El egipcio A. B. Shawky se lanza a la dirección con el drama feel-good 'Yomeddine', presentada en la Selección Oficial del 71° Festival de Cannes y elegida para representar a Egipto en los 91° premios Oscar, en la categoría de mejor película de habla no inglesa.
Beshay es leproso, aunque pudo curarse y construir una vida. Sin embargo, todo se vendrá abajo cuando su esposa muera. Decidido a saber por qué su padre nunca le recogió del sanatorio se embarca en un viaje hacia el pueblo que le vio nacer. En esa travesía por el país, le acompañará Obama, un niño huérfano que quiere a Bashay como un padre.
Una fábula con dos protagonistas entrañables
'Yomeddine' es una fábula protagonizada por dos personajes entrañables que, a su vez, representan a dos figuras marginadas por la sociedad egipcia, llena de prejuicios. En este viaje hacia los orígenes, el debutante A. B. Shawky hace una reflexión sobre el valor de la amistad, lo hace en un tono ligero, fácil de conectar, con un mensaje nítido en el que la dignidad de sus protagonistas es su mejor tesoro.
Por otro lado, las interpretaciones son correctas. Los actores no profesionales logran traer naturalidad a una película que tiene cierta esencia de documental. A su vez, Shawky invita a derribar prejuicios sobre la lepra y muestra los enormes contrastes que existen en una sociedad tan inhóspita como la egipcia.
Una travesía feel-good
Su tono ligero hace que sea una película agradable, de mensaje fácil. Sin embargo, Shawky es muy comedido en sus intenciones, tanto que el tono con el que narra el filme va a caballo entre el cine feel-good y el de denuncia social, no logrando provocar la atención necesaria en dos protagonistas que hubieran podido dar más.
'Yomeddine' es un correcto debut, que tiene varios momentos entrañables sobre la amistad y el afán de superación y conciliación con el pasado. No obstante, hubiera estado genial un pulso más potente sobre un drama que se siente algo desaprovechado.
Nota: 6
Lo mejor: La dignidad de sus protagonistas.
Lo peor: Tiene un tono que, realmente, no provoca atención en la trama.
