Y llegó Annie. A lo largo de la década de los setenta, Woody Allen había conseguido introducir en Hollywood su modelo de comedia alocada y siempre pegada a un absurdo cuya consecuencia directa era la carcajada más sonora posible. De esta forma, trabajos como 'Bananas', 'Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar' o 'La última noche de Boris Grushenko', su mejor película hasta entonces, se habían convertido en pequeñas joyas de culto que habían conquistado a público y, especialmente, a crítica. Un camino de éxitos que explotó por completo con el estreno de 'Annie Hall', para muchos, la obra maestra definitiva de su carrera. Para todos, el punto de inflexión definitivo dentro de una carrera deslumbrante.
La taquilla, siempre agradable con el cine de Allen pero pocas veces entusiasta, se volcó por completo con este romance repleto de sentido del humor y melancolía que, en fondo y forma, esconde mucho más que la clásica historia de chico conoce chica, suponiendo un espectacular salto de madurez para el cineasta, también en su condición de guionista de mente privilegiada. Incluso la Academia, históricamente reticente a la comedia, se rindió ante ella, otorgándole cinco nominaciones y cuatro Oscars, los correspondientes a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guion Original y Mejor Actriz para Diane Keaton. Un triunfo indiscutible que terminó de redondear la leyenda de una película destinada a ser uno de los grandes clásicos de la historia del cine. Expectativas cumplidas.
A continuación, nosotros también nos rendimos ante 'Annie Hall' y ofrecemos un homenaje en forma de curiosidades y anécdotas relacionadas con una de las obras cumbres de la trayectoria de un cineasta imprescindible. Uno de esos trabajos en los que todo funciona al máximo de sus posibilidades, dando forma a una historia, unos personajes y un buen número de escenas sencillamente inolvidables. Siempre es un buen momento para regresar a ella. Y volver a aplaudir con insistencia cada una de sus infinitas virtudes.
Curiosidades de 'Annie Hall'
Guionistas entregados
Los guionistas lo tienen claro. Sí, ellos también. En 2015, el Writers Guild of America (Sindicato de Guionistas de América), escogió a a 'Annie Hall' como la mejor comedia de todos los tiempos, la cima del género en la historia del cine. En la lista, que contaba con más de 100 títulos, la obra maestra de Woody Allen superaba a 'Con faldas y a lo loco', que se conformaba con la segunda posición, y a 'Atrapado en el tiempo', medalla de bronce de una clasificación que cerraba, por alguna razón desconocida, 'Shakespeare in Love (Shakespeare enamorado)'.
Los padres de Annie
Hablar de la influencia de una película como 'Annie Hall' a lo largo de las décadas desde su estreno en 1977 es, sencillamente, caer en la evidencia. Es lo que tienen las películas redondas de inicio a fin, sus talones se convierten en referencia directa para numerosos cineastas. Alguno de ellos, como Ben Stiller, se han encargado de confirmarlo.
Y es que, el actor y director de películas como 'Zoolander' o 'Tropic Thunder', confesó que la sombra de 'Annie Hall' estuvo más que presente a lo largo del rodaje de 'Los padres de ella', en especial la escena en la que Alvy se presentaba a los padres de Annie en la película de Woody Allen. No entraremos en comparaciones, pero está claro que, si uno de los referentes directos fue el cineasta neoyorquino, se entiende mucho mejor el notable resultado final de la propuesta protagonizada por Stiller.
Baile de títulos
Está claro que, dentro del proceso creativo que rodea a cada una de sus películas, el momento de poner el título final no es el que más tiempo quita a Woody Allen. Pero, en el caso de 'Annie Hall', hablamos de un momento en el que el problema no fue la ausencia de opciones, sino el exceso de las mismas.
Las prisas tampoco acompañaron. Cuando faltaban tres semanas para su llegada a los cines, Allen tenía bastante claro que el título de la película sería 'Anhedonia', pero la productora no estaba nada a favor de esta opción por lo que comenzó el juego. 'Una montaña rusa llamada deseo' o, glups, 'Tenía que ser judío', estuvieron muy cerca de conseguirlo, pero finalmente reinó la coherencia y terminó siendo 'Annie Hall'.
Homenaje a Diane
Parte de la magia y el encanto que tiene 'Annie Hall', y que ha sobrevivido a lo largo de los años, reside en su condición de homenaje, carta de amor rotundo y brillante, a la figura de Diane Keaton. La actriz, mucho más que un lujo dentro de la carrera de Woody Allen, guarda además una conexión especial con la película, ya que, atención, su nombre es Diane Hall, mientras que su apodo es Annie. Encaja.
