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CRÍTICA

'West Side Story': ¿Quién quiere vivir en América?

Steven Spielberg readapta el clásico de Broadway a lo grande. En cines el 22 de diciembre.

Por Luisa Nicolás 2 de Diciembre 2021 | 15:00

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Para la crítica de 'West Side Story', la nueva adaptación dirigida por Steven Spielberg, voy a hacer algo que no creo haber hecho nunca con un remake: escribir sin haber revisado la original, que puede que viese por última vez hace una década. La idea era enfrentarme a ella como lo hará una buena parte de su público, sabiendo lo que representa el clásico de Robert Wise y Jerome Robbins para la historia del cine y la cultura popular, pero con una mirada lo más limpia posible, intentando apartar de mí las odiosas pero naturales comparaciones. Además, Spielberg insiste en que lo que adapta es el libreto de Arthur Laurents para Broadway y no la película del 61, y ha contado con Tony Kushner ('Lincoln' 'Munich') para reinterpretar el guion, ajustarlo a un lenguaje más actual y acercar la historia a nuevas generaciones.

Si hay algo en lo que todo el público y toda la crítica pueden estar de acuerdo es en que Spielberg es un genio, te guste más o menos (que alguien habrá a quien no le guste), porque el Rey Midas de Hollywood lleva más de cinco décadas haciendo historia, al menos historia del cine. Pionero de la era del Nuevo Hollywood, había un género con el que todavía no se había atrevido, el musical, y resulta que se le da tan jodidamente bien como todos los demás, con números de baile vibrantes, una fotografía deslumbrante y una puesta en escena que se confunde entre lo teatral y la superproducción que realmente es. Aunque flojee al final. Con un retraso de un año por culpa de la COVID-19 (tenía que llegar en diciembre de 2020), casualidades de la vida 'West Side Story' se estrena además medio año después que otro musical sobre la inmigración, la diversidad cultural de Estados Unidos y a favor de la integración: 'En un barrio de Nueva York' de Lin-Manuel Miranda, que llegó más pegada a la conversación sobre el alarmante racismo que se está volviendo a normalizar en todo el mundo.

'West Side Story'

La historia ya la conocemos, y si no la del musical, sí la de 'Romeo y Julieta' de William Shakespeare sobre la que se cimienta: Tony, un antiguo miembro de los Jets, banda juvenil de raíces europeas, se enamora de María, hermana del líder de los Sharks, banda de puertorriqueños, y su relación complica la ya de por sí peligrosa rivalidad entre ambas pandillas. Spielberg y su equipo han hecho todo lo posible por no caer en uno de los errores de su predecesora y contar con un reparto que represente, o se acerque al menos, a la vasta diversidad de pieles de la comunidad latina. Sus protagonistas son de origen colombiano como la debutante Rachel Zegler, con ascendencia afro-puertorriqueña como la nueva Anita, Ariana DeBose, o hijo de cubanos como David Álvarez García (Bernardo), aunque todos interpretan a inmigrantes de primera generación de Puerto Rico. En el lado de los Jets, polacos e irlandeses, está la parte del elenco más experimentado en cine con Ansel Elgort dando vida a Tony y Mike Faist ('Panic') como Riff. Pero quizá lo más interesante casting sea el regreso de la icónica Rita Moreno, esta vez en el papel de Valentina, que en la obra original era un hombre judío, Doc, y aquí se reinventa no solo para adaptase a ella, también para evidenciar aún más las contradicciones e incoherencias y lo irracional de la xenofobia.

Zegler, que accedió al papel a través de un casting online abierto para el mundo entero, es todo un descubrimiento como la decidida, pero inocente María, a la que interpreta con pasión y entusiasmo, algo que contrasta bastante con lo plano e insulso que resulta Elgort, que se apaga ante ella, desaparece ante Moreno y está totalmente eclipsado ante el carisma que desprende Faist durante su enfrentamiento en 'Cool'. Precisamente este número, que transcurre en espacio reducido y con pocos personajes, puede parecer de los menores espectaculares, pero es un gran ejemplo de como la sorprendente coreografía de Justin Peck convierte el lenguaje corporal en diálogos, en tensión y emoción sin palabras.

'West Side Story'

De todos modos lo mejor de la película, y que nos perdone Moreno, es Ariana DeBose, que da vida a la orgullosa Anita con una fuerza feroz y una presencia que deja temblando las calles de Nueva York, especialmente en 'America', que baja de los tejado al pavimento del West Side; o en 'El baile en el gimnasio', donde el enérgico trabajo de Peck se enriquece como en ninguna otra canción del sobresaliente vestuario diseñado por Paul Tazewell y el impecable manejo de la cámara de Spielberg. También hay que destacar la dirección de fotografía de Janusz Kaminski, habitual colaborador del director, colorida, luminosa y ostentosamente dramática.

Una tragedia que se vacía

Una cosa que en España no vamos a notar, pero es sin duda el gesto más valiente de la película, es la cantidad de diálogos en español que se van a dejar sin subtitular para dotar de realismo a las relaciones entre los personajes. Porque precisamente el realismo es un aspecto que interesa y mucho al realizador, incluso dentro de un género como el musical que requiere como ningún otro de la suspensión de incredulidad y con una obra que en sus principales escenas de baile solo podemos describir como monumental. Es esa mezcla que mencionamos al principio entre lo teatral y lo grandilocuente lo que peor funciona en la película, un contraste demasiado fuerte entre extravagancia y autenticidad que hace flojear un irregular tercer acto, sin conseguir los niveles de emoción que demanda una tragedia clásica. Su desenlace resulta bastante más frío de lo que podíamos anticipar. Tampoco ayuda, supongo, que la 'West Side Story' de Steven Spielberg duré, como la original, más de dos horas y media (156 minutos para ser más exacta).

'West Side Story'

Con dos de sus últimas películas, 'Los archivos del Pentágono' y 'West Side Story', Spielberg parece estar queriendo matizar lo que significa ser americano, que para ellos, como para Ayuso ser de Madrid, se define por su derecho a la libertad. Un derecho con el que se le llenaba la boca a los seguidores de Donald Trump mientras su líder limitaba el acceso a la información y promovía el racismo y la segregación. La 'West Side Story' original debutó en Broadway en 1957, saltó al cine en el 61 y sesenta años más tarde, tristemente, sigue de actualidad y son todavía noticia los desahucios, la desigualdad, la discriminación y la violencia. Dijo el director durante la promoción que quizá habría que rehacer 'West Side Story' de nuevo en 30 años o en 50, o las veces que sea necesario, enfrentándola a las nuevas generaciones una y otra vez hasta que el mensaje cale. Y lo mismo lleva razón.

Nota: 7

Lo mejor: Los números musicales, Spielberg maneja como nadie el lenguaje cinematográfico.

Lo peor: Ansel Elgort está a la sombra de todos sus compañeros/as de reparto.