27.000 dólares. Ni uno más ni uno menos. Con ese 'ridículo' presupuesto, Kevin Smith consiguió levantar 'Clerks' a mediados de los noventa y, no contento con semejante logro, convertirla en uno de los fenómenos cinematográficos más destacados de aquella década cuya capacidad de riesgo y sorpresa se echa cada vez más en falta. Y es que, siendo honestos, es evidente que, a día de hoy, una propuesta así solamente encontraría un espacio más o menos destacado en una plataforma tipo Netflix o similares.
Sin embargo, 'Clerks' logró marcar por completo a una generación que conectó de forma inmediata con los personajes e historias cotidianas y delirantes de una de esas comedias en las que prácticamente todo funciona. Ritmo fluido, gags más que convincentes, auténticos hallazgos del nivel de Jay y Bob el silencioso, un guion en constante estado de inspiración y, sobre todo, una mirada, la de Smith, fresca, auténtica y genuina.
Por desgracia, esta pequeña gran joya sigue constituyendo, más de veinte años después, la cima más incuestionable de un director y guionista que no ha vuelto a mostrar una energía similar, conformando una trayectoria bastante irregular, por no decir sumamente decepcionante. En cualquier caso, aquí continúa 'Clerks' brillando con una luz lo suficientemente potente como para seguir celebrando el regreso a una tienda en blanco y negro que es parte esencial de la cinefilia de millones de espectadores.
Curiosidades de 'Clerks'
Vendiendo para financiar
Más allá de las muchas alegrías que le dio, el corazón adolescente de Kevin Smith se rompió un poco por culpa de 'Clerks'. Y es que, para lograr la financiación deseada para la película, el director tuvo que vender gran parte de su apabullante colección de cómics.
Fotografía obligada
De cara a mantener el menor número de gastos posible, Kevin Smith decidió rodar 'Clerks' al completo en blanco y negro, una técnica más económica que la del color. En ese sentido, si os estabais preguntando porque el protagonista de la historia no podía abrir la ventana de metal de la tienda, era una excusa para que el director y su equipo pudieran rodar de noche sin agobiarse por los efectos de luz del día.
Sacrificando el papel
En un primer momento, Kevin Smith escribió el papel de Randall en 'Clerks' para interpretarlo él, reservándose así las que consideraba las mejores líneas de diálogo del guion. Sin embargo, no tuvo tiempo de memorizar el libreto al mismo tiempo que planteaba la producción y dirección de la película, por lo que decidió meterse en la piel del legendario Bob el silencioso.
Impulso Reitman
El director y guionista Jason Reitman ha confesado en numerosas ocasiones que 'Clerks' fue la película que le motivó a la hora de decidirse a tratar de dedicarse al mundo del cine de forma profesional. De hecho, el cineasta llegó a afirmárselo al propio Kevin Smith durante una entrevista, quien le contestó: "Eres el hijo de Ivan Reitman. Creciste en los rodajes de 'Los Cazafantasmas' y 'El pelotón chiflado'. ¿De verdad me necesitaste a mí para saber que podías ser director?".
Rodaje en familia
A lo largo de 'Clerks', podemos ver, entre otros miembros del proyecto, a la maquilladora Leslie Hoper, el productor Scott Mosier o el ayudante Walt Flanagan, quien llegó a interpretar, atención, cuatro papeles diferentes en la película. Además, la mismísima madre de Kevin Smith llegó a aparecer en la cinta metiéndose en la piel de la señora que desordena botellas de leche en un exhibidor.
Invita la casa
Una de las leyendas más divertidas relacionadas con 'Clerks' corresponde a uno de sus intérpretes, Jason Mewes, quien, al parecer, no ha tenido que volver a pagar una cerveza en ningún bar, ya que le reconocen en todos y cada uno de ellos, invitándole de inmediato.
Decidiendo título
En un primer momento, el título de la película iba a ser 'Inconvenience', buscando así un juego de palabras motivado por que la historia se desarrollaba en una 'convenience store' (tienda). Sin embargo, Vincent Pereira, uno de los cámaras, le confesó a Kevin Smith que le parecía un nombre bastante cursi, proponiendo 'Rude Clerks' (Empleados groseros). Finalmente, el director decidió que 'Clerks' era el título que mejor le funcionaba.
La escena de la vergüenza
Durante uno de los momentos más hilarantes de 'Clerks', el personaje interpretado por Jeff Anderson comienza a leer en voz alta una lista enorme de películas pornográficas frente a una clienta que está acompañada por su hija pequeña. Una escena divertidísima que, sin embargo, se convirtió en una auténtica pesadilla para Anderson, quien pidió rodar de forma separada al morirse de la vergüenza de tener que citar todos esos títulos explícitos delante de una menor.
Final alternativo
Entre el considerable número de escenas que se quedaron fuera del montaje final de 'Clerks' destaca un desenlace completamente distinto al que vimos en pantalla. Y es que, en un primer momento, la película iba a terminar con la muerte de Dante tras sufrir un atraco en la tienda y, posteriormente, con una escena en la que aparecía Bob robando un paquete de tabaco. Nos quedamos con el desenlace original.
Serie fallida
Tras el inesperado éxito de 'Clerks', se dio luz verde a una serie de animación basada en la película, la cual estaba supervisada por un Kevin Smith que también ejercía de guionista. Por desgracia, fue cancelada tras la emisión de solamente dos episodios, los cuales contaron con un apoyo nulo por parte de la audiencia.