No siempre sucede, pero en buena parte de los casos, las óperas primas suelen ser largometrajes de tintes autobiográficos, como pudo verse con 'Verano 1993' de Carla Simón, 'Viaje al cuarto de una madre' de Celia Rico o 'Las niñas' de Pilar Palomero. Ocurre también con 'Yo niña', el debut en el largometraje de la directora argentina Natural Arpajou, en la que narra una historia inspirada en su infancia, al haber sido criada por unos padres nómadas que vivieron el movimiento hippie en los 70.
Considera una de las mejores realizadores de cortometrajes del país sudamericano, Arpajou camina entre dos aguas con 'Yo niña', pues, por un lado, la cinta es una catarsis personal cinematográfica, pero, por otro, es una reflexión que va más allá del retrato autobiográfico. Esto se ve reflejado en la decisión de situar a sus protagonistas en El Bolsón, famosa comuna hippie en los 70 pero en la que Arpajou no llegó a criarse. Por otro lado, la realizadora omite su experiencia de vivir en varios países y mira de manera desnaturalizada a lo que hubo detrás de parte del movimiento.
Y lo hace a través de la mirada de Armonía, la pequeña protagonista, una fascinante Huenu Paz Paredes, una auténtica llama arrolladora, al saber transmitir al público esa sensación de madurez forzada, pues carece de auténticos referentes paternos, puesto que su madre y su padre (notables Andrea Carballo y Esteban Lamothe) demuestran una clara falta de responsabilidad en un idealismo carente de base. La pareja busca ser antisistema y huir de la civilización, sin medir las consecuencias de sus actos. Es más, la ausencia de autoridad que tienen sobre su vástago queda en evidencia, puesto que Armonía siempre les llama por su nombre de pila, como si aún no hubieran aprobado el curso para ser considerados padres.
Un sólido debut
Esa mirada crítica con el idealismo hippie enlaza el debut de Arpajou con 'La comuna', en la que Thomas Vinterberg reflexionaba sobre su infancia dentro de una casa hippie y de cómo forjó su carácter. También recuerda a 'My Queen Karo', de la belga Dorothée van den Berghe. Por otro lado, Arpajou sabe crear un contraste entre el terremoto familiar y la tranquilidad que ofrecen las secuencias en la Patagonia. Además, la cineasta sí sabe resaltar ciertos aspectos positivos del movimiento, como el feminismo. Arpajou retrata a madres e hijas que buscan salirse de los cánones, no ser perfectas y tener voz propia.
Arpajou aspira a seguir los pasos de otras directoras argentinas como Clarisa Navas o la documentalista Lucrecia Mastrangelo, que muestran que la nueva generación de cine argentino está liderado por ellas, además de que Arpajou pueda ser la respuesta sudamericana a la filmografía personal de Alice Rohrwacher.
Nota: 7
Lo mejor: La fuerza interpretativa de la debutante Huenu Paz Paredes, su química con Andrea Carballo y Esteban Lamothe.
Lo peor: La introducción de un tercero en discorida en la trama adulta.