Cuando hablamos de Drácula en el cine, es normal que sean varios los nombres que nos vengan a la cabeza. Incluso, según a qué generación pertenezcas, podrás pensar en ella a todo color y recrearte en lo que Francis Ford Coppola hizo a principios de los noventa. O quedarte con el encanto del blanco y negro con el que Bela Lugosi conquistó al mundo. O incluso pensar en Christopher Lee como el conde Drácula definitivo.
En el cine de género, y ya desde la etapa muda de la Universal y toda la explosión de monstruos que hubo entre los años treinta y cincuenta, fueron muchos los actores que acabaron convirtiéndose en figuras clave para el mismo, pero si tenemos en cuenta lo que pasó desde los cincuenta en adelante, una nueva generación de actores llegó dispuesta a tomar el relevo. Y Sir Christopher Lee fue uno de ellos, pues un año después de encarnar a la criatura de 'La maldición de Frankenstein', se convertía en el villano de 'Drácula', el título dirigido por Terence Fisher que acabó convertido en clásico del cine de género desde el momento de su estreno, y el cual recordamos en el presente especial.
Misma base, menos presupuesto
Partiendo de la misma premisa que ya habíamos visto antes en cine, el film de Fisher tuvo que hacer frente a toda una serie de infortunios derivados del poco presupuesto con el que se rodó, teniendo que fusionar varios personajes secundarios de la novela en uno y obviando varias de las secuencias de viaje, tan características del estilo epistolar de Stoker. Guionista y director supieron afrontar todo esto y lograron dotar de vida a una película por la que pocos apostaron en su momento, y que supuso un éxito arrollador.
En ella, el conde Drácula (Lee) llegará a Londres tras haber embaucado a Jonathan Harker (John Van Eyssen) en su castillo. En la capital inglesa, será el Doctor Van Helsing (Peter Cushing) quien deba enfrentarse al malvado vampiro, quien hará todo lo posible por recuperar el amor de su antigua amada, de igual aspecto que la joven Mina (Melissa Stribling).
Curiosidades del 'Drácula' de Terence Fisher
Ajustándose al presupuesto
Con la llegada del color, y un año después de que la Hammer hubiese estrenado 'La maldición de Frankenstein', la Hammer contrató al guionista Jimmy Sangster para que escribiese un nuevo guion basándose en el 'Drácula' de Bram Stoker.
Debido a que el presupuesto con el que contaba la película era muy ajustado, Sangster tuvo que ideárselas para que los costes de producción no se disparasen, es por eso por lo que no hay secuencias de viajes (solo la del carruaje de caballos) ni vemos a Christopher Lee transformándose en murciélago o lobo.
Las lentillas
Para algunas de las secuencias, Christopher Lee tenía que llevar unas lentillas especiales, las cuales fueron un suplicio para el actor, ya que además de provocarle una severa irritación, reducían tanto su campo de visión que en cierto momento el actor llegó a salirse del encuadre del plano.
Las únicas exquisiteces
Además del maquillaje y la cuidada puesta en escena, la escasa cifra invertida en producción permitió que también se pudiera contar con carruajes históricos reales.
Ya que esa sería la única secuencia de viaje de la película, los productores contactaron con George Mossman, coleccionista de carruajes que había fundado su propio museo en 1954, y quien se prestó encantado a participar en la película con sus piezas.
Cambio de nombre
Con la llegada a los cines de Estados Unidos, 'Drácula' tuvo que ser renombrada allí como 'Horror of Dracula', para que no hubiese confusiones con el 'Drácula' de 1931.
¿El motivo? Aunque hubiesen pasando casi tres décadas, la película protagonizada por Bela Lugosi seguía proyectándose en algunos cines del país.
Fugaz y barato
Pese a que su encarnación de Drácula pasase a ser uno de los personajes más recordados de su carrera, Christopher Lee apenas tiene dieciséis líneas de diálogo, las que suman un total de siete minutos en pantalla.
Por ello, el actor solo cobró 750 libras esterlinas, una cifra irrisoria si tenemos en cuenta que el film llegaría a recaudar 25 millones de dólares tan solo en Estados Unidos.
Salvavidas
Pese a que muchos consideren que la Hammer fuera la competencia de la Universal, hay que tener en cuenta que estábamos ya en diferentes periodos, y que la compañía estadounidense participó activamente en el éxito de la Hammer, llegando a ser la distribuidora de sus películas en Estados Unidos, donde 'Drácula' se estrenó en un programa doble junto a 'The Thing That Couldn't Die'.
Además, y por boca del propio presidente de la Universal en aquel momento, el arrollador éxito de la película de Christopher Lee en USA, salvó a la compañía de la bancarrota.
La capa
Después de haberse dado por perdida, en el año 2007 se encontró la capa con la que Christopher Lee había dado vida a Drácula. Valorada en unos 50.000 dólares, estuvo desaparecida más de tres décadas y fue durante el inventario de una tienda de disfraces de Londres donde apareció, teniendo que ser el propio Lee quien confirmase que se trataba de la capa original.
Sin dobles
Para rodar algunas de las secuencias, el estudio había pensado en ponerle un doble a [i/]https://www.ecartelera.com/personas/peter-cushing/[i]Peter Cushing[/i], pero el actor se negó en rotundo y optó por ser él mismo quien las llevase a cabo.
Las malas lenguas dicen que, por temas presupuestarios, la Hammer aceptó encantada la proposición de Cushing, mientras que también existía la preocupación de que el actor acabase lesionado. Sea como fuere, él mismo fue quien acabó haciendo la escena en la que saltaba sobre una barandilla.
Abriendo la veda
Junto a 'La maldición de Frankenstein', 'Drácula' propició que la Hammer pusiese toda la carne en el asador para comenzar con su propio ciclo de monstruos.
De las nueve películas de Drácula que si hicieron, Christopher Lee estuvo presente en siete de ellas, de las cuales tan solo coincidió con Peter Cushing en tres (incluida la de 1958), que fueron 'Drácula 72' y 'Los ritos satánicos de Drácula'.
Historia del cine
Debido a cómo llegó a calar tan hondo en la cultura popular, con el paso del tiempo la película fue considerada para que una copia de ella se guardase en el archivo de conservación del British Film Institute en 2007.
Tras varias demoras, no sería hasta 2011 cuando se llevaría a cabo lo propuesto, coincidiendo además con el hallazgo de una copia con más minutos de metraje y mejor conservada en Tokio, la cual incluía además una mejora en la secuencia de la muerte de Drácula.
