'Érase una vez en América' fue el proyecto más personal de toda su trayectoria profesional, sí, pero también supuso un auténtico quebradero de cabeza para Sergio Leone casi desde el principio. Empezó peleándose consigo mismo para dar forma a la mejor historia posible y finalizó el proyecto peleándose con, bueno, todo el mundo por las complicaciones para mantener intacta su visión a través de un montaje tan desorbitado como, en su opinión, absolutamente innegociable.
Y es que, en un primer momento, el cineasta llegó a contar con cerca de diez horas de metraje utilizable que, tras decenas de idas y venidas en la sala de montaje, terminaron siendo seis. En ese momento, Leone se sentó frente a los productores de la cinta y les propuso estrenar la película en dos partes, recibiendo un rotundo no por parte del estudio. Este rechazo hirió casi de muerte al director, quien se vio obligado a 'recortar' la duración hasta alcanzar las 3 horas y 49 minutos.
Un desenlace que dejó profundamente insatisfecho al director italiano, pero que, sin embargo, no supuso ningún problema para que 'Érase una vez en América' se descubriera como la mejor película de toda su trayectoria. Y una de las más hermosas obras maestras de la historia del cine. Alejado del viejo Oeste y centrando su mirada en el Nueva York de principios del siglo XX, Leone entrega de manera rotunda su alma, corazón y recuerdos a lo largo de una historia de profunda e intensa melancolía y nostalgia, emotividad y poesía, belleza y desolación. Un prodigio cinematográfico de inicio a fin. Una experiencia inolvidable. Una película esencial.
Curiosidades de 'Érase una vez en América'
El primero
La primera estrella en sumarse al reparto de 'Érase una vez en América' fue el mismísimo Robert De Niro. Un actor que, además de estar varios años preparando su papel para la película, participó activamente en la elección de intérpretes que le acompañarían en el proyecto.
Sin permisos
Para preparar de manera más profunda y completa a su personaje, Robert De Niro pidió reunirse con el capo criminal Meyer Lansky. Sin embargo, el actor no recibió los permisos correspondientes, teniendo que trabajar en este sentido desde los rumores y leyendas. No le fue mal.
El estreno de una estrella
En 1984, un director de casting le presentó a Sergio Leone a una joven actriz que parecía dar el perfil que buscaba el cineasta para 'Érase una vez en América', es decir, una intérprete que supiera bailar. El nombre de la debutante era Jennifer Connelly. Así comenzó la carrera de una de las actrices más magnéticas e interesantes de su generación.
La ayuda de Ennio
A la hora de tratar de conseguir crear la mejor atmósfera posible durante el rodaje de 'Érase una vez en América', Sergio Leone recurrió a la mejor de las opciones posibles, la de usar algunas de las inolvidables composiciones musicales que el legendario Ennio Morricone había desarrollado para la película. Método infalible.
Sin padrino
En 1972, Sergio Leone rechazó la propuesta de dirigir una película sobre el mundo de la mafia titulada, ejem, 'El Padrino', algo de lo que se estuvo arrepintiendo amargamente durante el resto de su vida. Sin embargo, esta tristeza fue la que provocó la motivación del cineasta a la hora de preparar 'Érase una vez en América'. Todos salimos ganando.
Cuestión Pesci
En un primer momento, el gran Joe Pesci se presentó a las pruebas de casting de 'Érase una vez en América' para tratar de conseguir el papel de Max. Sin embargo, fue el propio Sergio Leone quien le convenció de que no era el intérprete apropiado para ese personaje, eso sí, dándole a continuación la oportunidad de elegir cualquiera de los papeles que quedaban disponibles para que se lo quedara. Un regalo que el cineasta llevó a cabo como favor hacia Robert De Niro, amigo inseparable de Pesci.
Renuncias de oro
Durante los primeros compases de preparación de 'Érase una vez en América', Al Pacino y Jack Nicholson, dos gigantes indiscutibles, rechazaron la propuesta de interpretar a David 'Noodles' Aaronson personaje que finalmente encontró en Robert De Niro al actor ideal.
Mentalidad de productor
Tras leer por primera vez el guion de 'Érase una vez en América', el productor Alberto Grimaldi le escribió una extensa carta a Sergio Leone enumerando uno a uno los errores que había detectado en la historia. Entre todos ellas, destaca la apreciación sobre la extensa duración que terminaría teniendo la película y la supuesta reacción negativa que provocaría un personaje como 'Noodles' entre el público estadounidense. Finalmente, Grimaldi le decía a Leone que sino solucionaba esos fallos no produciría el proyecto.
Robert o Clint
A lo largo del rodaje de 'Érase una vez en América', Sergio Leone estuvo proclamando sin descanso que Robert De Niro era mucho mejor actor que su legendario socio Clint Eastwood. Al parecer, esta necesidad del cineasta de establecer comparaciones entre las dos estrellas estaba provocada por los celos profesionales que tenía en aquel momento hacia un Eastwood que comenzaba a despuntar como director. Afortunadamente, tras las disculpas de Leone, él y Eastwood hicieron las paces unos años después.
Ejemplo de perfección
Según confesó uno de los guionistas de 'Érase una vez en América', Sergio Leone llegó a realizar casi cuarenta tomas de una de las escenas más multitudinarias y costosas de la película por motivos tan variados y, a priori, insignificantes como que uno de los niños que aparecían en escena se encontraba mirando directamente a la cámara.