Son muchas las etiquetas que pueden acompañar a un título como 'El abominable Dr. Phibes', una de aquellas películas de género de los setenta a las que el paso del tiempo les ha sentado de maravilla. Y siendo conscientes de que para el gran público todavía es un film a descubrir, en el presente especial reivindicamos su importancia como pieza de culto nacida en un momento cinematográfico que, lejos de pensar en lo políticamente correcto, no se tomó en serio a sí misma.
En el Londres de 1925, y ocultando su rostro tras una máscara por culpa de haber quedado desfigurado en un accidente, el Dr. Phibes decidirá tomarse la justicia por su mano y vengar la muerte de esposa, Victoria (Caroline Munro), considerando que durante una operación, el equipo de cirujanos cometió una terrible negligencia. Evidentemente, nadie podría haber encarnado mejor que Vincent Price a un villano que traspasó fronteras y que fue elevado a lo más alto del panteón de monstruos del cine.
Mejunje de géneros
Lo mejor de todo, será la genuina forma con la que Phibes decide acabar con sus víctimas: basándose en las plagas bíblicas que asolaron Egipto, poniendo en jaque a un detective de Scotland Yard, quien se pone al mando de la investigación ayudado por el doctor Vesalius (Joseph Cotten), quien fuera el máximo responsable de la fallida operación de Victoria.
Claramente adscrita al terror, 'El abominable Dr. Phibes' funciona a la perfección como ejemplo de serie B, thriller procedural o comedia de terror, siendo además un slasher pionero, avanzándose en el tiempo a los títulos que realmente canonizaron el subgénero ya más adelantada la década ('Navidades negras', 'La noche de Halloween').
Dirigida por Robert Fuest, encargado también de la reescritura de gran parte del guion (por lo que no fue acreditado) para dotar al personaje principal del carisma con el que lo recordamos a día de hoy, que nadie se lleve las manos a la cabeza si decimos que en Phibes está la semilla de uno de los grandes psychokillers del nuevo milenio. Y es que tanto Jigsaw como la esencia de la saga 'Saw', son claros herederos de la locura con la que Vincent Price nos regaló a este inolvidable malvado, capaz de convertir lo imposible en una retahíla de set pieces de horror donde (por vengar al amor) todo vale.
Curiosidades de 'El abominable Dr. Phibes'
Publicidad engañosa
Para llamar la atención de la gente y atraer al máximo de público a las salas, la productora American International Pictures, que ya tenía gran experiencia en la distribución de películas de terror, jugó al despiste con una campaña de supuesta censura, en la que mostró uno de los carteles promocionales de la película con el rostro monstruoso de Vincent Price tapado "por orden de las autoridades".
Además, y teniendo en cuenta el tirón que Price tenía en Estados Unidos, se anunció como la película número 100 en la carrera del actor, cifra que no se ajustaba a la realidad, ya que por aquel entonces el actor había rodado cerca de 80 películas y participado en más de 50 productos para televisión (series y telefilms).
Compañeros
Joseph Cotten, que en la película interpretó al Dr. Vesalius, llegó a sentirse incómodo durante el rodaje. El motivo era que consideraba que tenía que trabajar más que Vincent Price, ya que muchos de sus diálogos serían incluidos en post-producción.
Cotten llegó a decirle a Price que tenía que decir muchas más líneas de guion que él, a lo que el actor le contestó que "sí, pero que aun así me las sé, Joe", dejando clara la fama de la exquisita memoria de Price, quien acababa aprendiéndose los diálogos de casi todo el mundo en las producciones en las que trabajaba.
Con la intención de que Cotten se sintiese cómodo en el rodaje, cuentan que Price se dedicó a hacerle muecas para que se riese.
Sin Van Helsing
Antes de que Joseph Cotten fuese el escogido para interpretar al Dr. Vesalius, 'El abominable Dr. Phibes' iba a contar con otra gran estrella del terror que formaría un buen dúo con Vincent Price.
Se trataba de Peter Cushing, el mítico Van Helsing de la Hammer, quien tuvo que rechazar el proyecto debido a los problemas de salud de su esposa, Violet Helene Beck, quien fallecía en enero de 1971.
Cambiando las plagas
El Dr. Phibes se inspirará en las 10 plagas de Egipto relatadas en el Antiguo Testamento ,para elaborar su rocambolesco y cruel plan de venganza. Sin embargo, y una vez la película empezó su proceso de pre-producción, se decidió que Phibes no lo tomaría tan al pie de la letra al menos con dos de las plagas: la de las moscas y la de los mosquitos.
