En la última década Disney parece haber encontrado en los remakes de acción real (comúnmente conocidos como live action) una nueva forma de continuar explotando sus, ya de por si bastante desgastados, clásicos animados. Porque sacar secuelas durante los 90 y buena parte de los 2000 (en muchos casos peores que la cinta origina) directamente a VHS y DVD no parecía ser suficiente. De hecho, 2019 se convirtió en el año por excelencia de estos remakes, pues la compañía del ratón estreno tres de los doce proyectos que actualmente componen este universo. Nos referimos por supuesto a 'El Rey León' de Jon Favreau ('Iron Man'), cuya propuesta convenció más al público que a la prensa especializada; al 'Dumbo' de Tim Burton ('Big Fish'), que acabo llevándose un duro varapalo de la crítica y al 'Aladdín' de Guy Ritchie ('Sherlock Holmes'), cuya secuela ya está en producción.
Sin embargo, y aunque en muchos casos (todo ello sujeto a la subjetividad y gustos de cada espectador), estos remakes "realistas" de Disney no llegan a superar o igualar al clásico original, lo cierto es que estas cintas se han convertido en una máquina de hacer dinero para la compañía. Un espíritu u esquema (si preferimos llamarlo así) que ya estableció en 2010 'Alicia en el país de las maravillas', el primer live action con el que el estudio inauguro está nueva era de "revisionados". Pues la cinta, dirigida por Tim Burton y protagonizada por Mia Wasikowska ('Stoker'), Helena Bonham-Carter ('El club de la lucha'), Anne Hathaway ('Amor y otras drogas'), Alan Rickman ('Love Actually') y Johnny Depp ('Piratas del Caribe'), consiguió superar la barrera de los mil millones de dólares a pesar de la divisiva recepción que tuvo entre el público y la crítica.
Echando un vistazo a la filmografía y estilo de Burton, cualquiera puede entender por qué Disney escogió al cineasta para dar vida y forma, en la pantalla grande, al extraño, caótico y bizarro mundo creado por Lewis Carroll en 1865. Porque aunque una de las principales críticas a la cinta fuera su sobresaturación de CGI a la hora de recrear el País de las Maravillas y sus criaturas y habitantes, lo cierto es que esa sobrecarga visual es la que consigue sumir al espectador en ese viaje de locura y desenfreno que vive Alicia (Wasikowska) durante su segunda aventura en ese mundo. Un resultado que animó al estudio a sacar una secuela, esta vez dirigida por James Bobin ('Los Muppets'), que no tuvo (en taquilla) el éxito de su predecesora, demostrando que, a pesar de sus fallos, la primera cinta le debía su espíritu al enorme trabajo de Burton.
Y es que aunque para muchas personas esta película sea aburrida o estética y visualmente esté sobrecargada, para otros es, además de uno de los mejores trabajos del directo, un gran homenaje y revisionado al clásico que escribió Carroll y posteriormente animó Disney en 1951. Por este motivo, y aprovechando el décimo aniversario de su estreno en Estados Unidos (en España se estrenó en abril de 2010), hemos realizado una recopilación de curiosidades y anécdotas del rodaje para conocer un poco más a fondo el proyecto que, de cierta forma, inauguró una nueva etapa de los clásicos de Disney.
Curiosidades de 'Alicia en el país de las maravillas' de Tim Burton
Disney quería a Anne Hathaway como Alicia
Antes de que Tim Burton se hiciera con las riendas del proyecto en 2007, como parte de un acuerdo con Disney para dirigir dos de sus largometrajes ('Alicia en el País de las Maravillas' y 'Frankenweenie'), la compañía del ratón se había fijado en Anne Hathaway para interpretar a Alicia. Sin embargo, la protagonista de 'Princesa por sorpresa', que no quería encasillarse en un rol específico, rechazó el papel por parecerse demasiado a otros personajes que ya había interpretado previamente.
Pero Hathaway sí que estaba interesada en trabajar con Burton. Así que cuando el legendario director se puso al frente del proyecto, la actriz se reunió con él para negociar su participación en la película, donde finalmente acabo interpretando a la Reina Blanca, la legítima soberana del Submundo y la hermana de la Reina Roja. Irónicamente el personaje de Hathaway no aparece en la historia original (debuta en el segundo libro) ni en la película animada de Disney del 51.
