La vida del gran cineasta Luis Buñuel da para una serie de películas completa. Sin embargo, el reto de acercarse a su figura no es sencillo, prueba de ello es que nadie se ha atrevido a realizar un biopic sobre él, hasta ahora. En forma de animación, el realizador Salvador Simó Busom trae 'Buñuel en el laberinto de las tortugas', basada en el cómic homónimo de Fermín Solís, presentada en la Sección Oficial del 22º Festival de Málaga, donde logró el premio a la mejor banda sonora.
El filme se centra en el proceso de producción de 'Las Hurdes, tierra sin pan', documental que Luis Buñuel realizó en 1932. La película empieza en 1930, en París, donde Salvador Dalí y el cineasta aragonés eran las principales figuras del surrealismo. Sin embargo, el sonoro fracaso de 'La edad de oro', su primera película, provoca que a Buñuel se le cierren todas las puertas. Alicaído, regresa a España para ver a su amigo, el escultor Ramón Acín, que le promete financiar su próximo proyecto si le toca la lotería. Debido a que, justamente, logra ganar el premio Gordo, Acín se convierte en el productor de la cinta, que le llevará a él, a Buñuel y a los técnicos franceses Pierre Unik y Eli Lotar hasta Las Hurdes, una de las regiones más pobres de España, situada en Extremadura.
Un homenaje al cineasta, a Las Hurdes y a la figura de Ramón Acín
Un gran reto por partida doble. Primero, porque se trata de la vida del director de obras clásicas como 'Belle de jour' o 'El discreto encanto de la burguesía'. Segundo, porque adapta un cómic tremendamente aplaudido por la crítica. Simó, que también escribe el guion, junto con Eligio R. Montero, rinde homenaje a Buñuel con respeto, sin innecesarias hagiografías. La película muestra un momento muy importante de la vidal del realizador, en la que se ve una crisis creativa, ya en sus plenos inicios, con la que aprovecha para explorar los fantasmas internos del director, como sus traumas de la infancia y la difícil relación que tuvo con su padre.
Simó humaniza a Buñuel, mostrando su cambio de percepción de la realidad, pasando de una figura tremendamente burguesa, cruel y algo despiadada a una humanista y de compromiso social. En medio, otro homenaje, a 'Las Hurdes', aquel documental que escandalizó en la España republicana, como también en la Francia de los años 30, por mostrar el lado más incómodo de una realidad. De hecho, ese espíritu se volvería a ver en la magistral 'Los olvidados', que el cineasta realizó en México y que causó el mismo estupor gubernamental.
Tampoco falta otro tributo, sutil pero muy presente en la película, al escultor Ramón Acín, productor de la cinta y que fue fusilado en 1936, en el inicio de la Guerra Civil Española, por el bando sublevado.
Un nuevo éxito de la animación de autor española
Pero 'Buñuel en el laberinto de las tortugas' no es solo homenaje, también es un magnífico largometraje de animación. Simón trae el espíritu del cómic de Solís, con un estilo fiel a la obra original y que enlaza muy bien con esa mirada del cineasta de Calanda. A diferencia de otras producciones de animación, Simó arriesga y acierta al mostrar largos planos, que transmiten una sensación que entremezcla costumbrismo con un ambiente inhóspito que produce la sensación de abandono. Magnífica la decisión de entremezclar la cinta de animación con material original del documental.
Eso sí, tiene un pero: su doblaje. Aunque la voz de Jorge Usón podría parecer la adecuada, al ser aragonés como el cineasta. Debido a que es una película de animación, el resultado no es del todo acertado, provocando que el público pueda salirse temporalmente del ambiente de la cinta. Hubiera quedado mucho mejor la voz de un actor de doblaje profesional como la de Jordi Boixaderas o Salvador Aldeguer. No obstante, al final, es una pecata minuta.
'Buñuel en el laberinto de las tortugas' sigue en la línea de otras maravillas de la animación española actual como 'Chico y Rita' y 'Arrugas'. Una película que rinde tributo, sí, de una forma muy personal, entrando en la psique de un genio extraordinario. Maravillosa.
Nota: 8
Lo mejor: La mezcla entre la animación y el documental original de Buñuel.
Lo peor: Hubiera sido mejor un doblaje con actores especializados.