Si a esto le sumamos que todos y cada uno de los trajes que Keaton lleva puestos a lo largo de la cinta son suyos, y teniendo en cuenta la revolución en la moda que trajeron consigo en su momento, no podemos más que afirmar que, efectivamente, ella es el corazón auténtico de la película. No se nos ocurre nadie mejor para ello.
Petición a Maestros
Una de las escenas más memorables de 'Annie Hall', y hablamos de una película repleta de ellas, tenía como protagonista al teórico canadiense de la comunicación Marshall McLuhan, cuya presencia alteraba por completo parte del lenguaje narrativo elaborado por Woody Allen a lo largo de la trama. Un giro en fondo y forma que, durante gran parte del proyecto, no iba a recaer sobre los hombros de McLuhan.
Y es que, la primera opción de Allen para esta escena fueron Federico Fellini y Luis Buñuel, pero ambos respondieron de forma negativa a la propuesta del cineasta neoyorquino. No se puede tener todo, Woody.
Menos es más
Las películas de Woody Allen, en su inmensa mayoría, no se suelen caracterizar por tener una duración excesiva, más bien todo lo contrario. Por eso, los datos acompañaban también a 'Annie Hall' a la hora de pasar a la historia de los Oscar con su victoria en la categoría de Mejor Película.
Y es que, con sus 93 minutos, 'Annie Hall' se convertía en la segunda cinta más corta en conseguir esta estatuilla, solamente por detrás de los 91 de 'Marty', la deliciosa comedia dramática protagonizada en 1955 por Ernest Borgnine. Dos joyas tan breves como inolvidables.
Descubriendo a Sigourney
Su aparición no llega al minuto de duración, no tiene ningún diálogo, a duras penas se la diferencia del resto de transeúntes que recorren la escena y el plano, desde luego, no ayuda a reconocerla, pero 'Annie Hall' nos entregó la primera aparición de Sigourney Weaver en la gran pantalla.
Una participación que se puede considerar, siendo generosos, un cameo pero que, desde luego, no ayudaba a intuir, ni muchísimo menos, el talento que acaba de entrar a Hollywood por una de las puertas más ilustres posibles. La revolución Ripley llegaría solamente dos años más tarde, pero aquí está el principio de todo.
Amor sin declaración
A la hora de enmarcar a 'Annie Hall' dentro de un género cinematográfico, las primeras palabras que nos vienen a la cabeza son Comedia Romántica, en mayúsculas. La cuestión es que, ya desde un primer visionado, podemos comprobar que sí, efectivamente, las carcajadas se suceden y el amor recorre casi todos los pasos que dan esta pareja inolvidable. Sin embargo, si ponemos la lupa en sus diálogos, algo que cualquier amante del séptimo arte debería hacer bastante a menudo, descubrimos que no hay ni una sola escena en toda la película en la que, ni Alvy ni Annie, se digan 'Te quiero'.
Por supuesto, importan más los hechos, pero sigue resultando curioso que una de las obras cinematográficas que mejor ha plasmado una relación sentimental, con sus idas y venidas, en la historia del cine no contenga esas dos palabras mágicas. Un mérito más. De puro realismo.
Desmontando a Annie
Más que parecerse las unas a las otras, teoría tan vaga como inexacta, las películas de Woody Allen se alimentan e influyen entre sí, conformando uno de los discursos cinematográficos y narrativos más personales y sobresalientes de la historia del cine. En el caso de 'Annie Hall', esta conversación se hizo aún más evidente dos décadas más tardes.
Y es que, en su obra maestra de 1997, 'Desmontando a Harry', Allen completaba una de sus mejores propuestas con una escena en la que su personaje llevaba a cabo, nada más y nada menos, que una visita al infierno. Un instante brillante que estuvo muy cerca de formar parte del montaje final de 'Annie Hall', aunque finalmente fue descartado. Veinte años después, Allen reescribió la escena. No había envejecido ni un poquito.
Simon & Hall
Una de las muchas presencias ilustres con las que cuenta 'Annie Hall' es la de Paul Simon, es decir, la de uno de los mejores compositores de las últimas décadas. Sin embargo, su aparición en el largometraje va más allá de lo puramente físico, ya que una de sus canciones, la maravillosa 'América', también está presente.
Un homenaje que podemos identificar en la escena en la que Alvy y Annie crean diversas historias sobre las personas que se encuentran en un parque, rememorando la letra del clásico de Simon: 'Riendo en el autobús, jugando con sus rostros; ella asegura que el tipo con gabardina es un espía...'