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CRÍTICA

'El viaje de Chihiro': El evanescente camino tras el túnel

Crítica de 'El viaje de Chihiro', la obra maestra de Hayao Miyazaki. Ganadora del Oso de Oro de la Berlinale y del Oscar a la mejor película de animación, vuelve a los cines para celebrar su 20º aniversario.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 23 de Mayo 2021 | 10:44
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Imagen de 'El viaje de Chihiro'
Imagen de 'El viaje de Chihiro' (Vértigo Films)

En pleno auge de reestrenos en salas españolas -con un éxito notable en la taquilla, como ha podido verse en el liderazgo de la trilogía en 'El Señor de los Anillos' y otros títulos como 'Deseando amar', 'Crash' o 'El chico'-, el regreso a los cines de 'El viaje de Chihiro', la obra cumbre de Hayao Miyazaki y una de las más emblemáticas de Studio Ghibli, se antojaba casi hasta necesario. Como le sucedió recientemente a 'Millennium Actress', estrenada el mismo año, la cinta del maestro japonés celebra su 20º aniversario, efeméride ideal para un retorno a la gran pantalla que, por cierto, las primeras cifras ofrecidas por ComScore le auguran una buena rentrée.

El viaje de Chihiro

No es de extrañar, pues 'El viaje de Chihiro', más allá de ser uno de los emblemas de la afamada factoría de animación japonesa, demuestra que, dos decenios después de su estreno original, su legado sigue intacto, demostrando cómo fue el largometraje que obró el milagro dentro de Ghibli. En el momento de su producción, Miyazaki venía de una experiencia tan enriquecedora como abrumadora, el lanzamiento de 'La princesa Mononoke', aquel filme en el que el cineasta llevó sus energías al extremo y arriesgó hasta tal punto que parecía destinada a ser la película que se convertiría en su máximo exponente.

En cierta manera, lo fue, ya que fue el título con el que el reconocimiento y la fama de Studio Ghibli comenzó a despuntar a nivel internacional. Sin embargo, cuatro años después; tras decidir dirigir un filme dedicada a cinco chicas que eran amigas de la familia y que les acompañaban de vacaciones a la montaña, con una heroína de 10 años con la que pudieran sentirse identificadas, surgió, de manera casi espontánea, puesto que Miyazaki no predijo lo que iba a significar, llegó 'El viaje de Chihiro', convertida en la primera producción de animación en alzarse con el Oso de Oro de la 52ª edición del Festival de Berlín (ex aequo con 'Domingo sangriento' de Paul Greengrass) y en el primer largometraje (y hasta ahora el único) de producción extranjera y de animación japonesa en lograr el Oscar a la mejor película de animación.

El largometraje más representativo de la filmografía de Hayao Miyazaki

Y lo fue por derecho propio, puesto que 'El viaje de Chihiro' contiene varios elementos que la han convertido en el filme más representativo del cineasta, más allá de lo laureada que está y de cómo fue hasta 2020 la cinta más taquillera de la historia de Japón. En el cine de Miyazaki hay varios elementos que se han convertido en su sello: una heroína que va descubriendo su fuerza interior a lo largo de una experiencia de vida, una crítica a la sociedad consumista y capitalista, una mirada ecologista y medioambiental sobre el entorno que rodea tanto a la Humanidad como al propio globo en sí y un deseo de esperanza y luz en las nuevas generaciones.

El viaje de Chihiro

Todos esos ingredientes son los que han hecho a 'El viaje de Chihiro' el filme más representativo, porque Miyazaki desarrolla cada uno de ellos de forma magistral, partiendo de base con una protagonista opuesta a sus anteriores heroínas, una chiquilla malcriada y de carácter poco empático (su excepcionalidad dentro de la filmografía de Miyazaki se plasma hasta en el diseño de Chihiro, muy diferente al de Nausicaä de 'Nausicaä del Valle del Viento', Sheeta de 'El castillo en el cielo', Satsuki y Mei de 'Mi vecino Totoro', Nicky de 'Nicky, la aprendiz de bruja', Fio de 'Porco Rosso' y San de 'La princesa Mononoke', todas heroínas predecesoras a Chihiro).

