Su inspiración en hechos reales y otras 16 curiosidades de 'Emmanuelle', el gran mito erótico

Pese a que el filme de 1974 es uno de los más míticos del cine erótico, y también del cine de los años 70 en general, lo cierto es que no fue la primera adaptación de la novela de Emmanuelle Arsan. En 1966, el francés Jean-Pierre Thorn dirigió un cortometraje basado en el libro de Arsan.

Eso sí, el corto de Thorn no fue tan explícito en las escenas sexuales, lo que hizo que tampoco fuese muy fiel al espíritu de la novela de Emmanuelle Arsan, que emanaba erotismo en cada una de sus páginas. Por el contrario, sí mantuvo la reflexión sobre la sexualidad femenina, las relaciones de pareja y las diferentes maneras de ver el sexo entre el mundo occidental y el oriental. En 1969 se estrenó también una película italiana inspirada en los escritos de Emmanuelle Arsan, 'Io, Emmanuelle', dirigida por Cesare Canevari y protagonizada por Erika Blanca y Adolfo Celi, aunque está película se rodó en Milán, alejándose de los escenarios exóticos que tendría la adaptación de 1974.

Lejos de películas de la misma década, como 'El último tango en París', 'El portero de noche', 'El imperio de los sentidos' o 'Salón Kitty', los productores de 'Emmanuelle' quisieron que no tuviese elementos sórdidos, así como que el erotismo no se enfocase de manera excesivamente morbosa, sino de forma elegante, sensual y femenina. Rousset-Rouard y el director Just Jaeckin describieron el proyecto como "algo delicado y hermoso con una historia preciosa". Quizás, ese fue el elemento que permitió que la película fuese un éxito en todo el mundo y que acudiese un número notable de público femenino.

Fue todo un reto artístico para Just Jaeckin, ya que era su ópera prima. El cineasta intentó emular el éxito de 'Emmanuelle' con sus siguientes largometrajes, entre los que están 'Historia de O', 'Madame Claude' y 'El amante de Lady Chatterley', que tuvieron éxito en taquilla, aunque no llegaron nunca al nivel de 'Emmanuelle'.

A diferencia del cine de la época, 'Emmanuelle' buscó la calificación X, lo que provocó que se convirtiese en una de las primeras películas comerciales en tener el estatus de cinta pornográfica. La clasificación X se aprobó en el país galo en 1975, con el fin de catalogar al cine pornográfico, aunque la película se libró de tal calificación, gracias a la mente aperturista del gobierno de Valéry Giscard d'Estaing. Eso sí, 'Emmanuelle' sí fue considerada X en su estreno en el Reino Unido, y eso que se eliminaron y censuraron escenas. Como nota curiosa, fue la primera película X distribuida por Columbia Pictures en Estados Unidos. Debido al gran éxito que tuvo la cinta, se convirtió en la primera película considerada X en exhibirse en salas comerciales y de forma masiva.

En la actualidad, la clasificación X para 'Emmanuelle' carece de todo fundamento, especialmente por haber sido superada en escenas sexuales explícitas por títulos más comerciales como 'Nueve semanas y media', 'Instinto básico', '9 songs', 'El desconocido del lago' o 'La vida de Adèle'. Desde el momento de estreno, 'Emmanuelle' tuvo la calificación de No recomendada para menores de 16 años en su Francia natal. En el resto de países sí tuvieron que rebajar la calificación, en el Reino Unido sólo la pueden ver los mayores de 18 años y no es catalogada de cine X. En Estados Unidos tiene la calificación NC-17, la misma que cintas como 'Showgirls', 'Shame' o 'La mala educación'. En España, tiene la calificación de No recomendada para menores de 18 años, pudiéndose encontrar en DVD o blu-ray en tiendas comerciales como Fnac o El Corte Inglés.

Está claro que 'Emmanuelle' no sería nada si no estuviese Sylvia Kristel. La actriz neerlandesa cautivó a millones de espectadores de todo el mundo con su sensual cuerpo, su inocente mirada y su frágil rostro. Sin embargo, la actriz dudó inicialmente en aceptar el papel. Tras superar una prueba de casting en la que no sólo estuvieron implicados el director y el productor, sino el mismísimo François Truffaut como consultor creativo, la joven promesa, que había trabajado de modelo y que sólo había participado en tres proyectos cinematográficos anteriormente, no estaba muy segura de mostrar sus encantos en la gran pantalla.

