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CRÍTICA

'Un momento en el tiempo (Waves)', la 'Euphoria' de Terrence Malick

Lo nuevo de Trey Edward Shults ('Llega de noche') se descubre como un desgarrador drama familiar concebido para la generación 'Euphoria'. Estreno el 31 de enero en cines.

Por Francisco Medina Padilla 31 de Enero 2020 | 09:45

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A finales del verano pasado, Trey Edward Shults ('Llega de noche') estrenaba su tercer largometraje durante el prestigioso Festival de Cine de Telluride, donde cada año se estrenan muchos de los títulos que acaban arrasando durante la temporada de premios, como 'Moonlight' en 2016 o 'Lady Bird' en 2017, ambas también de A24. Allí, la crítica la recibió con gran entusiasmo, colocándose entre las producciones más destacadas de la cosecha del festival y alzándose con nominaciones a los Gotham y los Spirit Awards poco después. Cuatro meses más tarde, 'Waves' llega por fin a nuestro país dispuesta a encandilarnos con su desgarradora propuesta a ritmo de temas de Frank Ocean, Kendrick Lamar o Tame Impala.

Alexa Demie y Kelvin Harrison Jr. en 'Waves'

Para su primera propuesta puramente dramática, Shults se sumerge de lleno en la vida de dos jóvenes parejas que navegan a través del campo de minas emocional que supone madurar y enamorarse por primera vez. Pese a dejar atrás el suspense de 'Krisha' y el terror de 'Llega de noche', el realizador sigue indagando en las complejas dinámicas familiares que ya estaban presentes en sus trabajos anteriores. Si la primera relataba la decadencia mental de una mujer entrada en la tercera edad y la segunda se centraba en un padre dispuesto a todo para proteger a su familia, aquí decide poner el foco sobre los adolescentes de la casa.

Para ello, cuenta con la ayuda de un reparto enormemente entregado: desde Kelvin Harrison Jr. ('Mudbound', 'Nación salvaje'), que repite con Shults tras trabajar juntos en 'Llega de noche', en el papel de Tyler, un joven luchador que entrena duramente para conseguir una beca universitaria, hasta a Sterling K. Brown, secundario de oro que da vida a su ambicioso y exigente padre. Pero si hay alguien que brilla por encima de los demás, esa es Taylor Russell. Aunque la actriz ya apunta maneras durante los primeros compases del metraje, es en el último tramo de la cinta donde el director le entrega su película y consigue deslumbrar por completo.

Sterling K. Brown en 'Waves'

Además del foco sobre el núcleo familiar, otro elemento que Shults recupera de sus trabajos previos es el uso de la tensión. La película arranca a toda velocidad, con secuencias y movimientos de cámara imposibles de los que el propio Terrence Malick estaría orgulloso, convirtiendo a Shults en su alumno más aventajado (recordemos que fue becario del director en hasta tres de sus películas). Así, durante esta primera mitad de la película hay una sensación constante de riesgo, de terror real (algo así como la escena del coche de 'Hereditary' o los ensayos en 'Climax' de Gaspar Noé), en contraposición al segundo tramo, donde la cámara descansa, llega la calma y nos deja por fin respirar.

'Waves' tiene una narrativa circular que nos invita a presenciar la misma historia desde dos puntos de vista diferentes. Para ello, alterna hasta tres formatos de pantalla diferentes con los que adentrarnos en la psique de sus personajes y marcar el recorrido de la segunda parte sobre los pasos de la primera. Es una propuesta ambiciosa, y el querer abarcar tanto bien le podría haber costado caer en el error de parecer dos películas independientes entre sí, pero nada más lejos del resultado conseguido: conseguir que una mitad no se entienda sin la otra es una de sus mayores virtudes.

Taylor Russell y Lucas Hedges en 'Waves'

La música, un personaje más

Cuando se anunció la producción de 'Waves', muchos medios apuntaron erróneamente que se trataba de una película musical y poco después se desmintió. Vista la cinta, lo cierto es que tampoco iban tan desencaminados. Aquí, la música es sumamente vital. Además de las fantásticas composiciones originales de Trent Reznor y Atticus Ross (responsables también de la partitura de 'Watchmen', otra de las grandes bandas sonoras del año pasado), 'Waves' fluye al ritmo de temas alt-R&B y pop psicodélico de artistas como Frank Ocean, Tyler, the Creator, SZA, Kanye West o incluso Amy Winehouse que funcionan como retrato musical de toda una generación, la nuestra.

En definitiva, el tercer trabajo de Trey Edward Shults se descubre como un drama familiar con un estilo visual apabullante concebido para la generación 'Euphoria'. Si aquellos dos primeros trabajos ya auguraban una carrera prometedora para su director, aquí estamos ante su mejor película hasta la fecha. Una obra que funciona como compendio de todos los elementos que nos han enamorado durante los últimos diez años, desde el manejo de cámara de 'El árbol de la vida', la estética y sensibilidad de 'Moonlight', el juego de formatos de 'Mommy' hasta el retrato de juventud que hacía 'Boyhood (Momentos de una vida)'. En otras palabras, 'Waves' es el culmen del cine que marcó esta década.

Nota: 9

Lo mejor: Taylor Russell, la elección de temas musicales y su soberbia puesta en escena.

Lo peor: Lo desapercibida que ha pasado en la temporada de premios.