Hace poco leíamos en una noticia que Maggie Gyllenhaal se había indignado con el director de una película cuando la vetó para interpretar a la amante de un hombre de 55 años cuando ella tiene 37. Este suceso volvió a sacar a la luz el eterno problema de la edad de las actrices y los estereotipos impuestos por Hollywood sobre dichas edades y aunque la nueva cinta de Olivier Assayas, 'Viaje a Sils Maria', no trata específicamente esta cuestión, sí que sirve de reflexión acerca de lo que una mujer puede o no puede hacer en el cine cuando se la considera "mayor".
María Enders está en la cima de su carrera, a sus casi 40 años ha sido capaz de alcanzar un completo éxito profesional y personal, es una mujer respetada tanto dentro como fuera del cine. Pero la muerte del director que confío por primera vez en ella con tan sólo 18 años otorgándole el papel que hizo despegar su carrera profesional, le hace regresar a un tiempo que creía muy lejano y que va a volver a revivir retomando esa primera película desde otra perspectiva: la de la mujer mayor a la que ella misma provocaba el suicidio cuando era más joven.
Y así es como comienza el viaje a través de los paisajes y las nubes de los Alpes por el que Juliette Binoche y Kristen Stewart, como su fiel ayudante, nos llevarán de la mano mostrándonos la desesperación de aquella persona que no puede soportar el hecho de haberse hecho mayor y que queda tan absorbida por su personaje, que convierte su vida en la de ella. Efectivamente, Enders se ve superada por este nuevo reto que le muestra que hay una versión mucho más joven que ella, mucho mejor preparada y mucho más querida por el público de lo que ella pudo ser jamás.
Así Binoche nos vuelve a demostrar toda su fuerza interpretativa con una mujer que llora, que se enfada, que se ríe sin razón antes las explicaciones de su joven ayudante que intenta que comprenda el nuevo mundo del cine con superhéroes con una complejidad emocional nunca antes vista. Binoche está inmensa, sin embargo no fue ella la que se llevó el César, fue Kristen Stewart, que aunque he de admitir que demuestra registros nunca vistos en ella, no me acaba de convencer. Demasiado forzada, demasiado pensativa, no como Binoche, que no puede ser más natural, más grácil, más espontánea, pero claro, es que tiene mucha carrera a sus espaldas.
Pero también hay otro vértice en este triángulo de actrices, de la que parece que todo el mundo se ha olvidado, Chloë Grace Moretz. Sí, apenas ha hecho trabajos memorables, algunos remakes, películas de superhéroes y cintas románticas, pero Moretz demuestra un talento sobrenatural a su edad. En 'Viaje a Sils María' apenas tiene planos y el arco de transformación de su personaje queda perfectamente claro al igual que su personalidad salvaje y sin preocupaciones, reflejo de las nuevas generaciones de actores comidos por prensa y las redes sociales.
Las nubes y las metáforas
Otro nuevo error en el método de distribución de la cinta en nuestro país evitará que muchos consigan entender el verdadero significado del título que no está elegido al azar. Las "nubes" de las que habla el título original de 'Viaje a Sils Maria' son otras de las protagonistas de la película, que nos hacen entender el verdadero y profundo significado de la obra de teatro 'La serpiente de Maloja' que en su día protagonizó la joven María Enders.
Estas nubes son también, la excusa perfecta para grandes planos abiertos en los que podemos observar toda la belleza de los Alpes y la ínfima presencia de la especie humana en estos paisajes, que contrastan perfectamente con los planos cerrados y muy cercanos a las caras de Binoche y Stewart cuando ambas se enfrentan a la obra de teatro que la primera ha aceptado protagonizar. Un placer para todos aquellos que disfrutan con un bonita fotografía paisajística y de interiores.
En conclusión, 'Viaje a Sils Maria' es una película que habla de películas, que habla del cine, en un lenguaje demasiado metalingüístico en algunas ocasiones, que no todo el mundo podrá disfrutar. Lenta e intensa, es una cinta para disfrutar con tranquilidad, como si de una obra de teatro se tratase, pues así la ha estructurado su director. Una película que nos ofrece la ocasión de reflexionar acerca de nuestro tiempo, nuestra edad y nuestros objetivos en la vida. Una oportunidad difícil de dejar pasar.