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CRÍTICA

'Viaje': Encuentro entre dos almas liberadas

Paz Fábrega presenta su segundo largometraje, un film que narra el encuentro entre dos personas con unas creencias similares.

Por Iván Ginés Fernández 26 de Agosto 2016 | 18:20

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"Todo es el viento, y el viento es siempre aire de viaje". Con este fragmento de un poema de Octavio Paz abre 'Viaje', el segundo largometraje de la costarricense Paz Fábrega, que cosechó muy buenas críticas a su paso por el festival de Tribeca. La frase es perfectamente coherente con las intenciones del filme, que pretende servir de crónica naturalista sobre las relaciones esporádicas en el mundo contemporáneo

'Viaje'

'Viaje' narra el encuentro entre Luciana y Pedro, dos jóvenes de espíritu libre que no creen en compromisos ni ataduras matrimoniales. Se conocen de forma casual en una fiesta de disfraces, y la atracción mutua hace que acaben compartiendo esa noche. Al despertar, Pedro le propone a Luciana acompañarle al Parque Nacional Volcán Rincón de la Vieja, donde debe terminar su tesis de biología. El contacto con la naturaleza servirá para que se quiten las máscaras el uno al otro al mismo tiempo que se encuentran a sí mismos. El encuentro esporádico se prolonga irremediablemente, pero las esperanzas de un posible reencuentro al comenzar el viaje son mínimas.

Conflicto entre forma y fondo

Resulta cuando menos curioso que, en una película que pretende presentar unos personajes libres de prejuicios y ataduras, el interés brille por su ausencia; los diálogos y situaciones no sólo es que no siempre resulten creíbles y naturales (uno de los objetivos primordiales de Fábrega), sino que además son un tanto insípidos. Es bastante contradictorio el carácter de sus personajes después de venderlos como unos seres desprejuiciados y rebosantes de interés, ajenos a toda convención, pues la banalidad de su encuentro no se corresponde con la minimalista puesta en escena ni con el intimismo de la historia. Existe por tanto una evidente contradicción entre forma y fondo, puede que incluso un error en el concepto de la propia obra.

La preciosista fotografía en blanco y negro es probablemente el punto más fuerte de la película, aunque no siempre saca provecho de los contrastes de luces y sombras, quedando algunos pasajes excesivamente iluminados, presumiblemente con intenciones narrativas. Se aprecia el buen trabajo de la propia directora y Esteban Chinchilla en este departamento, mucho más cómodos cuando la acción se desarrolla en exteriores y en plena naturaleza que en las pocas escenas que están filmadas en interiores.

'Viaje'

Vacío dramático

Quizá el mayor lastre de 'Viaje' sea la propia naturaleza de sus personajes. Ya no hablamos de lo bien que hubiera venido una mayor profundización en cuanto a sus sentimientos, sino de la torpeza de Fábrega a la hora de desarrollarlos. Afortunadamente, los actores que interpretan a la pareja protagonista están más que convincentes, aportando algo de verdad dentro de un mar de vacuidad. Kattia González y Fernando Bolaños aguantan bien los constantes primeros planos, alternándose a menudo con los planos detalle de sus cuerpos. Pero los problemas surgen cuando la falta de conflictos reales, o el inexistente poso dramático de éstos, impiden crear una escala de grises sobre las diferentes visiones de las relaciones de pareja. Hay un detalle muy burdo al respecto: se añade un tercer personaje (un taxista) como contrapunto al pensamiento liberal de los protagonistas, pero su presencia no es nada sutil y su incidencia narrativa muy escasa.

Si bien es cierto que no sería justo considerar a 'Viaje' como un trabajo completamente fallido, pues en el apartado visual es bastante sugerente, la cinta de Fábrega se queda a medio camino en todo lo que se propone, sacrificando la naturalidad con las apariciones de música extradiegética. La belleza plástica de algunas de sus imágenes desprende la magia y energía que le falta a nivel argumental, haciendo más amenos sus 70 minutos de metraje. Las virtudes quedan empequeñecidas por su intrascendencia narrativa, convirtiendo este pequeño drama romántico en un continuo quiero y no puedo. Lo peor es que ni siquiera logra ser una película especial, cayendo una y otra vez en lugares comunes y siguiendo rutas relativamente convencionales.

Nota: 4

Lo mejor: La cuidada fotografía en blanco y negro.

Lo peor: No logra transmitir en ningún momento la naturalidad que pretende.