Atención, pregunta. ¿Qué tienen en común propuestas tan dispares como 'X-Men 2', 'The Good Wife', 'La máscara 2', 'Spy Kids', 'Ripley Under Ground', 'Titus', 'Eyes Wide Shut', 'Goldeneye' y hasta 'Spiceworld: La película'? La presencia de uno de esos actores secundarios capaces de eclipsar a cualquier compañero de reparto sin aparente esfuerzo ni artificio: Alan Cumming.
Intérprete escocés con un talento innato para equilibrar la siempre compleja balanza entre lo misterioso y la comedia, la intriga y el sobresalto, la torpeza y el delirio, Cumming no ha dejado de trabajar desde que comenzara su trayectoria profesional en el cine a través de 'Passing Glory', película dirigida por Gillies MacKinnon en 1986. Desde entonces, y sumando teatro y televisión a la combinación, el actor no se ha dejado demasiados huecos para el suspiro, manteniendo siempre un nivel constante de trabajo que, sin embargo, no siempre se ha visto recompensado con el éxito merecido.
Aunque, para ser cien por cien honestos, también encontramos errores garrafales dentro de una carrera que, sin embargo, ha sabido sobreponerse a todos y cada uno de ellos. Por eso, cuando uno piensa en Alan Cumming, solamente recuerda aquellos papeles en los que nos hizo saltar de la butaca acompañados de carcajadas, sustos o giros imposibles. Un secundario siempre protagonista.
Curiosidades de Alan Cumming
Sustituto de última hora
En febrero del pasado año 2000, Alan Cumming tuvo el inmenso honor de ejercer de anfitrión en el legendario 'Saturday Night Live'. Sin embargo, no tuvo demasiado tiempo para prepararse ya que, en realidad, su aparición en el programa estuvo motivado por la baja de última hora de Jon Stewart, quien iba a ser el encargado de presentar el espectáculo en un primer momento.
Rey de los Olivier
Sin lugar a dudas, los premios Laurence Olivier tienen un cariño especial hacia Alan Cumming. Y es que, tras ser nominado por primera vez en 1988 como uno de los actores más prometedores de su generación por su trabajo en la producción teatral de 'La conquista del Polo Sur', Cumming ganó el galardón correspondiente a mejor interpretación de comedia en 1991 gracias a 'Muerte accidental de un anarquista'.
Halloween inolvidable
En el Halloween de 2002, Alan Cumming y su amigo Ian McKellen, con quien había trabajado en la fantástica 'X-Men 2', decidieron salir juntos vestidos como dos de sus personajes más célebres, Fegan Floop ('Spy Kids') y Gandalf ('El Señor de los Anillos') respectivamente. Ganadores de cualquier fiesta de disfraces que uno pudiera imaginar.
Exceso de azúcar
Durante una entrevista en el show de Rosie O'Donnell, Alan Cumming confesó que sentía una especial debilidad por las tazas de mantequilla de maní Reese de Hershey, uno de los aperitivos más populares en los Estados Unidos. Tras esta afirmación, fue tal la cantidad de productos de esta marca que comenzó a recibir el actor por parte de sus admiradores que, finalmente, se vio en la obligación de dejar de comerlos. Efectivamente, hasta al dulce se le puede coger manía.
Convenciendo a Kubrick
Para conseguir un papel en la espléndida 'Eyes Wide Shut', Alan Cumming envió una audición en vídeo al mismísimo Stanley Kubrick. El legendario cineasta, conquistado por el talento del actor, le ofreció uno de los personajes de la historia, conociéndole por primera vez en persona en el plató de rodaje. Y fue en este encuentro cuando Kubrick descubrió que Cumming era escocés y no estadounidense, algo que el director daba por hecho tras escuchar el acento perfecto del actor en aquella primera prueba que recibió meses atrás.
Cuestión de dinero
Los responsables de la saga cinematográfica de Harry Potter le ofrecieron a Alan Cumming el papel del inolvidable Gildery Lockheart en la notable 'Harry Potter y la cámara secreta', una propuesta que el actor aceptó de buen grado. Sin embargo, cuando habló con su agente y descubrió que Rupert Grint ganaría más dinero que él, Cumming abandonó el proyecto de inmediato, asegurando que no estaba de acuerdo en que le pagaran menos que a un "actor aficionado de 12 años".
Papeles que no llegaron
Entre los papeles que Alan Cumming ha estado a punto de interpretar, algunos de los cuales podrían haber cambiado sustancialmente el rumbo de su trayectoria profesional, se encuentran el Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Montfa de la excepcional 'Moulin Rouge' y, atención, el Duende Verde del (fracasado) musical de Spider-Man que trató sin éxito de conquistar Broadway.
Abandonando al equipo mutante
Tras conquistar a los fanáticos y a los recién llegados al mundo mutante con su Nightcrawler en 'X-Men 2', Alan Cumming rechazó la oferta de repetir en la polémica 'X-Men 3: La decisión final'. Una negativa motivada exclusivamente por su nulo interés en volver a tener que pasar horas y horas en la sala de maquillaje.
Infancia dura
En sus memorias, publicadas el pasado 2014, Alan Cumming confesó que sufrió abusos tanto físicos como psicológicos por parte de su padre, algo que motivo el distanciamento prácticamente definitivo entre ambos a lo largo de los años.
Aroma propio
Efectivamente, Alan Cumming es una de esas estrellas que cuenta con el honor de tener su propia fragancia. ¿El nombre de la misma? Ni media vuelta: 'Cumming'.