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TRAS LA MÁSCARA

La que no canta y más curiosidades de 'El fantasma de la ópera' de Joel Schumacher

Un repaso a las curiosidades de 'El fantasma de la ópera' de Joel Schumacher, estrenada en 2004 y basada en el musical de Andrew Lloyd Webber.

Por Javier Parra González 15 de Diciembre 2017 | 09:30

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Era el año 2004 cuando se estrenaba una de las películas que el público había estado pidiendo a gritos durante años: 'El fantasma de la ópera'. Dirigida por Joel Schumacher, uno de los nombres clave del cine comercial de Hollywood de finales del siglo XX, la obra llegó tras haber estado dando tumbos sin aparente rumbo durante casi veinte años, en los que parecía estar destinada a un final tan trágico como la historia del Fantasma que la protagonizó.

Siendo muchas las adaptaciones al cine que se han llevado a cabo sobre los personajes góticos inspirados en la literatura, el recorrido del Fantasma de la Ópera no había sido tan prolífico como el de otros compañeros de la época. Si bien Drácula, la Momia, la criatura de Frankenstein o el Hombre Invisible se habían convertido en los máximos estandartes en cuanto a la representación de la categoría de villano con ínfulas de antihéroe, la del Fantasma se había materializado en el cine en muchas menos ocasiones.

No por ello hay que menospreciar la obra de Gaston Leroux, el novelista francés a quien debemos la creación de 'El Fantasma de la Ópera' allá por inicios del siglo veinte, la cual traspasó fronteras y se convirtió en la década de 1980 en uno de los musicales de mayor éxito de toda la historia.

El fantasma de la ópera

De Broadway a la pantalla

De la mano del músico Andrew Lloyd Weber, la novela se convertía en todo un éxito en las tablas de Broadway y Londres, razón por la cual desde Warner Bros. no dudó ni un solo momento en hacerse con los derechos para convertir la obra en una película musical.

Tras años en los que el rodaje se fue posponiendo, y con una larga lista de nombres que estuvieron asociados al proyecto, por fin llegó el momento de convertir un espectáculo en directo en una película. Sin embargo, y pese a que logró hacer en taquilla 154,6 millones de dólares (costó 70), su recibimiento fue mucho más frío de lo que se esperaba.

Dejando a un lado su asociación al cine de terror con el que se nos había presentado al Fantasma allá por 1925 (por obra y gracia del magnífico Lon Chaney), fueron Gerard Butler y Emmy Rossum los escogidos para interpretar al trágico villano y a la soprano Christine Daaé, entre quienes surgirá una extraña relación de amor (de él por ella) y fascinación (de ella hacia él), la cual recuperando en este artículo que da todas las claves para comprender la grandeza de un título que prácticamente quedó en el olvido y que merece ser recordado.

Curiosidades de 'El fantasma de la ópera'

Clásico gótico

Clásico gótico

'Le Fantôme de l'Opéra', escrita por Gaston Leroux, fue publicada en 1910 y pronto se convirtió en uno de los títulos ejemplares de la novela gótica.

Combinando terror y romance, su historia nos llevaba hasta la Ópera de París de finales del siglo XIX, donde un hombre llamado Erik, vive escondido entre los pasillos secretos y catacumbas, ocultando su rostro desfigurado bajo una máscara que le da el aspecto de el Fantasma.

Hábil acróbata, ventrílocuo y amante de la música, su figura se convierte en una especie de leyenda urbana, quien además no se corta a la hora de chantajear y extorsionar a los responsables de la ópera, ya que dada su pericia musical, se encarga personalmente de llevar a cabo algunos arreglos en las partituras.

La historia de la novela comenzará cuando Erik se enamore perdidamente de la nueva soprano, Christine Daaé, quien a su vez se enamorará de Raoul, el Vizconde de Chagny y amigo suyo de la infancia, mientras sentirá una extraña fascinación por la figura del Fantasma.

Los anteriores Fantasmas

Los anteriores Fantasmas

La figura del Fantasma de la Ópera se convirtió en una de las primeras que explotó el primer cine de terror. Fue en 1925 cuando Lon Chaney lo encarnó por primera vez en 'El fantasma de la ópera' de Rupert Julian, convirtiéndose así en el segundo Monstruo Clásico de la Universal en llegar a la pantalla (el primero había sido Quasimodo en 'El jorobado de Notre Dame', también interpretado por Chaney).

En 1943 llegaría la segunda adaptación, ya en plena etapa clásica de la Universal, dirigida por Arthur Lubin e interpretada por Claude Rains.

