero Cavestany y Fernández Armero han sabido encontrar la fórmula perfecta para que esta serie protagonizada por Javier Gutiérrez y Malena Alterio siga siendo igual de fresca, divertida y, además, dé un gran paso en calidad e ideas. Y es que en la tercera temporada de 'Vergüenza' ya no solo nos encontramos ante las pequeñas e incómodas situaciones que les ocurren a sus personajes dentro de su entorno, sino que, después de que Jesús se vuelva viral en internet tras pegar a su hijo en público, la trama adquiere una dimensión mucho mayor y da juego a nuevas y muy frescas propuestas dentro de la serie.
La mayor baza de estas nuevas ideas es su análisis de lo que viene a ser un fenómeno viral, un punto que le permite a la serie criticar a los medios de comunicación, la fama efímera y ahondar más en esa radiografía de la sociedad española que viene realizando desde sus inicios. Aquí se plasma el cómo la viralidad a veces termina por dar difusión a personas poco apropiadas y sirve de altavoz para sus ideas, hecho perfectamente comparable a cómo la ultraderecha y debates que parecían enterrados e indiscutibles se han acabado haciendo un hueco en los medios e instituciones de nuestro país. Y lo mejor es que la serie se las ingenia para lograr plasmarlo con su particular humor, con sus tan características incómodas situaciones y con la capacidad de enrevesar los acontecimientos al extremo para lograr divertir a la vez que producir aquello que su título menciona.
Aunque de antemano pueda parecer que la temporada sea más grandilocuente y se aleja del espíritu original de la serie, nada más lejos de la verdad. Cavestany y Fernández Armero conocen y dominan tan bien los mecanismos de su serie que han sido capaces de apostar mucho más alto sin renunciar en absoluto a todo aquello que la caracteriza. Sigue siendo una producción pequeñita, de capítulos de 25 minutos de duración, capaz de convertir el ridículo más absurdo en una gran e inteligente genialidad cómica.
Más allá de esta trama más ambiciosa, 'Vergüenza' apuesta por introducir otra novedad en esta nueva temporada. En cada uno de los capítulos, nos vamos encontrando con declaraciones de los personajes a cámara reflexionando sobre el transcurso de la trama, sobre las acciones de Jesús o incluso vaticinando la muerte de un personaje. Sus palabras sirven para introducir un elemento de intriga, un aspecto que estalla en la segunda mitad de la temporada y que sirve para realizar una mayor introspección en Jesús a la vez que una portentosa reflexión sobre el personaje, la serie y, por consiguiente, la sociedad, como culmen final.
Con este cambio en la narrativa, sus directores han sabido adaptarse mejor a la estructura de seis capítulos. El pasar de los diez episodios de la primera a los seis de la segunda se tradujo en un ritmo un poco más forzado, un problema que no se repite en esta tercera. Además, mientras que la segunda hacía dudar de que la serie pudiera seguir funcionando si se alargaba en exceso, en estos nuevos capítulos la sensación es justo la contraria. El final deja abierto un gran abanico de posibilidades a explorar en próximas temporadas, lo que sumado a las grandes ideas que Cavestany y Fernández Armero han desarrollado con maestría en estos nuevos episodios, deja claro que la historia de Jesús y Nuria tiene el suficiente potencial como para seguir en pantalla por largo plazo. Sin embargo, el final de la temporada es tan impecable que si se decidiera poner punto y final a 'Vergüenza' en este punto la serie acabaría con broche de oro.
Actuaciones y cameos de alto nivel
Javier Gutiérrez y Malena Alterio vuelven a estar sobresalientes en sus respectivos papeles, al igual que Miguel Rellán, Vito Sanz u otros secundarios. No obstante, y por poner una pequeña pega, algunos personajes como el de Óscar, el interpretado Vito Sanz, se quedan algo cojos al no terminar de encontrar un hueco adecuado dentro de las nuevas tramas.
No olvidarnos tampoco de los cameos. La aparición de rostros como el de Leticia Sabater, Mariló Montero o James Rhodes deriva a algunos de los momentos más divertidos de la serie. Además, su inclusión resulta muy oportuna dentro de la narrativa de 'Vergüenza'.
Si la serie ya había sorprendido con sus dos primeras temporadas, esta tercera consigue ir mucho más allá y ofrecer una propuesta mucho más fresca, divertida, ambiciosa y loca con la que posiblemente se corona como la mejor comedia original que Movistar+ tiene ahora mismo en su catálogo.
Nota: 9
Lo mejor: Su capacidad de renovarse y ser mucho más ambiciosa y divertida sin renunciar a su esencia.
Lo peor: Tramas como las del personaje de Óscar (Vito Sanz) no acaban por encontrar su hueco en la temporada.