En ocasiones, recordamos con mucho cariño las películas que vimos durante nuestra infancia. Quizá, si las volviéramos a visualizar, no tendrían la magia que creemos que tienen, pero la mayoría de los que crecimos en los 90 sonreímos cuando nos viene a la mente el genial Robin Williams en la disparatada 'Flubber y el profesor chiflado'.
La película nos presenta a un simpático y despistado científico que trabaja en una universidad que está a punto de cerrar por falta de dinero. Un buen día, hace un sorprendente descubrimiento que puede evitar el cierre del centro: Flubber, una sustancia voladora que produce energía y que se mueve a velocidades supersónicas.
Se trata de un remake del film de 1961 'Un sabio en las nubes', que Disney supo convertir en una actualizada historia infantil con la que entretener a todos los públicos. Una película que nos ha divertido tanto se merece un homenaje, por lo que os traemos sus curiosidades más interesantes.
Curiosidades de 'Flubber y el profesor chiflado'
La elección de Spielberg
A finales de 1993, Steven Spielberg estaba considerando seriamente ser el productor ejecutivo de 'Flubber y el profesor chiflado'. El realizador quería a Robin Williams para el papel protagonista, pero por aquel momento no parecía viable, ya que el actor se encontraba peleado con la Disney. No obstante, cuando Williams hizo las paces con la compañía, el guionista John Hughes no tardó en ficharlo como la estrella de la película, a pesar de que Spielberg ya no estaba involucrado.
El Mickey escondido
A los de Disney siempre les gusta poner pequeños guiños en sus películas y los pósteres de las mismas, que recuerden a los espectadores a qué factoría pertenecen. Para este film, pusieron un guiño claro en los pósteres en los que Robin Williams sale con las gafas puestas. En la esquina superior derecha, podemos encontrar unas cuantas burbujas que forman la cara y las orejas del célebre Mickey Mouse.
Improvisador nato
Robin Williams amaba su profesión, y eso quedaba claro en cada película en la que aparecía. En ésta, el actor rodaba las tomas tal y como estaban estipuladas en el guion. Sin embargo, después grababa otra totalmente distinta en la que se dedicaba por entero a improvisar. A pesar de que esas escenas no fueron añadidas al montaje final, se supone que darían para hacer otra película entera.
Un sonido con ingenio
El encargado del diseño de sonido de esta película, Andrew M. Somers, tuvo que tirar de ingenio para conseguir crear el sonido de Flubber. El hombre metió en un globo agua, Metamucil y aire. El Metamucil se volvió viscoso en el interior, y le dio al globo ese sonido de Flubber que todos conocemos. La voz de éste la puso Scott Martin Gershin, siendo procesada posteriormente para hacerla parecer más aguda y chirriante.
Actores con semejanzas
En el film que nos ocupa, pudimos disfrutar de la interpretación de un Wil Wheaton realmente joven. El actor, que vuelve a estar de moda gracias a la serie de televisión 'Big Bang', consiguió su papel en la película gracias a su parecido físico al también intérprete Tommy Kirk. Éste, se puso en la piel de Biff Hawk en la versión original del film: 'Un genio en las nubes'.
Abanico de posibilidades
Como bien sabrán los cinéfilos, para una sola película, antes de su rodaje, suelen haber bastantes opciones para elegir quiénes serán los actores de la misma. 'Flubber y el profesor chiflado' no fue una excepción, y es que había otros artistas que pudieron arrebatarle el trono a Robin Williams. Entre ellos, se encontraban intérpretes tan conocidos como Christopher Lloyd, Jeff Goldblum, John Lithgow, Tim Allen y Patrick Stewart.
El cameo de la película
En las grandes producciones, siempre suele haber lugar para cameos, y los remakes son la excusa perfecta para que aparezca un actor o actriz que estuvo presente en la cinta original. 'Flubber y el profesor chiflado' no iba a ser una excepción, y es que aquí pudimos ver a Nancy Olson como una secretaria de la Ford Company. La actriz había interpretado a Betsy Carlisle en 'Un genio en las nubes'.
La moda de los Flubbers
Con el estreno de la película llegó la que fue una de las grandes modas jugueteras de los 90: los Flubbers y sucedáneos. Casi todos los criados en esta generación teníamos este moco verde (o de cualquier otro color) que ni bailaba, ni hacía ruidos graciosos ni era tan molón como la criatura de la película, pero que nos fascinó. Si para lo único que servía era para llenarse de polvo y pelos de casa a los cinco minutos de sacarlo del bote...
