Spoilers del final de la tercera temporada de 'House of Cards'
El genial tráiler de la cuarta temporada de 'House of Cards' acaba con Frank Underwood (Kevin Spacey) recordándole a Estados Unidos que él es el presidente que el país se merece. Para bien o para mal: la ambición ciega, la falta de escrúpulos, los crímenes, las mentiras, las traiciones forman parte de la carrera de Underwood tanto como de la historia de su nación.
Nadando muy cómodamente entre el relato shakesperiano y el culebrón elegante (¿no es lo mismo?), la serie política de Netflix que en España emite en primicia Movistar + (a partir del sábado 5 en Canal + Series y Yomvi) no podía volver en mejor momento. Su cuarta temporada coincide en Estados Unidos con la campaña electoral que culminará a finales de año con la hecatombe, perdón, con las elecciones (en España, mientras tanto, no sabemos aún si tendremos que volver a votar o no).
Beau Willimon, el creador de esta adaptación de la original británica, se despide este año de la serie como showrunner (ya están confirmados nuevos nombres para la quinta temporada) y probablemente lo considere el momento adecuado para recordarle por última vez a Estados Unidos de qué va esto de la política. Su única espinita debe de ser no haber imaginado para la ficción algo como Donald Trump. Pero es que ni el mejor guionista daría con un villano así.
Decir que 'House of Cards' es una serie realista sería pecar de inocencia, pero cuando uno ve cómo Frank Underwood y su mujer Claire (Robin Wright) tienen que fingir, planear estrategias y utilizar sus intimidades de las más sucias formas para agarrarse con dientes y uñas al poder, no puede dejar de preguntarse si este no es un retrato acertado del político cínico, egoísta e inmoral que gobierna en todos los rincones del mundo.
Underwood admitió desde bien pronto que lo que a él le interesa, por encima del dinero, de la fama, del pueblo, es el poder. Por eso será tan interesante ver cómo intenta mantenerlo, por primera vez, en las urnas. Ha ejercido de Maquiavelo en el Congreso, en el Senado, en la Casa Blanca, pero de alguna forma se le resiste la prensa y la opinión pública. Con todos ellos seguirá jugando en la cuarta temporada, pero el primer episodio plantea un giro muy interesante centrado en la Primera Dama.
Claire Underwood desatada
'House of Cards' es una serie deliciosa visualmente (la más bonita de la tele desde que acabó 'Mad Men'), adictiva pero elegante, y con muy buenos nombres en su reparto, al que se unen en este año Neve Campbell ('Scream') y Ellen Burstyn ('Réquiem por un sueño'). Pero por encima de todo está el eterno duelo interpretativo entre Spacey y Wright, cuya Claire Underwood casi consigue comerse a Frank en gran parte de las escenas.
Claire ha abandonado la figura de la consorte, apoyo e impulso de Frank, para alimentar más año tras año sus ansias de poder propias, mientras lucha con esa poca conciencia que le queda, a diferencia de a su marido. El final de la tercera temporada dejó a la pareja separada, cuando Claire abandonó a su pareja y Presidente por no poder vivir con alguien tan peligrosamente hipócrita.
El principio de la cuarta temporada demuestra que Claire no dejó a Frank por su falta de escrúpulos, sino para perseguir ese poder que ella también ha buscado toda su vida. Y lo demostrará con un acto despreciable que socava de nuevo lo que le queda de humanidad. Este año Frank tendrá que enfrentarse a las urnas mientras capea el temporal que promete ofrecerle su propia esposa. La relación entre dos personajes es el centro dramático del thriller 'House of Cards', como suele ocurrir en todos los que son buenos. Seguimos enganchandos, votamos a los Underwood.