La Hammer recuperó al personaje de la mano de Terence Fisher en 1962, dándole un aspecto más terrorífico con Herbert Lom en la piel del Fantasma.

Serían varias las adaptaciones que se harían de la novela de Leroux durante años, pero la siguiente con más fama llegaría a modo de musical ópera rock dirigida por Brian de Palma. 'El fantasma del paraíso' no solo tomaba aspectos de la obra, sino que también tenía aspectos de 'El retrato de Dorian Gray' y 'Fausto'. William Finley fue el encargado de interpretar a este icónico y moderno Fantasma.

Ya en los ochenta y noventa, llegaron sendas adaptaciones que volvían al terror, dirigidas por Dwight H. Little y Dario Argento. En la primera, de 1989, El Fantasma no fue otro que Robert Englund; mientras que en el film de Argento, con ciertos toques de erotismo, el rol recayó sobre Julian Sands, que tuvo como partenaire cinematográfica a Asia Argento.

El musical de Webber

El musical de Webber

Inspirándose en la novela de Gaston Leroux, en 1986 se estrenaba en el West End de Londres 'The Phantom of the Opera', uno de los musical más famosos de todos los tiempos, el cual llegó a Broadway en 1989 y se convirtió en el más longevo de la historia de la escena neoyorkina, además de ser uno de los más aclamados en Londres.

Con más de diez mil representaciones a lo largo de los años (cifra que alcanzó en 2012), su adaptación corrió a cargo del compositor Andrew Lloyd Webber, ganador de un Oscar y un Globo de Oro a la Mejor Canción por 'Evita', y quien además de obtener cuatro Grammys, consiguió el prestigioso Tony (los Oscars de Broadway) por 'The Phantom of the Opera'.

Entre muchos otros, Webber ha sido responsable de éxitos musicales como 'Cats', 'Jesucristo Super Star', 'Sunset Boulevard' o 'El Mago de Oz'. Junto a Joel Schumacher, se encargó de adaptar el guion del musical para la película 'El fantasma de la ópera'.

Schumacher, la única opción

Schumacher, la única opción

Tan solo tres años después del estreno del musical 'The Phantom of the Opera', Warner Bros. se hizo con los derechos para llevar a cabo una adaptación cinematográfica.

El principal aspecto a tener en cuenta, y se dice que es por el que el film tardó casi dos décadas en empezar a rodarse, es el hecho de que Andrew Lloyd Webber firmó el trato con el único requisito de ser él quien llevase a cabo el control creativo de la película.

El músico no dejó opción para que ningún realizador de primera fila se encargase de dirigir 'El fantasma de la ópera', pues él ya tenía bien claro quien debía ser el responsable: Joel Schumacher.

Parece ser que Webber había quedado fascinado con el trabajo que Schumacher había hecho en 'Jóvenes ocultos', y por eso creyó que sería el más indicado para adaptar al cine su famoso musical. Sin embargo, el realizador estaría un tiempo con la agenda completa, pues encadenó los rodajes de 'Línea mortal', 'Elegir un amor', 'Un día de furia', 'El cliente', 'Batman Forever', 'Batman y Robin', 'Asesinato en 8mm.', 'Nadie es perfecto', 'Tigerland', '9 días', 'Última llamada' y 'Veronica Guerin'.

Sin embargo, Webber fue fiel a sus principios y, mientras se iban sucediendo las idas y venida en el casting, esperó pacientemente a que Schumacher se entregase al completo para la película, que inició su producción en 2002.

El casting

El casting

Cuando el proyecto aún estaba en una primera fase (allá por los noventa), los dos primeros nombres que sonaron con más fuerza para encarnar al Fantasma no fueron otros que Antonio Banderas y John Travolta.

Finalmente, ambos nombres quedaron descartados cuando 'El fantasma de la ópera' se convirtió en una realidad e inició su fase de preparación comenzado el nuevo siglo.

Para el papel del Fantasma, fue el propio Joel Schumacher quien puso el ojo sobre Gerard Butler, cuyo trabajo en 'Drácula 2001' le había gustado y consideró que daba el perfil perfecto para interpretar el mítico rol. El actor tuvo que tomar clases de canto, ya que no estaba muy instruido en tal arte, en contraposición a Hugh Jackman, quien audicionó para el papel pero que fue descartado. Por lo referente a Patrick Wilson, el actor fue el primer escogido para interpretar a Raoul, dada su experiencia en Broadway.

