Si el año pasado describía la gala de los Goya como austera rozando la simpleza, en su 38 edición, los Javis y Ana Belén han conducido una ceremonia edulcorada y pastelosa hasta la diabetes. ¿Y qué tiene eso de malo? Pues a excepción de unos cuantos momentos que rompían el ritmo y alargaban la velada hasta las 3 horas y media, nada. Si en Hollywood se lleva eso de poner sobre el escenario a un humorista que se burle de la crème de la crème de la industria rozando el bullying, aquí la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España ha optado por celebrar nuestro cine, su presente y su historia, además de reivindicar la diversidad y una causa tan necesaria como la libertad de las mujeres a existir sin ser acosadas.
Elegir a Calvo, Ambrossi y Ana Belén ha sido toda una declaración de intenciones, pues no solo las mujeres han tenido más presencia que nunca en las nominaciones (un 61%), también ha sido grande la visibilidad queer e incluso racial. Aunque 'Te estoy amando locamente' y 'Chinas' no han tenido nada que hacer frente a 'La sociedad de la nieve', al menos han acaparado nominaciones reconociendo una diversidad que necesita más presencia en todos los ámbitos de la sociedad. Además, '20.000 especies de abejas', una película sobre la infancia trans, se ha hecho con los premios a mejor dirección novel y mejor guion original para Estibaliz Urresola Solaguren. "Más diversidad racial en el cine español y sin perdón" decía sobre el escenario Malcolm Treviño-Sitté.
Ya desde los primeros compases de la ceremonia, los presentadores señalaron directamente al gran elefante en la habitación: la denuncia de abuso sexual contra Carlos Vermut que no ha hecho más que evidenciar un problema estructural. «Se acabó» ha sido el slogan de la noche, reivindicando el fin de todas las violencias contra las mujeres en la industria. Pero no sería la única demanda de la ceremonia. También la guerra en Gaza y el genocidio contra sus habitantes ha sido objeto de críticas: "Paz para Palestina" pedía Alba Flores antes de entregar un premio mientras y Amaia aplaudía con fuerza.
Ni una mancha en la nieve
En el apartado de premios es donde la cosa se pone más aburrida. 'La sociedad de la nieve' de J.A. Bayona ha arrasado con casi todo, perdiendo solo una de las categoría donde estaba nominada: mejor guion adaptado, que ha ido para 'Robot Dreams'. Tampoco a habido sorpresas en las que no optaba a estatuilla: lo de Malena Alterio por 'Que nadie duerma' y David Verdaguer por 'Saben aquell' estaba cantado y 'Yo solo quiero amor' de Rigoberta Bandini para 'Te estoy amando locamente' era de justicia.
A pesar de que premio tras premio 'La sociedad de la nieve' iba demostrando no tener rival (y eso que en la alfombra todo el mundo hablaba de una cosecha de cine buenísima y muy variada), Bayona se emocionaba tanto con cada estatuilla que parecía que fuese su primera vez invitado a los Goya, aunque esta noche se haya hecho con su cuarto galardón a la mejor dirección. Verle llorar con ese sentimiento y besar a su pareja cuando han dicho su nombre solo puede ablandarte el corazón.
En lo que a números musicales se refiere, tengo que reconocer que el momento Estopa todavía no lo entiendo, pero tanto el arranque de Amaia con un motivadisimo Bisbal como el trío formado por María José Llergo, Niña Pastori y India Martínez cantando 'Se acabó' nos han dejado grandes momentos tanto en casa (me temo que en el patio de butacas Bisbal no ha conseguido poner a nadie a bailar). Otro acierto ha sido el apoyo audiovisual, la gala no ha abusado de vídeos recopilatorios y más allá del clásico in memoriam y los recorridos por la carrera del Goya de Honor y el Goya Internacional, se han homenajeado los papeles femeninos, la animación y mi favorito, la importancia del montaje, transformando 'Ocho apellidos vascos' en un thriller.
Como Miguel Maldonado con las efemérides, alguien en los Goya ha sacado el calendario y se ha dado cuenta de que en 2024 'Todo sobre mi madre' cumple 35 años y ha reunido sobre el escenario a Pedro Almodóvar con Penélope Cruz, Cecilia Roth, Marisa Paredes y Antonia San Juan hasta en dos ocasiones, una de ellas para entregar el premio a la mejor película. También ha habido reencuentro de 'La llamada' (con Macarena García, Anna Castillo, Belén Cuesta y Gracia Olayo) y despedidas musicales a Concha Velasco y María Jiménez, ambas fallecidas en 2023.
En definitiva, aunque larga, es agradable que una gala llena de estrellas pueda tener a la vez un espíritu reivindicativo por causas sociales y como, y perdón por usar esta expresión tan manida, carta de amor al cine español. Eso los Javis lo han hecho desde un sofá muy especial, recordando como estos premios marcaron su vida hasta llegar a presentarlos, pero también lo ha hecho Almodóvar recordando a cierto político de Vox que "el dinero que los cineastas recibimos como anticipo lo devolvemos con creces al Estado".
En nuestra lista de deseos del año que viene solo vamos a apuntar una cosa nueva: que ya que se está aumentando la diversidad y visibilidad en la teoría, en la práctica los galardones terminen un poco más repartidos, dando la justa oportunidad de brillar a películas con menos publicidad y presupuesto, por muy buena que sea, y lo es, 'La sociedad de la nieve'.