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CRÍTICA

'Yalda, la noche del perdón': Pena de muerte en prime time

Crítica de 'Yalda, la noche del perdón', dirigida y escrita por Massoud Bakhshi. Protagonizada por Sadaf Asgari y Behnaz Jafari. Premio del Jurado al mejor filme en la sección World Cinema de Sundance 2020.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 30 de Abril 2021 | 09:02
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El cine iraní se ha ganado a pulso ser sinónimo de prestigio. Cineastas como Abbas Kiarostami, Jafar Panahi o Asghar Farhadi han elevado al país de Oriente Próximo, cuya industria es una de las más reconocidas a nivel mundial, a pesar de ser uno de los países más restrictivos de la región, al ser un estado teocrático y fundamentalista, en el que el islam es ley desde la Revolución del 79. Precisamente, el séptimo arte ha sido un reflejo crítico con la realidad social de la antigua Persia. Muestra de ello es Massoud Bakhshi, quien ahora regresa con su tercer largometraje, 'Yalda, la noche del perdón', Premio del Jurado a la mejor película en la sección World Cinema del Festival de Sundance 2020 y mostrada en la sección Panorama del 70º Festival de Berlín.

Yalda, la noche del perdón

Siete años han pasado desde que Jafari presentó su última película, la primera de ficción, 'A Respectable Family'. Un lapso de tiempo en el que dio forma a esta película y en la que vivió, en cierta manera, lo que padece su protagonista, pues estuvo amenazado de muerte y se llegó a pedir que se le ahorcara debido a la representación que hacía de Irán. Y eso se refleja en una cinta que deja en evidencia a una sociedad anacrónica, que posee tecnología de última generación, pero que priva de derechos fundamentales por arcaicas leyes religiosas que, además, perjudican de manera más grave a las mujeres.

Por eso, surgen así programas como el mostrado en el filme, en el que se transmiten cómo condenados a muerte -por crímenes que en otros países no existirían o estos tendrían eximentes- suplican clemencia y el perdón de la familia afectada para evitar la pena capital. Una manera perversa de mostrar al público las consecuencias de 'ojo por ojo'. Para hacer un símil, es como si Mediaset, en programas como 'Sábado Deluxe', o Atresmedia en 'La Sexta Noche', tuviesen de invitados a personas cuyo destino es la ahorca para contar sus miserias y que las víctimas les den el indulto.

Un potente thriller social con dos actrices protagonistas magníficas

La banalización de los derechos humanos -por cierto, inspirado en un programa real que existe y que es de máxima audiencia en Irán-, que en el filme queda doblemente expuesto al ser la historia de una joven condenada a muerte por el homicidio involuntario de su difunto (y mucho mayor que ella) marido. Y eso Bakhshi lo transmite magníficamente con un careo interpretativo soberbio entre sus dos protagonistas. Sadaf Asgari como la veinteañera que recela de aceptar todo el paripé para evitar acabar muerta y Behnaz Jafari como la hija de la víctima, también con el dilema si realizar una vendetta o perdonar y cobrar un dinero que necesita.

Yalda, la noche del perdón

Con esa tensión, unido a dos protagonistas magistrales, 'Yalda, la noche del perdón' se convierte en un potente thriller social, que, además, cuenta con un diseño de producción que ahonda en esa sensación de angustia, al estar rodada solo en una cadena de televisión y transcurriendo la trama durante la emisión del programa en prime time, dejando que el público construya su propia versión de los hechos con los datos que ofrece esta situación.

Si 'A Respectable Family' era una crítica a la sociedad iraní desde una perspectiva más íntima, 'Yalda, la noche del perdón' ahonda los problemas y las venganzas familiares a cara descubierta, lavando los trapos sucios en público, dejando así en una evidencia mayor a la opinión pública, cuyos programas de máxima audiencia acaban siendo dignos de esas realidades distópicas que plasmaban autores de ciencia ficción como Huxley o Koushun Takami. Un ejercicio cinematográfico estupendo, que vuelve a poner Bakhshi en primera línea.

Nota: 8

Lo mejor: La tensión que se siente durante toda la emisión del programa.

Lo peor: Menospreciar ese enfoque, aparentemente sensacionalista, que hay en la cinta, cuando es un reflejo de la banalización de la muerte que hace la propia sociedad iraní.

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