En el apartado del casting femenino para interpretar a Christine Daaé, la primera opción fue Katie Holmes, quien llegó a empezar las clases de canto pero acabó siendo sustituida por Anne Hathaway, cuyas aptitudes vocales se adaptaban mejor a las exigencias de la película. Por suerte o por desgracia, Hathaway tuvo que desvincularse del proyecto debido a que, por exigencias de contrato, debía rodar 'Princesa por sorpresa 2', cediendo así el testigo a Emmy Rossum.

El nuevo aspecto del Fantasma

El nuevo aspecto del Fantasma

Si bien la figura del Fantasma de la Ópera ha estado siempre ligada al horror gótico, para la caracterización de Gerard Butler se prefirió optar por un aspecto mucho más cercano al que se había visto en el musical de Webber que al de las anteriores representaciones cinematográficas.

Debido a que 'El fantasma de la ópera' sería un musical romántico, el lavado de imagen de nuestro antihéroe le acabaría dando un aspecto totalmente ligado al Romanticismo, con una máscara que difería en cuanto a tamaño y dejaba a un lado el aspecto creepy que le habían dado en los films de horror de la Universal, la Hammer y demás.

Aun así, Butler tuvo que someterse a sesiones de unas cuatro horas cada vez que tenía que rodar, dejando al descubierto parte de su rostro (no como en el musical), dándole así el innegable atractivo por el que el personaje de Emmy Rossum sentiría fascinación.

Monumental dirección de arte

Monumental dirección de arte

Con un presupuesto de 70 millones de dólares, el rodaje se llevó a cabo entre septiembre de 2003 y enero de 2004 en los legendarios Pinewood Studios de Londres (lugar de rodaje de la saga '007: James Bond', entre otros centenares de títulos).

Anthony Pratt, responsable del diseño de producción de títulos como 'El hombre de la máscara de hierro', 'Excalibur', 'No sin mi hija' o de la serie 'Roma', fue el encargado de elaborar la Ópera de París, para cuya recreación hicieron falta más de 70 toneladas de acero y unos 15.000 litros de pintura.

Por su magnífico trabajo, Pratt fue nominado a su segundo Oscar como director de Arte (la primera nominación se la ganó en 1987 por 'Esperanza y gloria', de John Boorman).

La que no cantó

La que no cantó

Si bien para Gerard Butler, Emmy Rossum, Patrick Wilson y el resto de intérpretes lo de cantar era una de las exigencias más claras para poder participar en 'El fantasma de la ópera', hubo una de las actrices para las que tal aptitud no se tuvo en cuenta.

Esa no fue otra que Minnie Driver, nominada al Oscar en 1998 por 'El indomable Will Hunting', y que interpretó en la película de Joel Schumacher a Carlotta Giudicelli, la soprano estrella de la Ópera de París a quien sustituirá Christine Daaé (Emmy Rossum).

Driver tenía dotes de cantante, pero a un nivel muy básico, es por ello que la voz que oímos cuando su personaje canta ópera, es la de la soprano inglesa Margaret Preece, en la que fue primera (y única) incursión en el cine.

Reconocimiento en la temporada de premios

Reconocimiento en la temporada de premios

Además de la nominación al Oscar para Anthony Pratt, 'El fantasma de la ópera' cosechó otras dos en la ceremonia que se llevó a cabo en 2005.

El director de fotografía John Mathieson conseguía así su segunda nominación tras 'Gladiator', mientras que Andrew Lloyd Webber y Charles Hart eran nominados en el apartado de Mejor Canción Original por 'Learn To Be Lonely'.

Pese a que la película no consiguió ninguna de las tres estatuillas, también había llegado a estar presente en los Globos de Oro, donde además de a la Mejor Canción Original, optó a los premios de Mejor Comedia o Musical y al de Mejor Actriz en Comedia o Musical para Emmy Rossum, siendo esta la primera (y única hasta la fecha de hoy) nominación para la intérprete. Por otro lado, la actriz sí que logró el reconocimiento en los Saturn Awards y los Broadcast Film Critics Association Awards, donde fue premiada en la categoría de Younger Actress.

El desorbitado valor de la lámpara

El desorbitado valor de la lámpara

Después de que el personaje de Emmy Rossum descubra ante todo el público el aspecto del Fantasma (Gerard Butler), quitándole la máscara en el escenario, éste emprenderá una huida llevándose a la chica ante el horror de todos los allí presentes.

Para ello, hará caer una gigantesca lámpara de cristal que provocará el caos, la cual pesaba más de doscientos kilos y estuvo valorada en más de un millón de dólares. Para rodar la escena, la empresa de CGI Cinesite creó un modelo a escala, ya que la original era de tal envergadura que no cabía en el set de rodaje.