Este fin de semana llega a nuestras pantallas 'Cuento de Navidad', nueva revisitación a cargo de Robert Zemeckis de ese clásico de Charles Dickens que ha sido llevado a la gran y a la pequeña pantalla en multitud de ocasiones y bajo todo tipo de prismas a lo largo de los años.
Por su parte, el director de 'Polar Express' y 'Beowulf' sigue inalterable en sus premisas de exuberancia y espectacularidad digitales, resultando en ocasiones tan excesivo como gratuito, ofreciéndonos una versión asombrosa en cuanto a calidad técnica se refiere, con constantes y vertiginosos travellings surcando los cielos londinenses, y que no deja de sorprendernos por la tenebrosidad de su puesta en escena, sobretodo si tenemos en cuenta el público familiar hacia al que se dirige.
El film protagonizado por un digitalizado Jim Carrey sigue paso a paso el relato original del celebérrimo escritor británico, recreando ese Londres gris, tétrico y sórdido de un modo preciosista y minucioso, y del que Zemeckis exprime concienzudamente todo el jugo que el 3D estereoscópico le ofrece.
Si algo cabe echarle en cara a 'Cuento de Navidad', sin duda alguna es la falta de calidez de su paleta de colores y, por encima de todo, cierta mecanicidad en alguno de sus personajes secundarios, cuya expresividad resulta en demasía artificial y sus personalidades esquemáticas, lastre que los anteriores filmes animados de Zemeckis también solían arrastrar.
Así y todo, 'Cuento de Navidad' transcurre con presteza por nuestras retinas, gracias sin duda al hechizo visual de su gótica ambientación, si bien su escaso ánimo de innovar -omitiendo su apartado técnico, se sobreentiende- la convierte en un producto tan disfrutable como obviable al mismo tiempo.