El principal motivo fue que en aquel entonces, sabían que sería complicado conseguir que visualmente fuesen momentos impactantes, por lo que fueron sustituidas por ratas y murciélagos. La secuencia de las primeras iba a suceder dentro de un barco, pero el director Robert Fuest decidió cambiarlo por un avión.
Por lo que a los murciélagos se refiere, se utilizaron zorros voladores, especie de mayor tamaño pero también más dócil y fácil de amaestrar.
La sombra del plagio
Una vez que la película ya se había podido ver en casi todo el mundo, empezaron a surgir una serie de acusaciones directas contra la productora, a la que se acusó de plagio. Pese a que los guionistas James Whiton y William Goldstein habían querido hacer una historia original sobre un científico loco y su brutal venganza sobre quienes acabaron con la vida de su amada, las comparaciones pronto hicieron que fuese un título argentino el que saliese a flote a menudo.
Se trata de 'El hombre que volvió de la muerte', película de Narciso Ibáñez Menta emitida en Canal 9 (medio bonaerense) emitida en 1969, y cuyo argumento iba sobre un hombre falsamente condenado, quien decide aliarse con un científico para que convierta su cuerpo en un implacable superhumano que debe esconder su rostro tras una máscara, iniciando así su venganza contra los que acabaron con su apacible vida.
Por desgracia, el paso del tiempo no ha arrojado luz sobre esta polémica, pues no se conservó ninguna copia de aquel título, que a día de considera un film perdido.
La presencia de Virginia North
La actriz Virginia North solo hizo cinco películas en toda su vida, siendo 'El abominable Dr. Phibes' la última de su efímera carrera (en 1969, tuvo un pequeño papel en '007 al servicio secreto de su majestad británica').
La forma en la que consiguió el papel de Vulnavia (personaje que primero se esbozó como otro mecanismo de relojería con aspecto humano como los otros de la película), tuvo mucho que ver con el magnetismo que desprendía y no por la forma en la que podría decir sus diálogos, ya que la productora contactó con ella después de haberle visto actuar en un teatro de Londres, haciendo de la hija de Satanás y teniendo que mantenerse en silencio durante toda la obra.
La transformación a monstruo
Uno de los principales motivos por los que el rostro deforme del Dr. Phibes no aparece mucho en pantalla, se debe a que el maquillaje era todo un engorro para el equipo y, en especial, para Vincent Price, a quien tenían que estar repasándole cada dos por tres porque le aguantaba poco. Sea como fuere, la cara monstruosa de Phibes pasó a ser icono del cine de género de los setenta.
En cuanto fueron conocedores de que ese maquillaje les iba a traer problemas durante todo el rodaje, y con la intención de no retrasarse en el calendario establecido, optaron por una máscara de goma para Price, quien ya sufría de lo lindo para las secuencias en las que tenía que hablar sin mover la boca, las cuales se hicieron aplicando colodión, una especie de barniz que, literalmente, paralizaba la cara del actor.
Homenaje satánico
Al parecer, el director Robert Fuest quiso homenajear a un amigo suyo a través del personaje del Dr. Phibes. Dicho amigo no era otro que Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satán.
Fue por ello por lo que decidió que el villano, que en el guion se presentaba como un ser despiadado, cruel y siempre con el semblante serio, podía representar parte del carisma e histrionismo de LaVey gracias al talento de Vincent Price, quien acabó bordando el papel.
Para acabar de corroborar la estrecha relación entre Fuest y el líder satanista, el director le dio incluso un pequeño papel en 'La lluvia del diablo', estrenada en 1975 y en la que LaVey apareció acreditado también como consejero técnico.
Últimas voluntades
En 1978, la película de Robert Fuest siguió incrementando su aura de film de culto, por si el hecho de la inspiración en Anton LaVey y la sola presencia de Vincent Price no fuesen suficientes.
Siendo ya un dato curioso de la crónica negra, y con todos los elementos para ser carne de leyenda urbana, al parecer Keith Moon, el batería de The Who, vio 'El abominable Dr. Phibes' justo antes de morir en su casa de Londres por culpa de una intoxicación por Clometiazol.
La secuela
En julio de 1972 se estrenaba 'El retorno del Dr. Phibes', dirigida también por Robert Fuest, quien para esta ocasión se encargó también del guion.
En ella, Vincent Price estuvo acompañado de nuevos actores (Peter Cushing incluido) y actrices (Valli Kemp sustituyó a Virginia North como Vulnavia), en una historia que nos volvía a poner ante los ojos a un Dr. Phibes dispuesto a todo por resucitar a su amada Victoria, de nuevo protagonizada por Caroline Munro, quien esta vez sí que estuvo acreditada en la película como tal.