Pocas películas se pueden definir como redondas o perfectas. 'El hombre que mató a Liberty Valance' es una de ellas. El principal responsable es su director, John Ford, perenne emblema del Hollywood regido por los grandes estudios. A su gran manejo de la narración cinematográfica hay que sumar el tremendo talento de su reparto, encabezado por John Wayne, James Stewart y Lee Marvin, que unieron fuerzas en este moderno western.
A pesar de la dulce relación de Ford con los Oscar, la película solo fue nominada a uno de esos cuatro premios que ya tenía agrupados en su hogar. Su estreno se produjo en la primavera de 1962, y supuso su reunión con Wayne tras triunfar con obras maestras como 'La diligencia' o 'Centauros del desierto'. Además, dio la oportunidad a los espectadores de ver juntos en pantalla a dos leyendas del western como eran el propio Wayne y Stewart, que compaginaba sus viajes al oeste con otro tipo de dramas y comedias.
'El hombre que mató a Liberty Valance' se considera la última gran película de John Ford, que sigue propagando su influencia 44 años después de su fallecimiento. De las más de 100 películas que filmó Ford, la historia de Stoddard y Doniphon tiene reservado un sitio muy especial en la memoria cinéfila. Por eso hemos querido recordar varias anécdotas del rodaje de este fascinante relato:
Curiosidades de 'El hombre que mató a Liberty Valance'
Colisión de vaqueros
La actitud de John Ford con John Wayne fue tan hostil como la de algunos generales en películas bélicas. Dos años antes, director y actor habían coincidido en 'El álamo', western para el que Ford había dirigido algunas escenas sin recibir crédito por ello. El problema fue que pocas de esas secuencias pasaron el corte de la sala de montaje, y al parecer Ford la tomó con Wayne por ese desprecio a su trabajo. Un día en el set de 'Liberty Valance' el intérprete sugirió una pequeña modificación en una escena, y el cineasta se enfureció con él por cuestionarle: "Dios mío, te saco de los westerns baratos, te introduzco a las grandes películas, y me haces una estúpida sugerencia como esa".
La última película
John Ford se adaptó al salto del blanco y negro al color, pero no cabe duda de que la mayoría de sus trabajos más reconocidos fueron filmados en gama de grises, de oscuros y claros. 'El hombre que mató a Liberty Valance' fue su última película en blanco y negro. Una despedida en toda regla de los colores que dotaron de vida a 'Las uvas de la ira' o 'La diligencia'.
Alegría de vivir
John Ford llegó al rodaje de 'El hombre que mató a Liberty Valance' como una estrella absoluta del cine, estatus que justificaba su dictadura durante las grabaciones. En esta película Ford rebajó un poco su dureza habitual, incluso el actor Edmond O'Brien resaltó la felicidad de su director: "Nunca he visto a John Ford más feliz que haciendo esta película; vino radiante cada mañana, y no era algo muy habitual en él".
Reducir costes
El origen de la decisión de rodar en blanco no está del todo claro, ya que Ford señaló que se hizo para incrementar la tensión, pero otras fuentes hacen mención a la necesidad de Paramount de rebajar el presupuesto todo lo posible. De no haber reducido la inversión, Ford probablemente habría recurrido al Technicolor para filmar el largometraje, que habría pasado por una localización tan espectacular y vasta como Monument Valley.
Del suelo al cielo
Actualmente 'El hombre que mató a Liberty Valance' es considerada una de las obras cumbres de la sobresaliente carrera de John Ford, pero en el momento de su estreno no se tuvo la misma consideración. La cinta fue recibida como un trabajo menor del realizador, presentado un año después del estreno de 'Dos cabalgan juntos'. Por suerte el paso del tiempo ha dado la razón al sentido común y no a la fiebre que nubló la vista en su llegada original a los cines, que no hizo justicia a uno de los grandes títulos de la historia del cine estadounidense.
Lifting cromático
Una buena razón por la que se decidió aplicar el tratamiento en blanco y negro fue por la escasa coherencia entre la edad de algunos personajes y los actores que los interpretaban. James Stewart contaba 53 primaveras cuando el rodaje comenzó, y John Wayne 54, por lo que había una brecha de cerca de tres décadas con sus personajes. Esa divergencia no fue tan notable gracias a la ausencia de color, que habría delatado instantáneamente a los dos veteranos actores.
Aval seguro
Las recomendaciones laborales funcionan en Hollywood mejor que en cualquier otro sitio. Después de trabajar con él en 'Los comancheros' meses antes, John Wayne sugirió a Lee Marvin para interpretar el papel del criminal Liberty Valance. John Ford le hizo caso y le otorgó uno de los roles más importantes de su vida, que sirvió de anticipo a su maravillosa e impecable aparición en 'Doce del patíbulo'.
Igualdad temporal
También acerca de esa notable diferencia de edad entre actores y personajes cabe destacar que Ford dudó a la hora de seleccionar a James Stewart para encarnar a Ransom Stoddard. El cineasta se planteó elegir a un actor con una edad acorde a la del joven abogado inexperto en su oficio, que llega al pueblo a desarrollar su vocación. Pero finalmente se decantó por Stewart para no hacer tan evidente la diferencia de edad entre John Wayne y su justiciero personaje, Tom Doniphon.
El mimado del jefe
John Ford y Lee Marvin consiguieron una fantástica química en el set de rodaje, tanto que el actor fue el único que se libraba de las broncas del jefe. Ford le consideraba una persona auténtica, por su carácter, su talento y su servicio militar en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, un día el equipo de la producción se quedó estupefacto cuando Ford entró al set y Marvin silbó con fuerza. Todos creían que el día iba a comenzar con tormenta, pero el director le dedicó una sonrisa porque aquel silbido era propio de la Armada, para dar la bienvenida al capitán.
Nada de cobardes
"No eres un cobarde. No eres un cobarde". Eso le susurró John Ford a James Stewart cuando perdió la orientación con su personaje. Ese momento tuvo lugar durante el rodaje de la escena de la diligencia, en la que Stewart se encontraba muy inseguro con su rol, hasta que el cineasta se acercó a él y le infundió la confianza que le faltaba.