Nos encandiló a todos gracias a su emblemático personaje de Sole en '7 vidas', pero Amparo Baró (1937-2015) fue mucho más. Nacida en Barcelona, la actriz desarrolló una amplia carrera en los escenarios debutando con tan solo 20 años en la obra 'El burlador de Sevilla y convidado de piedra'. Desde ese momento, hasta su retiro en 2013, la actriz nunca abandonó del todo su pasión por el teatro, más allá de que no pudo compaginar sus grandes papeles televisivos, que tanta fama popular le produjeron, con sus más entregados proyectos teatrales. Así, pudimos verla durante quince temporadas en '7 Vidas' y otras siete en 'El internado', pero no fue hasta la finalización de ambas ficciones cuando Baró volvió a situarse sobre las tablas.
De este modo, su carrera en televisión, siendo una de las pioneras del medio, debutando en 1957 en 'Galería de maridos', una de las primeras series rodadas en el país, le proporcionó una presencia constante durante 50 años en la pequeña pantalla y más especialmente en Televisión Española, donde fue una asidua a los espacios de teatro televisado como 'Estudio 1'. Pero como cabía esperar, su reconocimiento, no sólo popular sino también profesional, vino de la mano de la ficción de Telecinco '7 Vidas'. Gracias a ella consiguió tres premios de la Unión de Actores, cuatro premios de la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión de España, un TP de Oro y un Fotogramas de Plata. Así, Amparo Baró pasó a ser todo un referente para decenas de jóvenes actrices y actores con los que trabajó posteriormente, especialmente en la serie de Antena 3 'El internado'.
Su carrera en la pantalla grande
Amparo Baró fue esencialmente una actriz de teatro y televisión, teniendo en cuenta que sus papeles más destacados y reconocidos los realizó para estos medios. Pero, claramente, esta designación no quiere decir que su carrera cinematográfica fuese mucho menor. Es más, la actriz cuenta en su haber con un Goya a la mejor interpretación femenina de reparto por su actuación en 'Siete mesas de billar francés' (2007, Gracia Querejeta) y debutó ante las cámaras, con tan solo 20 años, en 'Rapsodia de sangre' (1957, Antonio Isasi-Isasmendi). Desde ese momento, y durante las décadas de 1960, 1970 y 1980, Amparo Baró realizó unas veinte películas entre las que se encuentran 'Tengo 17 años' (1964, José María Forqué), 'El nido' (1980, Jaime de Armiñán), 'El bosque animado' (1987, José Luis Cuerda) o 'Las cosas del querer' (1988, Jaime Chávarri).
Curiosidades de Amparo Baró
Abandonó su carrera universitaria para ser actriz
Tras terminar sus estudios de Bachillerato, Amparo Baró entró en la universidad para estudiar la carrera de Filosofía y Letras. Mientras la realizaba, y sin tener mucho en cuenta el mundo de la actuación, Baró quedó hechizada por la actriz Asunción Sancho en un representación de 'Seis personajes en busca de autor'. Al comprobar el poder del teatro, la intérprete abandonó impulsivamente sus estudios para centrarse de lleno en su nueva pasión.
Así, animada por amigos, Amparo Baró ingreso en compañías de teatro aficionado y debutó ante el público con la obra 'El burlador de Sevilla y convidado de piedra' (1957). Ese mismo año, gracias a su particular físico y tono de voz, pasó a formar parte de la compañía de teatro Windsor, encabezada por Adolfo Marsillach y Amparo Soler Leal.
Debutó como protagonista por un ataque de apendicitis
Al poco de entrar en la compañía Windsor, Amparo Baró tuvo la oportunidad de interpretar un papel de importancia tras la repentina enfermedad de la estrella Amparo Soler Leal. Un ataque de apendicitis apartó a la actriz principal de los escenarios, antes de una función, y fue una joven Baró la encargada de sustituirla.
Lo hizo para la obra 'Harvey, de Mary Chase', ganadora del Premio Pulitzer. Además, compartió escenario con Marsillach y deslumbró de lleno con su talento desde el mismo inicio de la función. A partir de entonces, su carrera fue siempre hacia arriba, gracias también a otros importantes nombres que le dieron una oportunidad en sus inicios como Jaime de Armiñán.
Rechazó ser protagonista de 'Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón'
Amparo Baró podía haber sido una chica Almodóvar, pero su tajante decisión de no interpretar a uno de los personajes principales de la primera gran obra del manchego le apartó para siempre de esa posibilidad. La actriz declaró que no conocía a Pedro Almodóvar de nada y el guión le parecía una locura. "Cuando leí aquello quedé impactada por las tonterías y las chabacanadas escatológicas que contenía", confesó la actriz.
Con los años, Baró señaló que, aunque no se arrepiente de su decisión, tras conocer en persona al cineasta sí que le hubiese gustado participar en alguna de sus películas pero, por desgracia, nunca más la volvió a llamar.