Pero, más allá de tener una protagonista distinta, 'El viaje de Chihiro' destaca por crear un universo mágico único, en el que elementos de fantasía conectan y conversan con otros propios del folclore japonés, la irrupción del misterio Haku, la presencia Yubaba y su Casa de Baños, con la consiguiente llegada de diferentes dioses que vienen a reposar al balneario, el resto de los empleados de las termas, la aparición del Sin Cara, todos y cada uno de los personajes y del diseño de animación y producción fueron esos detalles que realzaron una historia espiritual, intimista y épica al mismo tiempo, unido a ese toque artesanal propio de la obra de Miyazaki.

Una obra maestra cuyo legado continúa vigente

El viaje de Chihiro

Miyazaki (y el Studio Ghibli hasta la producción de la amable 'Earwig y la bruja') se erigió como un artesano, un autor de los que defiende la confección a mano, alejándose lo máximo posible de la tentación que supone la animación CGI, siendo esta una mera herramienta para realzar lo que está hecho de manera tradicional. Esta mirada por el detalle, convierten a 'El viaje de Chihiro' en un título extraordinario cuya belleza visual sigue vigente a pesar del paso de los años, erigiéndose como la obra maestra que es, solo filmes que son Historia del séptimo arte han logrado mantener su legado impecable, pudiéndose comparar la majestuosidad de la cinta con títulos como 'La bella durmiente', 'El rey y el ruiseñor', 'La reina de las nieves' o 'La bella y la bestia' o, en clave más cercana al anime, con 'Akira', su coetánea 'Millennium Actress' u otros títulos igual de fundamentales de Ghibli como 'La tumba de las luciérnagas'.

A ello se suma una banda sonora espléndida, obra de Joe Hisaishi, el compositor habitual de Miyazaki, que ha compuesto toda la música de filmografía dentro de Ghibli, desde 'Nausicaä del Valle de Viento' -piedra angular del estudio- hasta la más reciente, 'El viento se levanta'. Su tema final, 'Itsumo Nando Demo (Siempre conmigo)', cantado por Youmi Kimura, transmite a la perfección esa sensación de aventura y viaje realizado, con la consiguiente nostalgia que produce.

El viaje de Chihiro

Cierto es que Miyazaki realizó posteriormente otros largometrajes muy aplaudidos y que bien merecieron todos los galardones posibles, como 'El castillo ambulante' o 'Ponyo en el acantilado'. Sin embargo, hasta el momento -y a expensas de esperar su siguiente proyecto, que va para largo-, 'El viaje de Chihiro' continúa siendo el más reconocido, su obra cumbre, sin desmerecer lo magistrales que son las más que mentadas 'La princesa Mononoke', 'Porco Rosso' o 'Mi vecino Totoro'. Solamente otro filme de la factoría puede considerarse que le haga sombra, está hablándose de la delicada y excelente 'El cuento de la princesa Kaguya', el canto del cisne de Isao Takahata, amigo y cofundador de la compañía.

El fenómeno y la magia de 'El viaje de Chihiro' siguen intactos 20 años después y algo dice que el paso del tiempo las revalorizará, como los vinos Gran Reserva. Una obra fundamental que rompió ese techo de cristal que aún vivía la animación japonesa en 2001 y que mostró que era posible realizar arte y animación desde una perspectiva diferente y cautivar al público de la misma manera. Una oportunidad única para deleitarse con un título excepcional, de esos que graba con fuego el momento y que recuerda con eso solo sucede ante la atmósfera que da una sala de cine.

10
Lo mejor: La manera en que se produjo y el milagro que supuso, al haber sido la película que hizo que el primer anuncio de retiro de Miyazaki quedase en nada. Cómo su legado sigue vigente 20 años después.
Lo peor: No aprovechar esta oportunidad para disfrutarla en su hábitat natural, una sala de cine.
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