La décima Fiesta del Cine ha llegado a su fin y con ella miles de espectadores han disfrutado de nuevo del séptimo arte a un precio reducido, pero algunos no olvidarán esta cita fácilmente. Y es que el pasado miércoles 11 de mayo, último día en que tuvo lugar dicha celebración, los cines del Centro Comercial Loranca de Fuenlabrada vivieron un suceso de lo más macabro durante la proyección de uno los largometrajes en cartel: 'Infiltrados en Miami'.
Rondaban las 22:15 de la noche cuando los espectadores de una de las salas, llena a rebosar dada la promoción vigente en estas fechas, vieron cómo cuatro encapuchados entraban en la sala y lanzaban varias mochilas al suelo al grito de "Alá es grande". En medio del desconcierto, los asistentes comenzaron a salir corriendo del recinto, alarmados ante la amenaza. Finalmente todo se trataba de una macabra gamberrada de cuatro jóvenes que huyeron de la sala tras provocar el pánico entre los espectadores.
Según han confirmado fuentes de la Policía Nacional y de la propia gerencia del Centro Comercial, los individuos podrían ser parte de un grupo conocido en la localidad, que ya ha llevado a cabo incidentes parecidos de escándalo público en las últimas fechas. Tras el altercado, y una vez esclarecidos los hechos, los espectadores pudieron regresar a la sala para seguir disfrutando de la película sin más complicaciones. Por su parte, la Policía Nacional ya ha abierto diligencias para investigar los hechos e identificar a los autores.
En Manchester, controvertido simulacro
Esta noticia llega un día después de que en la ciudad de Manchester se llevase a cabo un controvertido simulacro de ataque terrorista. En medio de un centro comercial, uno de los agentes implicados en la operación gritó la frase en árabe "Allahu Akbar" (Alá es grande) durante un entrenamiento para combatir los ataques terroristas. El ejercicio fue grabado en vídeo y compartido más tarde en las redes, lo que pronto hizo levantar las suspicacias de la población que rápidamente condenó dichas acciones.
En respuesta, un alto oficial de la policía de Manchester pidió disculpas por el incidente y las molestias que ello pudiera haber causado: "Reconocemos que fue inaceptable el uso de esta frase religiosa inmediatamente antes del ataque suicida del simulacro, que vinculaba así este ejercicio con el islam", explicó Garry Shewan. Por su parte, el alcalde del Gran Manchester, Tony Lloyd, calificó el suceso de "imprudente, innecesario e inaceptable".