Era creyente y defensora de la Iglesia
Debido a su personaje de Sole en '7 vidas', Amparo Baró fue vista como una persona muy alejada de los valores religiosos y las creencias. Y es que, a veces, los espectadores llegan a confundir el papel en la pantalla con la vida real de los intérpretes. Nada más lejos de la realidad, en este caso. La actriz era una creyente confesa y disfrutaba mucho entrando en iglesias.
De pequeña estudió en un colegio de monjas y afirmó que su cristianismo y catolicismo le viene de ahí. "Ni me pegaron ni me pellizcaron", dijo en unas declaraciones con ironía. Marcaba la 'x' en la casilla de la Iglesia en su declaración de la renta y defendía la labor solidaria que esta hacía.
Se denominaba anarquista y estaba en contra del movimiento 15-M
Nuevamente, la visión que se tenía de Amparo Baró, debido a su papel en '7 vidas', llevó a más de uno a pensar que la actriz debía que ser comunista, como el famoso personaje que interpretaba. Sin embargo, la actriz declaraba no ser ni de izquierdas ni de derechas, sino más bien anárquica. Aun así, confesó haber votado al PP durante años, pero arrepintiéndose posteriormente de ello.
Eso sí, su anarquismo no parecía estar muy de acuerdo con el movimiento 15-M que surgió en Madrid en el año 2011. Pronunciándose al respecto, la actriz confesó que no le parecía bien acampar en medio de un lugar público, además de que, según ella, sus participantes no sabían expresarse correctamente.
Sus collejas en '7 vidas' eran reales
Con cuantas collejas de Amparo Baró nos habremos reído en nuestra vida... Y es que es así, su personaje de Sole en '7 vidas' las repartía a diestro y siniestro, sin miramientos. Fue su marca de la casa durante las 15 temporadas que duró la ficción y lo que muchos de sus actores nos han hecho saber, posteriormente, es que las recibían de verdad.
Javier Cámara o Toni Cantó, entre otros, han reconocido que las collejas que les daba la actriz eran reales y no precisamente flojitas. Más de una vez sufrieron, en plena toma, el fuerte golpetazo de la veterana intérprete. Gajes del oficio.
No le gustaba recoger premios
En una carrera tan prolífica y laureada como la suya, los premios suelen ser algo habitual. Para muchos es su momento, ese en el que suben al escenario para recibir el aplauso de todos los presentes y así alcanzar el reconocimiento deseado. Sin embargo, Amparo Baró no era muy amiga de ellos. De este modo, casi nunca fue a recogerlos en persona, como ocurrió cuando ganó el premio Goya a mejor interpretación femenina de reparto en 2007, por 'Siete mesas de billar francés'.
"Prefiero arriesgarme a estrenar una obra de teatro y salir, y si gusta que me aplaudan y si no pues que no me aplaudan. Pero yo si tengo que recoger un premio ya estoy segura de que me van a aplaudir. No es falsa humildad, de verdad, no me atrevo", confesó Baró en su momento. Aun así, eso no le impedía dejar de tener buen ojo para los galardones. Poco antes de fallecer, le aseguró a su amiga Carmen Machi que ganaría el Goya por su interpretación en 'Ocho apellidos Vascos'. Cuando subió a recogerlo, la actriz recordó con cariño y admiración la anécdota.
Su fugaz paso por el mundo del doblaje
Con los años, muchos actores y actrices conocidos se han pasado también a interpretar a personajes en películas de animación. Una industria tan en alza y con tantas grandes obras al año no podía dejar pasar la oportunidad de recurrir a famosas voces de nuestro cine y televisión, incluso como reclamo. Así, Amparo Baró tuvo su pequeña incursión en el mundo del doblaje con la película "La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja" (2005).
La irreverente comedia infantil contó con la voz de la veterana actriz, que daba vida a la abuelita de Caperucita Roja. Aunque su paso por el mundo del doblaje fue corto, quedó como un gracioso elemento a destacar dentro de su filmografía.
Acabó enganchada a los videojuegos
Ya siendo mayor, Amparo Baró se adentró en el mundo de la publicidad. Allí, aceptando su participación en un anuncio de Nintendo, la actriz descubrió el mundo de los videojuegos y acabó siendo la cara visible de 'Brain Training', el videojuego para ejercitar la mente que tanto éxito cosechó en su momento.
Pero su aventura por ese mundillo no quedó ahí. Además de engancharse al producto que anunciaba, la actriz terminó comprándose una Nintendo Wii para jugar con sus amigos y familiares a juegos de tenis y boxeo.
Su "relación" con Meryl Streep...
Antes de retirarse por completo, la última obra que realizó en teatro Amparo Baró fue la adaptación española de la famosa 'Agosto (Condado de Osage)', bajo la dirección de Gerardo Vera. En ella dio vida a Violet, personaje que, justo en paralelo, interpretó Meryl Streep en su adaptación cinematográfica ('Agosto').
Esta última interpretación le valió, además, para ganar el prestigioso Premio Max a mejor actriz protagonista. Un reconocimiento, no solo a su espléndido papel, si no también a una carrera sobre los escenarios que abarcó varias décadas.