El nombre de los personajes
Cuando Lewis Carroll escribió el primer libro sobre Alicia en 1865, solo la protagonista tenía el lujo de poseer un nombre propio. El resto de personajes, que eran un reflejo y una crítica social del autor a la sociedad victoriana del siglo XIX, simplemente tenían títulos descriptivos (el sombrerero, el conejo blanco, Gato de Cheshire...). Un esquema que el resto de adaptaciones, incluido el clásico animado de Disney, respetaron a rajatabla. Sin embargo, Burton quería dotar al remake de un elemento que (a su parecer) el resto de versiones no había explotado: la conexión emocional entre Alicia y los personajes que habitan el País de las Maravillas.
Por ello, el director, junto al equipo creativo de la cinta, inventó un nombre propio para cada uno de los personajes que aparecen en la historia, con el objetivo de dotar a estos personajes de una historia e identidad propias más allá de su relación con Alicia. Por lo que en esta versión la lista de nombres queda así:
-El Sombrerero Loco es Tarrant Hightopp
-El Conejo Blanco es McTwisp
-El Lirón es Malyumkin
-La Liebre es Thackery
-La Oruga Azul es Absolem
-El Gato de Cheshire es Chessur
-La Reina Blanca es Mirana Crimms
-La Reina Roja es Iracebeth Crimms
-La Sota de Corazones es Ilosovic Stayne.
Su conexión con Harry Potter
Curiosamente la película, que se estrenó unos meses antes de que Warner Bros lanzara las dos últimas partes de la saga 'Harry Potter' ('Las reliquias de la muerte', Parte 1 y Parte 2), es uno de los proyectos en el que más actores de la franquicia del joven mago se han reunido a la vez. Concretamente dentro de la historia de Burton podemos encontrar a, Helena Bonham-Carter (Bellatrix Lestrange), Alan Rickman (Severus Snape), Paul Whitehouse (Sir Cadogan), Timothy Spall (Peter Pettigrew), Frances de la Tour (Madame Maxime) e Imelda Staunton (Dolores Umbridge).
Su entrada al club del billón de dolares
Aunque actualmente que una película sobrepase la barrera mil millones de dólares se ha convertido en algo habitual (en 2019 Disney consiguió que ocho de sus proyectos alcanzaran esta meta), lo cierto es que a principios de la década pasada eran pocas las cintas que podían presumir de pertenecer al (por aquel entonces) exclusivo club del billón de dólares. Por ello, muchos se sorprendieron cuando 'Alicia en el País de las Maravillas' (a pesar de su polarizada recepción entre el público y la crítica) se convirtió en la sexta película, en la historia de Hollywood, en sobrepasar la ansiada barrera tras 'Avatar' (2009), 'El Caballero Oscuro' (2008), 'Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto' (2006), 'El Señor de los anillos: El retorno del rey' (2003) y 'Titanic' (1997).
Irónicamente unos meses después la compañía del ratón también consiguió colocar dentro de este distinguido ranking a 'Toy Story 3'. Convirtiéndose así en el primer estudio en estrenar dos películas que sobrepasaron la barrera de los mil millones el mismo año. Logro que la empresa conseguiría actualizar en 2019 al producir (como ya señalamos arriba) casi una decena de proyectos que sobrepasaron esta cifra.
Un rodaje frenético
Todo aquel que conozca mínimamente el mundo audiovisual sabe que producir una película, sobretodo si se trata de una gran superproducción de Hollywood, supone una tarea titánica para todos los implicados en la misma. Sin embargo, la producción de 'Alicia en el País de las Maravillas' llevó este concepto un paso más allá. Pues el 90% de la película, es decir aquellas escenas que se hicieron con un croma de fondo, se grabaron en tan solo 40 días (la propia Hathaway aseguró que rodó todas sus escenas en menos de dos semanas). De hecho, muchos actores, entre ellos Depp, aseguraron sentir náuseas y múltiples malestares físicos después de haberse pasado varias horas filmando rodeados de una pantalla verde.
Para contrarrestar este desagradable efecto secundario, el propio Burton tuvo que empezar a usar gafas con cristales de color lavanda cada vez que filmaban una de estas escenas. En cuanto a la composición de su impresionante banda sonora, que corrió a cargo del legendario Danny Elfman ('Spider-Man'). Esta se realizó sin tener nada más que una pantalla verde de fondo, lo que ensalza aún más el trabajo del compositor con partituras tan épicas y emocionales como el tema principal de la protagonista y de la película.
