Siete años después de una cinta de enredos de andar por casa con 'Juegos de familia', la tarraconense Belén Macías regresa a la gran pantalla cambiando las historias costumbristas por un potente thriller con trasfondo social: 'Verano en rojo'. Adaptación de la novela homónima de Berna González Harbour, con la que se da inicio a la saga protagonizada por la comisaria Ruiz, encarnada por Marta Nieto, a la cual le acompaña Jose Coronado como el periodista Luna.
'Verano en rojo' es la primera novela de la serie literaria que Harbour inició en 2012 y que ya tiene tres entregas más, 'Margen de error', 'Las lágrimas de Claire Jones' y 'El sueño de la razón'. Con esta primera entrega, se hace una toma de contacto con este universo de esta comisaria, la cual debe resolver dos casos que, inicialmente, no parecen estar relacionados, pero que terminan enlazándose. Dos adolescentes, estudiantes de secundaria y bachillerato, son encontrados sin vida, ahogados en ríos. Uno en Madrid, otro en Pamplona.
Los hallazgos son muy similares, lo que hará que se piense que estén relacionados y que el asesino es el mismo. De esa manera, la cinta se introduce en un terrible caso de pederastia en la Iglesia Católica, al ser ambos estudiantes de colegios de la misma orden religiosa. Ambientada en el verano de 2010, la película está situada justo en el año previo a la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que atrajo a miles de jóvenes católicos a Madrid.
En ese contexto histórico, el filme busca ser un thriller con atmósfera de misterio y pulso, con alguna que otra secuencia de acción, pero apostando también por una vena social que lo enlace con dramas sobre el caso como 'Spotlight' o 'Gracias a Dios', ambos basados en hechos reales y con los que Tom McCarthy y François Ozon dejaron de lado cualquier tipo de mirada personal para enfocarse en lo máximo posible en la fidelidad de los hechos y, sobre todo, en la dignidad de las víctimas.
Marta Nieto defiende un papel entre duro y vulnerable
'Verano en rojo' es ficción, lo cual le permite tomarse más licencias. Por un lado, llama la atención que las víctimas sean adolescentes varones, dado que la novela negra no suele poner el foco tanto en este perfil de perjudicado (aunque exista y sea muy real). Más allá de esta novedad, meramente cosmética, el problema que tiene 'Verano en rojo' es que se toma demasiado tiempo en introducir los elementos de misterio que provoquen la intriga en el público.
La cinta, cuyo guion escribe la propia Macías junto con Helio Mira, tiene un problema similar al que tuvieron otros títulos como 'La niebla y la doncella' o 'El guardián invisible', y es que confunde atmósfera de misterio con un tono lúgubre y taciturno que deja el efecto adverso al deseado. También, se siente que se toma la trama de la pederastia en la Iglesia de forma muy superficial. Macías busca tener un equilibrio entre el thriller y el drama social, pero termina quedándose en tierra de nadie.
Eso sí, aplauso para los protagonistas. Marta Nieto, quien en apenas dos semanas ha estrenado tres títulos en el cine (junto con 'Verano en rojo', se han sumado 'La manzana de oro' y '¡Salta!'), y que vuelve a demostrar ser una intérprete magnífica. La murciana sigue la estela de otras magníficas actrices como Marta Etura o Íngrid Rubio, quienes fueron las agentes Salazar y Chamorro en la gran pantalla. Nieto demuestra tener más que solvencia para un personaje duro, pero que muestra su vulnerabilidad. Precisamente, esa es una de las virtudes de la comisaria Ruiz, que logra, además, crear empatía con el público. A su lado, el siempre solvente Jose Coronado, en un papel que demuestra que, inclusive con personajes secundarios, sabe hacerlos brillar.
'Verano en rojo' daba para más y provoca la pregunta de cómo hubiera sido en manos de Raúl Arévalo o Rodrigo Sorogoyen (quien con 'Que Dios nos perdone' demostró tener pulso para este tipo de relatos de asesinos seriales). A pesar de tener algún que otro momento de brillantez, la sensación final es que no logra ser un thriller que atrape completamente y se queda corto en su denuncia social.
Lo mejor: Las interpretaciones de Marta Nieto y Jose Coronado.
Lo peor: Se queda a medio gas tanto en su vena de thriller como en su apartado de denuncia social.