Fue por consejo de su pareja por aquel entonces, el célebre escritor belga Hugo Claus, que aceptó protagonizar la película pensando que, al ser una producción pequeña, sólo se vería en Francia y no se exhibiría en Países Bajos, lugar donde vivían sus padres. Por ello, Kristel aceptó como sueldo 6.000 dólares, una cifra muy pequeña para un papel protagonista.

Sin embargo, tal fue el éxito de la película en todo el mundo que cuando le ofrecieron la posibilidad de hacer una secuela un año después, Kristel exigió un importante aumento de sueldo, logrando cobrar 100.000 dólares por aparecer en 'Emmanuelle 2: La antivirgen', convirtiéndose en una actriz de cine erótico de caché.

Al contrario que Maria Schneider con 'El último tango en París', Sylvia Kristel nunca renegó del papel que la encumbró en el cine y que hizo de ella todo un icono del séptimo arte. Aunque se pudiera decir que 'Emmanuelle' la persiguió de por vida, participó en cuatro secuelas más y varios telefilmes dando vida a esta mujer insaciable de la alta sociedad, Kristel se sintió muy cómoda en el papel, con el que llegó a sentirse muy identificada.

No es de extrañar, puesto que la actriz era, para la época, una auténtica mujer liberada. En una entrevista con Manuel Román en 1978, cuando 'Emmanuelle' pudo llegar por fin a las salas españolas, Kristel dijo: "Me aferro a mi ambición, consigo lo que me propongo, hago lo que me da la gana y sólo me importa el éxito". Tampoco dudó a la hora de afirmar ser "un mito erótico en todo el mundo" y que "las esposas van verla [la película] con sus maridos sin avergonzarse".

Su carrera como actriz fue extensa pero no brillante (pese a trabajar con cineastas como Roger Vadim o Claude Chabrol), aunque eso tampoco le impidió vivir apasionados y tortuosos romances de forma libre y desinhibida. Entre sus amores estuvieron hombres mucho mayores que ella como el escritor belga Hugo Claus, 24 años mayor y con el que tuvo a su hijo Arthur, o el actor británico Ian McShane, diez años mayor que ella. Su manera tan espontánea de vivir hizo de ella toda una pionera.

Una mujer libre que, tristemente, fue víctima de su propio destino. Tras el gran éxito que tuvo dando vida a Emmanuelle en cuatro películas y con otros filmes como 'Mata Hari' o 'El amante de Lady Chatterley', Kristel se volvió adicta a la cocaína, lo que le llevó a despilfarrar su fortuna y un período de decadencia del que, tras recuperarse, habló en su autobiografía 'Desnuda' en 2006. Fumadora de cigarrillos sin filtro desde los 11 años, murió en 2012 debido a un accidente cerebrovascular, aunque padecía cáncer de pulmón y esófago.

'Emmanuelle' es una adaptación de la novela homónima escrita por Emmanuelle Arsan y publicada en 1967. Aunque inicialmente el libro fue publicado sin mostrar al autor, pronto salió a la luz que Arsan era la escritora de la novela, aunque realmente era el pseudónimo de Marayat Bibidh, novelista y actriz francesa de origen tailandés. No obstante, se cree que el verdadero autor del libro, como de otros escritos bajo el pseudónimo de Arsan, fue su marido, Louis-Jacques Rollet-Andriane, diplomático francés para la UNESCO.

Aunque esa teoría fue confirmada por la escritora Suzanne Brogger, amiga íntima del matrimonio, hay otras que apuntan a que se trató de un trabajo a dúo entre la pareja. No sería de extrañar, ya que 'Emmanuelle', así como otros escritos, estaban basados en sus propias vidas. Además de ser, oficialmente, escritora, Arsan fue actriz y apareció en 'El Yang-Tsé en llamas', película dirigida por Robert Wise en 1966 y que protagonizó Steve McQueen. También trabajó de editora junto con su marido y el director de la película, Just Jaeckin, publicando periódicamente la revista erótica 'Emmanuelle, le magazine du plaisir'.

Lo cierto es que la novela de 'Emmanuelle' y la vida de la propia Emmanuelle Arsan y su marido tienen varios paralelismos. La película narra las aventuras sexuales de un matrimonio libertino en el que ambos son una pareja abierta, pudiendo tener encuentros con terceros, dando igual el sexo. Algo similar tuvieron el matrimonio Rollet-Andriane. Él tuvo un puesto de diplomático en Bangkok para la UNESCO, puesto parecido al que tiene Jean (Daniel Sarky), el marido de Emmanuelle en la película. Y allí, los Rollet-Andriane practicaron la filosofía hedonista del sexo comunal, siendo muy famosas sus fiestas libertinas entre la alta sociedad de expatriados que vivían en Bangkok.

