Ya lo dijo la escritora británica Virginia Woolf: "Los ojos de los demás son nuestras cárceles, sus pensamientos nuestras jaulas". El documentalista Marcelo Martinessi, ganador de un premio Orizzonti al mejor cortometraje en el Festival de Venecia, debuta con su primer largometraje de ficción, 'Las herederas', que llega a salas comerciales después de un exitoso recorrido por festivales y premios.
Desde hace más de 30 años, Chela y Martina "Chiquita" viven juntas como pareja. Ambas fueron hijas de familias de la alta burguesía paraguaya en Asunción. Sin embargo, han pasado los años y su heredada posición social ha quedado prácticamente en nada. Cuando Chiquita entra en prisión debido a una deuda con el banco que ha sido interpretada judicialmente como estafa, el mundo de Chela se vendrá abajo. Refugiada en su relación y aislada de la sociedad, la mujer aprenderá a valerse por sí misma cuando una vecina suya le proponga ser su chófer, a modo de que Chela creará un servicio de taxi para su vecina Piluca y las amigas de esta.
Tomarse de la mano y caminar hacia delante
Primero, 'Las herederas' hizo historia al ser el primer largometraje producido en Paraguay entrar en la Selección Oficial del 68º Festival de Berlín, donde logró el Oso de Plata (premio Alfred Bauer), como también el FIPRESCI, el premio Teddy y el Oso de Plata a la mejor interpretación femenina para Ana Brun, que da vida a Chela. Después, el filme es el despertar del cine en el país sudamericano, puesto que Paraguay creó en 2015 su Academia de Cine, como también promulgó una ley para la producción de películas.
Sin duda, no hay mejor debut que esta propuesta, puesto que 'Las herederas' es un filme elegante y pausado sobre la liberación y la independencia de la mujer madura, con un enfoque pocas veces visto en el cine. Martinessi, que también escribe el guion, configura un mundo enteramente femenino, en el que los varones son apenas vistos, siendo solamente nombrados como influencias en la vida de personajes secundarios, mas no en la protagonista.
En ese mundo, Martinessi saca provecho a su experiencia documental, creando un filme de largas secuencias fijas, como también de planos secuencia, lo que le da mayor sensación de realidad a un filme en el que el público se sentirá testigo del proceso de emancipación de su protagonista.
Excelente retrato de una protagonista madura y de la fraternidad entre mujeres
Porque 'Las herederas' es un retrato excepcional, lleno de sutilezas, alejados de brocha gorda y mensaje subrayado. Todo gracias a un guion magnífico pero, sobre todo, a un reparto de actrices excepcional, liderado por Ana Brun. Ella es Chela, transmite al inicio tormento, fragilidad, dependencia. Cuando su mundo se derrumba, ella tenía dos opciones, hundirse autocompadeciéndose o tomarse de la mano y caminar. Martinessi hace que su decisión sea completamente espontánea, creando una protagonista muy humana, que va descubriéndose a sí misma a lo largo del metraje de la cinta.
En medio, el realizador crea un mundo en el que expone, con plena empatía, la fragilidad inicial de la protagonista y la realidad de los personajes que giran en torno a ella. Primero, Chela y su pareja, Chiquita, deben vivir apartadas del mundo al ser lesbianas, en una sociedad machista y patriarcal en la que su relación no se ve con buenos ojos; después, ambas son ya mayores, Chela tiene 66 años y Chiquita 67, lo que le ofrece un tono crepuscular, en el que parece que el liberarse y ser autónomo es demasiado tarde, cuando no lo es; luego está su clase social, a la que Martinessi retrata en estado de descomposición, como puede verse cuando Chela y Chiquita se ven obligadas a vender sus retratos, sus joyas, sus vajillas, todo lo heredado de una época mejor. Después está la fortaleza y el sentimiento de fraternidad entre mujeres, que Martinessi muestra también de forma sutil.
Con 'Las herederas', Martinessi sigue la estela de otros directores que han sabido retratar con suma certeza y elegancia a mujeres maduras, diferentes, libres. Un filme que tiene la esencia de 'Gloria' de Sebastián Lelio o de 'Doña Clara (Aquarius)' de Kleber Mendonça Filho, como también de realizadoras como Lucrecia Martel con 'La mujer rubia' o de Cecilia Atán y Valeria Pivato en 'La novia del desierto'. Fascinante, magnífica, hecha para sentir con sus miradas y sus gestos.
Nota: 9
Lo mejor: El magnetismo de Ana Brun, capaz de mostrar la metamorfosis de su personaje de una forma tan elegante y espontánea.
Lo peor: Infravalorarla por sentir "que no pasa nada".
