El género blockbuster ha vivido muy pocos fenómenos similares al que zarandeó al mundo entero en 1993. Ya sabéis, dinosaurios, Michael Crichton y Steven Spielberg, o lo que es lo mismo, 'Parque Jurásico', una obra maestra absoluta del entretenimiento que, a día de hoy, no ha perdido ni un ápice de su grandeza, su épica, su intriga y, por encima de todo, su poder de fascinación. No importa el número de veces que la hayas visto, ese instante en el que John Hammond pronuncia las palabras mágicas, "Bienvenidos a Jurassic Park", todo nos dirige a la mismísima esencia de la fascinación, a la emoción real, a la ilusión de estar siempre ante algo nuevo e indescriptible. Y, por desgracia, también irrepetible.
Cuidado, que nadie espere aquí un linchamiento a 'El mundo perdido (Jurassic Park)', secuela dirigida también por Spielberg cuatro años después de que su predecesora reventara todas las taquillas posibles y se asentara en el trono de lo eterno. Simplemente, el efecto conseguido con nuestra primera visita al parque más famoso de la historia del cine no se podía volver a conseguir por más esfuerzos que se llevaran a cabo. Por eso, y porque el material literario original ofrecía la oportunidad, Spielberg y compañía decidieron probar cosas nuevas, aportando un tono y un ritmo distinto y aprovechando la ocasión para introducir homenajes a un tipo de cine clásico perfectamente reconocible.
Una apuesta creativa que, tras su estreno, quedó demostrado que no había funcionado para gran parte de la crítica y, especialmente, para un público que, con toda probabilidad, hubiera preferido más de lo mismo. Sin embargo, conviene resaltar que la misión de 'El mundo perdido (Jurassic Park)' no era nada sencilla. Igualar los méritos y virtudes de su predecesora se antojaba imposible, así que la frialdad general no dejó de ser algo bastante previsible. Por fortuna, el paso del tiempo y de los visionados, alejado completamente de la presión del aquí y ahora, ha servido para situar esta secuela en un lugar mucho más agradecido que al que parecía destinada en 1997. Efectivamente, estamos ante un entretenimiento muy notable repleto de escenas rodadas con la maestría marca Spielberg, espectaculares momentos de acción e intriga y, por encima de todo, con un sentido de la aventura y una personalidad propia envidiable, nada que ver con la fotocopia más evidente que podría haber sido. En definitiva, y a pesar de estará a años luz de la primera entrega, 'El mundo perdido: Jurassic Park' sigue siendo mucho mejor de lo que las expectativas nos parecieron indicar. Ya se sabe, nunca hay que fiarse de ellas. Pero descubramos un poco más los secretos de esta secuela querida y odiada casi a partes iguales.
Curiosidades de 'El mundo perdido'
Dinosaurios delicados
Como demostró 'Jurassic World', a veces es mejor usar efectos especiales tradicionales que tirar de exceso de CGI. Resumiendo, los dinosaurios de la trilogía inicial, especialmente los que aparecían en las dos primeras entregas, funcionaban mejor que los de la reciente película de Colin Trevorrow. Eso sí, también ocasionaban más problemas.
Por ejemplo, durante el rodaje de 'El mundo perdido (Jurassic Park)', estaba completamente prohibido el uso de teléfonos móviles, ordenadores portátiles y otros aparatos electrónicos similares cerca de los animatronics debido a que el material con el que estaban fabricados era sensible a las ondas hertzianas, lo que podría haber provocado fallos importantes en su funcionamiento. Es lo que tiene la tradición por encima de las nuevas tecnologías.
Rodaje express
Steven Spielberg no se suele caracterizar por realizar rodajes interminables, más bien todo lo contrario. Hablamos de un director capaz de hacer su trabajo, en la mayoría de ocasiones con resultados inolvidables, en un tiempo que no requiere prórroga alguna. En lo que respecta a sus películas jurásicas, también cumplió con esta regla no escrita.
Al igual que sucedió con 'Parque Jurásico', Spielberg terminó el rodaje de 'El mundo perdido (Jurassic Park)' cinco días antes de los 74 que estaban programados en un principio. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Trato con Joe
El director Joe Johnston, responsable de 'Capitán América: El primer vengador' o, glups, 'El guardián de las palabras', entre otras, tenía todas las papeletas para ocuparse de la dirección de 'El mundo perdido (Jurassic Park)', dejando a Steven Spielberg como productor principal.
Una propuesta que no terminó de convertirse en realidad por culpa de la agenda de un Johnston que se encontraba en pleno proceso de postproducción de la exitosa 'Jumanji'. Una decisión que el director se vio obligado a tomar pero que Spielberg convirtió en buena noticia al prometer a Johnston que se sentaría en la silla de director de una hipotética tercera entrega. Un trato que, por desgracia, se terminó haciendo realidad con 'Parque Jurásico III', la peor película de la saga.
