Aunque la comedia francesa sigue atrayendo a mucho público en su país natal, 2021 ha sido el año en el que este tipo de producciones han sufrido dos varapalos notables. El primero ha sido los malos datos de varias propuestas con fuerte mirada comercial en la taquilla francesa como 'Dios mío, ¡los niños han vuelto!', 'Las fantasías' o 'Misterio en Saint-Tropez', lo segundo ha sido el afán de las plataformas de hacerse con los derechos de distribución de varios títulos (que luego han lanzado por la puerta de atrás y sin hacer anuncio alguno).
En medio de esa crisis que sufre la comedia francesa, pequeña teniendo en cuenta los buenos datos de otras propuestas como 'Kaamelott - Premier volet', 'Les Tuche 4' o 'Le Trésor du Petit Nicolas', llega ahora a salas comerciales 'Vuelta a casa de mi hija', secuela del éxito en taquilla de 2016 'Vuelta a casa de mi madre', que logró atraer a la gran pantalla a más de dos millones de espectadores en Francia y que fue también un éxito de taquilla en España.
Éric Lavaine vuelve a ponerse tras las cámaras para dirigir esta secuela, así como también escribe el guion junto con Héctor Cabello Reyes, habitual de su cine, y Bruno Lavaine. Esta segunda parte partía con un hándicap: la ausencia de Alexandra Lamy. Considerada una de las reinas de la comedia gala, fue uno de los pilares de la primera parte y su ausencia se nota mucho (solamente hace un cameo y es a través de una llamada de teléfono). Es más, podría decirse que la baja de Lamy hace que 'Vuelta a casa de mi hija' no sea tan redonda como su predecesora.
Josiane Balasko vuele a brillar en esta secuela
Y es que 'Vuelta a casa de mi hija' es solo una extensión de lo visto en 'Vuelta a casa de mi madre', en el sentido de que no ofrece mucho más. De hecho, podría decirse que todos los puntos interesantes relacionados con la crisis de los 40 y el tener que volver al nido se echan en falta, puesto que la trama que los releva -el que los invitados, incluso hablando de una madre, al tercer día huelen- no consigue lograr el mismo efecto cómico, a pesar de haber varias escenas entre Josiane Balasko y Jérôme Commandeur que sí se prestan a ello gracias a una serie de malentendidos.
No obstante, eso no quita que se está ante una comedia feel-good amable, de esas que se echa en falta que abunden más en la cartelera española. Con un humor que logra sacar alguna sonrisa, la cinta no defrauda gracias a la presencia de Josiane Balasko. A pesar de la ausencia de Lamy, la veterana actriz sigue derrochando carisma. A ella se le suma otra de las grandes damas de la comedia francesa, Line Renaud, habitual del cine de Dany Boon. Ambas, como también el esmerado trabajo de Jérôme Commandeur y de Philippe Lefebvre, consiguen ofrece un filme que entretiene, de esos hechos para disfrutar de un rato ameno en el cine tras una simpática merienda.
Nota: 6
Lo mejor: Josiane Balasko sigue derrochando carisma, a ella se le suma una incombustible Line Renaud.
Lo peor: Su humor es más inofensivo que el de su predecesora. La baja de Lamy se nota demasiado.