El género policiaco suele ser frío, en especial en los casos de asesinato. El toque gélido de la muerte es fácil de recordar en parajes nevados. La ausencia de habitantes en estos territorios confiere una atmósfera inhóspita cuyo viento recuerda a la soledad. Elementos de esta naturaleza son adoptados por quienes habitan tierras como Noruega, un país capaz de concebir una serie tan llamativa como 'Wisting'.
La adaptación del libro de Jørn Lier Horst comparte nombre con el dúo protagonista. Padre e hija son las dos caras de una serie procedimental con dos puntos de investigación: el policiáco con William (Sven Nordin) y el periodístico con Line (Thea Green Lundberg). Ambos personajes aportan dos perspectivas de trabajo que les colocan en posiciones contrarias. Su objetivo común no impide que la determinación vocacional les haga obstaculizarse en los pocos encuentros en que sus tramas coinciden. Esta dinámica conflictiva apenas es introducida en los dos primeros episodios, pero el interés que despierta augura una mayor exploración en los siguientes.
Un piloto en dos partes
La mejor forma de conocer una serie no es sólo su piloto, sino sus dos primeros capítulos. 'Wisting' realiza una marcada división en dos partes para abarcar su trama y personajes. El primer episodio centra su atención sobre el carácter procedimental. El plantel es retratado en sus funciones y características más básicas para desenmarañar las investigaciones de William y Line. En 40 minutos, la serie se lanza desde un punto de partida que se vuelve más atractivo a medida que se profundiza en él. Cada averiguación revela la extensión de un caso con un objetivo que no se desvela hasta el final del episodio.
La segunda parte avanza mucho más despacio con las pesquisas para ahondar en sus personajes. Sus personalidades establecen la parte humana de los investigadores en una situación tan inesperada como es la participación del FBI, personificado en mayor medida en Carrie-Anne Moss. La entrada de esta actriz en escena supone una irrupción que contrasta las metodologías de Europa y Estados Unidos. No obstante, más allá de las diferencias continentales, se vislumbran unos personajes marcados y con tanto que desvelar como el caso en el que trabajan.
La dirección de los capítulos y su puesta en escena posee una uniformidad cercana al espíritu helador de su territorio. Una iluminación sin colores intensos y con tonos apagados mantienen los matices de su clima. Aunque sus policías no caen en esta pesadumbre, el entorno se adueña de cada paso en el camino para descubrir al criminal perseguido.
'Wisting' es una serie que engancha en sus finales sin perder de vista sus desarrollos. Sus capítulos juegan con un caso que adquiere mayor interés a medida que se desentraña. Esta virtud junto a la presencia de Carrie-Anne Moss y el contraste entre el padre policía y la hija periodista aportan una mayor curiosidad a lo que puede dar de si este producción de Noruega.
Nota: 7
Lo mejor: Contraste entre padre policía e hija periodista.
Lo peor: No es una serie impactante en su principio. Requiere tiempo para que enganche.