De hecho, la fama de la pareja se extendió rápidamente, logrando que Bangkok se convirtiese en un lugar ideal para lo que, actualmente, se llamarían "swingers". Entre los amantes del matrimonio estuvieron el ensayista francés Théo Lesoualc'h, el príncipe italiano Alessandro Ruspoli y la secretaria personal del diplomático, Nitya Phenkun, que fue la heredera de los derechos de la novela cuando la pareja murió; también se rumoreó que Arsan tuvo un affaire con el actor Steve McQueen, aunque nunca se pudo confirmar. Sus aventuras sexuales continuaron en Venecia y Roma, donde fue destinado el marido de Arsan como diplomático. Está claro, la realidad supera a la ficción. Lo curioso es que se convirtió en uno de los matrimonios más sólidos de la alta sociedad francesa, ya que estuvieron casados hasta 2005, año en que ella murió.

Sin duda, toda una vida dedicada al erotismo que se pudo ver plasmada en las dos novelas que escribió Arsan y que se ven reflejadas tanto en 'Emmanuelle' como en 'Emmanuelle 2: La antivirgen'. Eso sí, lo que más llama la atención fue la naturalidad con la que se vivían este tipo de relaciones, evidenciando que los 70 empezó a ser una época de cambios en la sociedad y en el concepto de las relaciones.

'Emmanuelle' no sólo es una película que marcó toda una época, es también la que impulsó una de las bandas sonoras más recordadas del cantante y compositor francés Pierre Bachelet. Se trataba de su cuarta banda sonora como compositor y, al igual que la película, no estuvo exenta de polémica. Todo vino por dos temas de la música que eran muy similares a la segunda parte de 'Larks' Tongues in Aspic', del grupo de rock King Crimson. El guitarrista de la banda, Robert Fripp, demandó a los productores de la película, que se vieron obligados a acreditar a la banda en ambos temas.

Eso sí, los temas centrales de la película sí son originales de Bachelet. La banda sonora también fue un éxito de ventas, vendiéndose 1,4 millones de discos y cuatro millones del single de la película, titulado igual y ya convertido en todo un clásico de la chanson française. El éxito de la composición de la música de 'Emmanuelle' hizo que Bachelet compusiese las bandas sonoras de otros filmes eróticos como 'Historia de O' o 'Gwendoline', así como también se hizo cargo de la música de 'Emmanuelle 2: La antivirgen', 'Emmanuelle 5' y los telefilmes que se hicieron en Francia de 'Emmanuelle', inspirándose en los escritos de Emmanuelle Arsan.

Más de 300 millones de espectadores vieron 'Emmanuelle' en todo el mundo, negar su éxito sería absurdo. Debido a la implantación de la calificación X en Francia en 1975, 'Emmanuelle' fue vista como un filme erótico de clase, al tener escenas sensuales llenas de elegancia y pasión sin necesidad de ser demasiado explícito. La película estuvo 11 años en las salas francesas de forma ininterrumpida, logrando 8.894.000 espectadores en Francia, solamente en París logró tener 3.269.187 de asistentes, algo curioso, ya que la ciudad y sus alrededores tenían censadas en la ciudad a dos millones de personas. Además, fue la película más taquillera del año 1974. Años más tarde, una fotografía del icónico cartel se logró subastar por 36.000 euros en Francia.

Aunque tardó cuatro años en llegar la película a España, 'Emmanuelle' se estrenó en 1978, el año de la Constitución. Desde su estreno, el filme se ha convertido en el segundo largometraje de nacionalidad francesa con mayor número de entradas vendidas, 'Emmanuelle' fue vista por 3.680.502 espectadores según datos del Ministerio de Cultura español. En Alemania se superaron los cuatro millones de espectadores, mientras que en Japón fueron más de dos millones.

En Estados Unidos, la película llegó en diciembre de 1974 y Columbia decidió distribuirla, pese a la calificación X, debido al gran número de mujeres que acudieron a verla en su estreno en Francia, Reino Unido y Alemania Occidental. La publicidad para el filme fue todo un desafío para David Begelman, presidente de Columbia en la época. Para promocionar 'Emmanuelle' se optó por mostrar un eslogan que fue muy potente: "X como nunca lo has visto". Una frase ambigua que permitía pensar que se trataba de una película X mucho más explícita de lo que aparentaba o, por el contrario, más sofisticada y artística.

