La comedia siempre ha estado peor considerada que el drama, al menos para muchos 'puristas del cine', para los que si no salen de las salas derramando lágrimas piensan que la película no merece la pena. Sin embargo hay otra alternativa, y es llorar de risa, lo cual es mucho más gratificante.
Esto es lo que ocurre con 'Cuerpos especiales', una película que tiene como protagonistas a dos pesos pesados del séptimo arte. Por un lado Sandra Bullock, que con casi medio siglo de vida atesora más de cuarenta títulos y un Oscar por su papel de 'The Blind Side'; por otro Melissa McCarthy, una de las reinas de la comedia en Estados Unidos, una actriz brillante que arranca una carcajada hasta al más serio.
Con estas dos actrices y unos cuantos secundarios, Paul Feig ha construido como director una película de casi dos horas de duración con guion de Katie Dippold que consigue hacer reír casi a cada segundo gracias a una sucesión de chistes con gracia, aunque sin olvidar el humor fácil y las situaciones disparatadas, aunque siempre con acierto.
Sandra Bullock, que parece que le ha cogido el gusto a interpretar a una agente con poco arte y estilo tras 'Miss Agente Especial', interpreta a Sarah Ashburn, una agente especial del FBI en Nueva York con nulas habilidades sociales, pero con un expediente profesional intachable. Cuando se presenta la oportunidad de ascender, hace todo lo posible para alzarse con el puesto soñado. Mientras tanto, la agente de policía Shannon Mullins es todo lo contrario a la estirada Ashburn. Bruta, sin modales y sin reparos en hacer lo que sea necesario para luchar contra el crimen, quiere limpiar su Boston natal de delincuentes.
Sus caminos se cruzan cuando Ashburn viaja a Boston para investigar un caso de drogas en nombre del FBI, para lo cual necesita interrogar al detenido de Mullins, que prefiere que sea la agente especial la que le tome declaración para escapar de las garras de la policía. Ahí comienza la guerra entre dos mujeres que tendrán que terminar colaborando para alcanzar su propósito.
Desbordante química entre Sandra Bullock y Melissa McCarthy
De este modo, el espectador se enfrenta a una película que se hace un poco larga, pero no por la historia en sí o porque las interpretaciones sean malas, que no lo son, sino porque le sobra metraje en algunos momentos en los que se podría decir lo mismo en menos tiempo. A nivel técnico es sencilla y correcta, y no necesita más efectos especiales que los que requiere alguna explosión y poco más. Asimismo, la banda sonora está bien elegida para que las carcajadas sigan fluyendo en las salas.
Es importante destacar la gran química existente entre las protagonistas. Ambas son buenas actrices cómicas sin miedo a 'hacer el payaso', y se nota que se manejan con soltura en los derroteros por los que les lleva 'Cuerpos especiales'. Además, con este tipo de películas queda patente que no solo pueden funcionar las 'buddy movies' masculinas, las chicas también pueden protagonizar este tipo de historias, aunque en este caso la trama queda en ocasiones relegada a la relación entre ambas. Lo dicho, para no parar de reír.