La llamada de Steven
A esas alturas de su carrera, y pese a haber participado en películas tan maravillosa como 'Safe' y comedias románticas tan encantadoras como 'Nueve meses', Julianne Moore todavía no tenía el (merecido) prestigio y reconocimiento con el que cuenta en los últimos años.
Por eso, cuando recibió la llamada del propio Steven Spielberg para ofrecerle participar en 'El mundo perdido (Jurassic Park)', Moore se quedó totalmente en shock. Tras su estreno, la actriz aseguro que no dudó ni un instante en decir que sí ya que era una auténtica fanática del director y de la primera entrega de la saga jurásica. Normal.
Homenajes
Steven Spielberg aprovechó 'El mundo perdido (Jurassic Park)' para, entre otras cosas, rendir tributo a alguna de sus películas favoritas, especialmente aquellas que podían compartir algo del tono desarrollado por el director en esta secuela.
De esta forma, nos encontramos con un conjunto de homenajes hacia 'King Kong' y 'Godzilla', presentes durante todo el tramo final del T-Rex en San Diego. De hecho, en algunos casos se trata de algo más que un guiño, como demuestra la frase de uno de los personajes que huye del dinosaurio ("Me fui de Tokio para no encontrarme con esto").
Variando las melodías
Repasar curiosidades de películas de Steven Spielberg y no mencionar a John Williams en alguna de ellas sería tan absurdo como injusto. El trabajo conjunto de estos dos genios siempre deja alguna anécdota y 'El mundo perdido (Jurassic Park)' no es una excepción.
De hecho, hablamos de una de las partituras menos accesibles del compositor, quien tomó la arriesgada decisión de ignorar las inolvidables melodías de la primera entrega, es decir, el camino más sencillo y seguro, y apostar por una música repleta de percusión, especialmente de tambores y bongos, instrumentos esenciales para transmitir la atmósfera de una isla perdida en medio del océano. Una elección con la que Spielberg estuvo completamente de acuerdo y que resultó todo un acierto. Para variar.
Locos por Juliette
La admiración total que Steven Spielberg siente hacia Juliette Binoche, totalmente comprensible, le ha ocasionado más de un disgusto. Para ser exactos, dos. Y ambos jurásicos. El primero de ellos, se produjo durante el proceso de elección del reparto de 'Parque Jurásico', ya que el director deseaba contar con la actriz francesa para que interpretara el papel de la doctora Satler, personaje que finalmente recayó en las manos de Laura Dern tras la negativa de Binoche.
Spielberg, un tipo constante, volvió a probar suerte y le ofreció cuatro años más tarde el papel de Sarah Harding, protagonista de 'El mundo perdido (Jurassic Park)'. En esta ocasión, la respuesta de Binoche fue aún más contundente, asegurando que solamente participaría en la película si podía interpretar a un dinosaurio. Ironía francesa. Imaginamos que Spielberg no se rió tanto.
A distancia
La leyenda de las leyendas. La curiosidad que nos negamos a creer que sea cierta. La hipótesis más alocada de la carrera de un Steven Spielberg que, suponemos, pondrá los ojos en blanco y negará con resignación cada vez que se la recuerden. Allá vamos: 'El mundo perdido (Jurassic Park)' estuvo dirigida por Spielberg desde su casa, usando la videollamada para realizar su trabajo.
Vuelta al parque
'Parque Jurásico' funcionó tan sumamente bien que fueron muy pocas las voces que se posicionaron en su contra. Ni siquiera los temidos fanáticos de la novela original escrita por Michael Crichton dieron demasiado follón con los cambios y licencias tomadas por Steven Spielberg y su equipo en aquella obra maestra.
Quizá por eso, David Koepp, responsable del guión, recuperó algunas escenas del libro para que aparecieran en 'El mundo perdido (Jurassic Park)', como el prólogo, con el ataque de un grupo de procompsognathus a una niña, o aquella en la que varios personajes se esconden del T-Rex detrás de una cascada. Momentos que, después de todo, terminaron siendo de lo mejor de la cinta.
Ahora o nunca
Muchas de las críticas que recibió 'El mundo perdido (Jurassic Park)' se centraron especialmente con el tramo en el que el T-Rex atacaba la ciudad de San Diego, asegurando que se trataba de un momento que parecía sacado de otra película. Lo curioso es que el propio Steven Spielberg estaba de acuerdo. De hecho, durante el comienzo del proyecto, el director tenía la intención de guardar esta escena para la tercera entrega, cambiando de opinión en el último momento al pensar que, con toda probabilidad, no volvería a dirigir una película de la saga. Acertó por completo.