La inspiración de la Reina Blanca
Durante una entrevista para Los Angeles Times, el segundo periódico más grande de los Estados Unidos después de The New York Times, Burton desveló que para recrear al personaje de Hathaway se había inspirado en Nigella Lawson, una popular periodista, presentadora de televisión y chef británica, conocida en la isla como la "reina del porno gastronómico" debido a su forma coqueta, sensual y extravagante de presentar el programa de cocina que el director usó como inspiración para la Reina Blanca. De hecho, el propio Burton aseguró que lo que más le atrajo de Lawson fue el destello de locura (en el buen sentido según afirmo el director) que reflejaban los ojos de la cocinera mientras presentaba su programa.
La creación del Sombrerero
Aparte de ser la séptima colaboración entre Tim Burton y Johnny Depp, uno de los actores que (junto a Helena Bonham-Carter) se ha convertido en un rostro habitual en los trabajos del director. La labor que ambos realizaron para dar forma, profundidad y presencia a esta versión del sombrerero loco fue extenuante. Además de su habitual feedback, en el que ambos intercambiaron constantemente bocetos, temas e ideas con los que desarrollar al personaje, el actor se vio casi por completo la comedia escocesa 'Rab C. Nesbitt' (una serie de diez temporadas sobre un alcohólico que intenta encauzar su vida) para perfeccionar el acento de Glasgow que debía tener el sombrerero.
Así mismo, durante la post-producción de la cinta Burton decidió que para reflejar mejor las emociones y los cambios de ánimo que sufre el sombrerero a lo largo de la historia, estos se debían aplican también al vestuario del personaje. Por lo que hubo que modificar digitalmente la ropa del sombrerero en todas las escenas en las que aparecía Depp. Siguiendo está misma línea, los ojos del Sombrerero Loco (es decir los de Depp) están ligeramente agrandados (entorno a un 10 y 15%) para lograr crear un efecto de locura e incomodidad en el espectador cada vez que se enfoca la cara del personaje.
Las escenas sin Alicia
Una de las principales características de la novela de Carroll (que ha servido también de inspiración para muchas teorías sobre el personaje) y que todas sus posteriores adaptaciones habían imitado, era la narración de la historia desde el único punto de vista de Alicia. Dando a entender que todo lo sucedido en el País de las Maravillas podía ser tanto real como un producto de la imaginación de la chica tras quedarse dormida mientras su hermana le leía un libro. Sin embargo, para el remake que Disney lanzó en 2010, Burton decidió prescindir de este elemento y grabar varias escenas en las que Alicia (Wasikowska) no estaba presente o era el motor de la trama. Eliminando la posibilidad de que la aventura pudiera haber sido solo un sueño o alucinación de la protagonista.
El Oscar perdido
Tras su estreno la película fue nominada a varios Globos de Oro (de los cuales no acabó ganando ninguno) y tres Oscar, entre los que se encontraban mejor dirección artística, mejor diseño de vestuario y, por supuesto, mejores efectos especiales. Sin embargo, la cinta solo acabó ganando los dos primeros, ya que, a pesar de haberse pasado varios meses en la fase de post-producción para recrear al detalle todas las vestimentas, criaturas y paisajes del Submundo (al que nosotros denominamos como el País de las Maravillas), fue finalmente Christopher Nolan quien se llevó la preciada estatuilla gracias a los efectos especiales de 'Origen'.
Dos personajes en uno
Siguiendo con los cambios que realizó Burton para dar forma a su versión del cuento clásico de Carroll. Descubrimos que la Reina Roja de Helena Bonham-Carter es en realidad la combinación de dos personajes completamente distintos de las novelas. Por un lado, el personaje de Bonham-Carter toma el carácter volátil y con tendencia a la ira de la Reina de Corazones, que en los libros es representada como un naipe con obsesión por el color rojo y las decapitaciones. Y por otro explota el ego y la ingenuidad que caracterizan a la Reina Roja, que en el segundo libro del autor es descrita como una pieza de ajedrez gigante. Es por ello, que a diferencia del ejército de la Reina Blanca, cuya temática imita a las piezas de ajedrez, el ejército de la Reina Roja de Burton está inspirado en una baraja de cartas.