Tal fue el éxito de 'Emmanuelle', que se decidió hacer una trilogía original. En 1975, sólo un año después del estreno de la primera cinta, llegó 'Emmanuelle 2: La antivirgen', basada en la segunda novela que escribió Emmanuelle Arsan y que narra un viaje que realiza la insaciable mujer burguesa junto con su marido, Jean, a Hong Kong. Dirigida esta vez por Francis Giacobetti y protagonizada por Sylvia Kristel y Umberto Orsini como Jean, y con música de Pierre Bachelet y Francis Lai.

El éxito de 'Emmanuelle 2' no fue tan brillante como el de su predecesora pero sí el suficiente para hacer una tercera parte, 'Adiós Emmanuelle' (1977), que tuvo al mítico Serge Gainsbourg como compositor de la banda sonora, con la que se debía cerrar las aventuras de Emmanuelle y su marido Jean. Sin embargo, el hacer más entregas era un negocio muy jugoso y en 1984 salió 'Emmanuelle 4', la última cinta en la que apareció Sylvia Kristel hasta 'Emmanuelle 7', estrenada en 1992 y en la que la actriz retomó su personaje pero sin escenas de sexo.

Tras las siete películas oficiales, a cada cual con peores resultados en taquilla y peor tratamiento de la crítica, vinieron las películas para televisión que se produjeron en 1993 y que estaban inspiradas en los escritos de Emmanuelle Arsan y en las que participó Sylvia Kristel, como una Emmanuelle madura y mentora de otra más joven. Sin duda, toda una saga comercial erótica que ni siquiera 'Cincuenta sombras de Grey' ha podido igualar.

Aunque, oficialmente, sólo hay siete películas de 'Emmanuelle', eso no impidió utilizar el nombre para producciones eróticas y pornográficas que no estaban relacionadas con la saga original. Varias cintas de Italia, Japón y Estados Unidos utilizaron el nombre cambiándolo ligeramente para evitar demandas por derechos de autor, surgió así una franquicia llamada 'Black Emanuelle' (con una M), así como películas tituladas 'Tokyo Emmannuelle' (con dos enes) o 'Emanuelle viciosa'.

Entre las rarezas más extravagantes está la saga 'Emmanuelle en el espacio', una serie de siete películas producidas en Estados Unidos que narran las andanzas sexuales de una mujer llamada igual que el personaje de Sylvia Kristel en el espacio, mezclando erotismo con ciencia ficción al enseñar los placeres del sexo a vidas alienígenas. También estuvo la colección 'Emmanuelle 2000' y 'Emmanuelle Through Time', estas últimas producidas en 2011.

Las activistas feministas nunca aprobaron el estreno de 'Emmanuelle', al ver en el personaje femenino un "mero objeto de fantasías masculinas". De hecho, la revista Variety escribió una reseña muy dura de la cinta diciendo que Emmanuelle no era una mujer liberada sino "más bien una candidata para servir". Más allá de ello, lo cierto es que la película sí provocó que muchas mujeres expresasen su sexualidad de forma más libre y sin las ataduras y presiones de la sociedad, especialmente en Asia.

No hay que olvidar que una buena parte del público de 'Emmanuelle' fue femenino y que fueron las mujeres las que impulsaron el estreno de la película en Estados Unidos. La película, además, mostró sin pudor escenas de sexo lésbico, en las que también hubo pasión amorosa, provocando que Emmanuelle fuese abiertamente una mujer bisexual.

Más allá de su discutible contenido, en Asia se logró en varios países que las mujeres expresasen su sexualidad de forma más libre y reivindicativa, tal y como indicó el historiador cinematográfico Danny Shipka que dijo que "en Asia, muchas mujeres vieron la película como una forma liberadora" ya que ellas veían "el poder y la fuerza" de Emmanuelle y no que "está siendo explotada". La propia Sylvia Kristel defendió esa vena feminista que surgió gracias a la cinta. "Las feministas japonesas estuvieron encantadas con la película porque pensaron que Emmanuelle era una mujer dominante, sólo por esa escena en la que se coloca encima de su marido. Ese fue el momento en que todas se levantaron y aplaudieron", comentó la actriz.

