Año 1988. Diez años después de haberse metido a la crítica y al público en el bolsillo con 'La noche de Halloween', John Carpenter estrena su largometraje número trece, 'Están vivos'.
Para ello, el artífice de títulos como 'La niebla', '1997: Rescate en Nueva York', 'Golpe en la pequeña China' o 'El príncipe de las tinieblas', volvía a demostrar su maestría a la hora de fusionar géneros y de dar a un título con alma de serie B, la categoría de film de primera dispuesto a convertirse en parte de historia del cine.
Carpenter político
Basada en un relato adaptado por el propio Carpenter, 'Están vivos' nos presenta a un trabajador (Roddy Piper) que, tras descubrir de forma accidental unas gafas de sol, descubre que estas permiten a quien las lleva la capacidad de ver a las personas tal y como son en realidad. Así es como descubre que el mundo está controlado por una raza de extraterrestres que dominan las altas esferas políticas y sociales, quienes mediante una serie de mensajes subliminales tienen a la raza humana bajo un total control.
Con el fin de convertir a la humanidad en una fuente de esclavitud, los alienígenas no dejarán que su plan se desmorone solo por el hecho de haber sido descubiertos por un humano, quien iniciará su particular lucha para combatir el sistema.
¿Estamos ante un título político o se trata de una película de ciencia ficción de serie B? Gracias a la maestría de Carpenter nos encontramos con una de las joyas de culto más destacables del cine de los ochenta, cuyas teorías acerca de la realidad que quería representar el realizador han hecho correr ríos de tinta durante años, y cuyos aspectos más recordados repasamos en el presente especial, rindiendo así tributo a una de las mejores películas de uno de los maestros indiscutibles del cine de género.
Curiosidades de 'Están vivos'
Inspiración literaria
Para su largometraje número trece, John Carpenter se basó en 'Eight O'Clock in the Morning', un relato corto escrito por Ray Nelson y publicado en 1963 en The Magazine of Fantasy & Science Fiction.
Siguiendo con las inspiraciones literarias, el realizador decidió firmar el guion bajo el pseudónimo de Frank Armitage, el nombre del protagonista de 'El horror de Dunwich' de H.P. Lovecraft.
Crítica a la era Reagan
Queda más que demostrado que los mensajes subliminales de 'Están vivos' son una crítica directa al capitalismo y a los valores que este predica.
El propio John Carpenter confesó que lo que pretendía era atacar directamente la era Reagan y cómo esta se había convertido en una máxima representación de la codicia que iba en contra de los movimientos culturales de los sesenta. Como buen ejemplo de la generación surgida de la contracultura, Carpenter no se cortó un pelo a la hora de enfocar toda su ira hacia un sistema que consideraba absolutamente amenazador.
Casting
Cuesta imaginar a día de hoy qué habría sido de 'Están vivos' sin Roddy Piper como Nada.
El fichaje tuvo lugar después de una ardua búsqueda por parte de Carpenter, quien aseguró que Piper tenía vida impregnada en su rostro, a diferencia de la gran mayoría de actores de Hollywood, por eso decidió contratarlo pese a que se tratase de un profesional de la lucha libre a quien había conocido en 1987 en WrestleMania III.
Por lo referente a Keith David, el director había quedado tan contento con su interpretación en 'La cosa', que decidió escribir expresamente para él el rol de Frank, a quien convertiría en el perfecto sidekick de Nada.
Referencias directas
Carpenter no se cortó un pelo a la hora de satirizar a dos de los críticos de cine más famosos de la época, Gene Siskel y Roger Ebert, que por aquel entonces presentaban el programa 'Siskel & Ebert & the Movies'.
Para ello, convirtió a Siskel y Ebert en dos alienígenas que en determinado momento de 'Están vivos' hablan de la violencia en el cine. En concreto, es Siskel (quien había escrito una corrosiva crítica de 'La noche de los muertos vivientes') quien dice que el cine de John Carpenter y George A. Romero es "demasiado violento".
Otra referencia directa, aunque en esta ocasión sea más a modo de guiño que otra cosa, está en los utensilios utilizados por la raza extraterrestre, pues los comunicadores que usan son los medidores P.K.E. que el público había visto pocos años antes en 'Los Cazafantasmas'.
Sin nombre
En ningún momento de 'Están vivos' se menciona el nombre del personaje que interpreta Roddy Piper.
Sin embargo, en los títulos finales aparece acreditado como Nada, en relación al nombre del protagonista del relato 'Eight O'Clock in the Morning' de Ray Nelson, que se llama George Nada.
Siguiendo con los nombres de los personajes, ninguno de ellos tiene apellido en la película a excepción de Holly Thompson, el personaje interpretado por Meg Foster.
Intento de censura
Debido a la profunda carga política que tenía 'Están vivos', desde la productora intentaron frenar el mensaje que Carpenter quería dar.
Para ello, y tal y como explicó el director posteriormente, le propusieron que las verdaderas motivaciones de los alienígenas fueran menos relacionadas con la codicia, y que en lugar de estar motivados por el dinero, se tratase directamente de criaturas caníbales que solo pretendían alimentarse de la raza humana.
Evidentemente, Carpenter no dio su brazo a torcer y acabó saliéndose con la suya.
La frase
En cierto momento de 'Están vivos', Nada dice una frase que acabó trascendiendo y formando parte del imaginario popular: "Vine a mascar chicle y patear culos, pero no tengo chicle" (en su versión original, "I've come here to chew bubble gum and kick ass, and I'm all out of bubble gum").
Esta no había surgido de la mente de John Carpenter a la hora de escribir el guion, sino que fue fruto de la improvisación de Roddy Piper, quien la había elaborado para decir durante las entrevistas que tenía que dar durante su época como luchador de wrestling.
Polémica antisemita
Durante años, una de las teorías que circuló en torno al trasfondo real de la película fue que se trataba de una metáfora acerca del control del mundo por parte de los judíos.
En enero de 2017, a través de su cuenta de Twitter, el propio John Carpenter quiso zanjar el asunto con un contundente tuit que decía lo siguiente:
"'Están vivos' va sobre los yuppies y el capitalismo sin control. No tiene nada que ver con el control del mundo por parte de los judíos, lo cual es una calumnia y una mentira".
Estreno
En un primer momento, el estreno en cines de 'Están vivos' estaba planeado para el 21 de octubre de 1988, pero finalmente se decidió posponer la fecha ya que ese mismo día se estrenaba 'Halloween 4: El regreso de Michael Myers' y no querían competir directamente con ella.
El estreno acabó siendo dos semanas después, el 4 de noviembre, y el título se posicionó en el número uno de la taquilla norteamericana con 4,8 millones de recaudación en su primer fin de semana. Teniendo en cuenta que había costado 3 millones, el éxito estaba asegurado desde el principio. Tras dos semanas formando parte del top ten de la taquilla, finalmente acabó recaudando más de 13 millones.
Recepción crítica y legado
Al pequeño éxito en taquilla de 'Están vivos' le acompañó el beneplácito de parte de la crítica de la época. Con el tiempo, Entertainment Weekly la colocó en el puesto 38 de la lista 'The Top 50 Cult Movies', mientras que Total Film la incluyó en 'The 34 Greatest Cult Movies All Time'.
En un primer momento, el film fue entendido como un producto de ciencia ficción sin más, pero sería el estatus de culto que fue adquiriendo con el paso de los años lo que la posicionó como uno de los productos más destacables del género de los ochenta, cuya carga política no fue tenida en cuenta hasta años después de su estreno.