Gracias a las televisiones tanto públicas como privadas, la industria audiovisual alemana es una de las más importantes de la Unión Europea, gracias a la producción masiva de telefilmes que adaptan novelas de Rosamunde Pilcher o Inga Lindström. De hecho, ese estilo de historias románticas, de lugares idílicos y personajes excesivamente arquetípicos, tiene pinta de haberse trasladado a la gran pantalla, pues eso es lo que parece 'Una villa en la Toscana', debut como director del actor británico James D'Arcy, el cual reúne a un puñado de conocidos para una propuesta convencional con la que, al menos, el público puede degustarse con sus impresionantes escenarios naturales.
La Toscana es ese paraíso europeo que se ha convertido en el escenario idílico tanto para cine de autor como para producciones más comerciales, como es el caso de una comedia romántica. De hecho, la trama de 'Una villa en la Toscana' recuerda demasiado también a la de otra propuesta romántica y feel-good, 'Bajo el sol de la Toscana'. La gran diferencia es que el encanto de Diane Lane y la de sus personajes secundarios lograban elevar su premisa, cosa que no sucede con la ópera prima de D'Arcy.
Aunque se agradece ver a Liam Neeson en un papel alejado del de héroe de acción; el fuerte del filme es, sobre todo, verle a él y a su hijo en acción con una trama que parece ligeramente inspirada en el pasado tanto del actor de 'La lista de Schindler' como en el de su vástago, Micheál Richardson, el cual toma el apellido de su madre, Natasha Richardson, fallecida el 18 de marzo de 2009 en un accidente de esquí. Es más, podría decirse que es también una prueba para ver si Richardson tiene alma para papeles protagónicos (anteriormente, solo había tenido papeles de secundario).
Comedia romántica de sobremesa
El problema es que la premisa del filme está demasiado vista, toca demasiados lugares comunes y, quizás el principal defecto, los personajes carecen de carisma. Precisamente ahí está el punto esencial que logra convertir una comedia romántica convencional en una propuesta notable: el encanto de sus protagonistas y de los secundarios. Ni Neeson ni Richardson parecen buscar ese toque cómplice con la comedia -sí con el drama, pero eso solo vale para ciertas escenas-. Tampoco logran cautivar Valeria Bilello (versión italiana de un papel tremendamente similar que tuvo Marion Cotillard en 'Un buen año') ni Lindsay Duncan, que estuvo presente en el mentada cinta que protagonizó Diane Lane y dirigió Audrey Wells.
Como propuesta de sobremesa para televisión, funciona; pero como comedia romántica para la gran pantalla, 'Una villa en la Toscana' se queda muy lejos. El debut de D'Arcy no ayuda a pensar que se está ante una gran promesa de la realización. La belleza de la Toscana no es suficiente para levantar una propuesta que tampoco necesitaba mucho para ofrecer una historia algo más notable, especialmente al contar con actores del nivel de Neeson o Duncan. Una cinta digna de parecer un título menor de Lasse Hallström.
Nota: 5
Lo mejor: La Toscana siempre luce maravillosa. Imposible no sentirse cautivado por ella.
Lo peor: Trama predecible, historia demasiado vista y unos personajes que no tienen carisma (más por cuestiones de guion que por sus actores).