Lo cierto es que 'Emmanuelle' no tiene escenas sexuales demasiado explícitas, al menos para el público actual. Sin embargo, se rodaron varias secuencias que no iban a aparecer originalmente en la película. Una de ellas es la escena en la que Jean, el marido de Emmanuelle, entra en un cabaret después de que su esposa no haya aparecido en toda la noche. En dicho cabaret, se puede ver bailar a una mujer completamente desnuda que empieza a fumar usando la vagina, una escena que, actualmente, sigue causando impresión. También se añadió una secuencia de sexo lésbico entre dos bailarinas del cabaret completamente desnudas.

Just Jaeckin, el director de la película, siempre declaró que nunca grabó dichas escenas y que las vio por primera vez cuando se estrenó el filme en salas comerciales. Es más, Jaeckin dijo que estaban completamente fuera de lugar. Y, realmente, en eso tenía razón ya que dichas escenas, al visionar la película, se nota mucho que están incrustadas y que las bailarinas no están, realmente, en el mismo lugar que Daniel Sarky, ya que cuando el diplomático mira al escenario, curiosamente, se ve a unas bailarinas vestidas.

Las escenas extra, con mayor carga de erotismo, fueron introducidas en postproducción por los productores de la cinta, ante el temor de ser "demasiado naíf".

Sin duda, una de las imágenes más míticas de 'Emmanuelle' es el segundo cartel de la película, en el que aparece ella ataviada sólo con un chal caído y un collar de perlas y sentada en una elegante y exótica butaca de ratán con un enorme respaldo ovalado. Con mirada entre inocente y lasciva, es la forma en que el mundo rememora a la icónica Emmanuelle. Tal fue la repercusión de la película, que el sillón de mimbre se volvió tan famoso como la propia Sylvia Kristel.

Tanto es así que dicha butaca pasó a llamarse Sillón Emmanuelle. Pese a que el nuevo nombre le vino por la película, este elegante asiento es muy típico del Pacífico Sur y fue muy utilizado por los colonos franceses en el siglo XIX y el nombre con el que se hacía referencia a dicha poltrona era el Sillón Pomare, en honor a la antigua dinastía que gobernó en Tahití.

Lo curioso es que en la película, apenas se ve a Sylvia Kristel sentada en uno de esos icónicos sillones, aunque sí es cierto que, cuando se sienta, lo hace en momentos muy concretos y esenciales del filme.

'Emmanuelle' es una película muy incómoda para la crítica. Es más, desde su estreno en 1974, la prensa nunca la quiso. La revista Variety dijo que la película era "una serie de imágenes brillantes" pero que tenían una dirección "pomposa" por parte de Just Jaeckin y que las actuaciones eran "un poco sosas", salvando solo a Alain Cuny. La revista Time Out describió al filme como "un viaje muy elegante y muy francés sobre el descubrimiento sexual que mezcla muchos clichés y posturas pomposas en un intento de querer ampliar horizontes sexuales".

Eso sí, no todos los críticos fueron tan crueles con la película. El aclamado y mítico Roger Ebert fue uno de los pocos analistas estadounidenses que apoyó a la cinta y dijo: "Es un alivio que, en un momento de cinismo en el que se supone que el sexo vende todo, es posible encontrar una película que sea mucho mejor de lo que probablemente se esperaba que fuese [...] Está llena de gente atractiva y misteriosa [...] y sofisticación sexy".

Aunque, actualmente, 'Emmanuelle' sigue siendo despreciada por la crítica, incluso insultada por ciertos sectores, lo cierto, es que ha logrado tener más apoyos con el paso del tiempo, gracias a que se ha convertido en una cinta de culto. La revista Empire la defendió destacando la actuación de Sylvia Kristel que "le da la visión esencial al personaje, dándole dulzura e inocencia entre las escenas de sexo".

La novela 'Emmanuelle' no sólo narraba las aventuras sexuales de un matrimonio burgués parisino en la exótica Tailandia, también dejaba varias reflexiones sobre la sexualidad y sobre las reglas que tiene una pareja abierta. También narraba las diferencias, no solo sexuales, entre la cultura occidental y la oriental, yuxtaponiendo las pasiones del matrimonio y la alta sociedad europea en Bangkok con la concepción del sexo entre los tailandeses.

Con un trasfondo mucho más complejo, entre ellos el de Emmanuelle mostrada como una mujer libre y sin ataduras, la película mostró esas reflexiones pero con mucha menor fuerza, especialmente la relacionada con las reglas del matrimonio abierto. Al igual que sucedió posteriormente con 'Historia de O', escrita por Pauline Réage y convertida en uno de los clásicos de la literatura contemporánea, la adaptación cinematográfica se quedó en los detalles sexuales, olvidando que el erotismo tiene mayores trasfondos.