La escena podría ser la siguiente. Entras en una casa, reconoces algunos muebles, te da la sensación de identificar algunos detalles, pones nombre a los rostros que pueblan las fotografías, intuyes el aroma del hogar, todo te suena, pero, al mismo tiempo, te resulta extraño. Demasiado recargado, poco natural, un exceso en la ambientación y el decorado, Quieres captar la esencia que un día te enamoró locamente de este lugar, pero algo te aleja cada vez más de aquellas sensaciones. El pasado ya no es suficiente para defender lo indefendible. Así se podría explicar la sensación que despertaba el cine de Tim Burton en 2012.
Sus últimos trabajos parecían homenajes fallidos a la figura de un director con un universo propio tan marcado que cualquier intromisión sería más que evidente y castigada. Excepto si la llevaba a cabo él mismo. Por eso, la noticia de que 'Frankenweenie', un maravilloso corto original de 1984, se convertiría en largometraje de la mano del director californiano, se recibió con un entusiasmo justificado para todos aquellos que pedían con impaciencia algo diferente y propio, alejado de adaptaciones literarias y remakes. Y, al fin, el optimismo estaba justificado. Llena de encanto y nostalgia, emoción y humor negro, 'Frankenweenie' supuso el reencuentro del cineasta con su pura esencia, con las señas de identidad que le convirtieron en uno de los directores más personales y carismáticos de las últimas décadas. No estamos ante una obra maestra, pero se saborea cada fotograma en deslumbrante blanco y negro como si de una pequeña obra de arte se tratara, dando forma a una joya más que sumar a una carrera repleta de ellas.
La tristeza hipnótica del relato, repleta de personajes marginados y melancólicos, propone también un juego de referencias que supondrá un placer para todos los que han seguido con devoción la carrera de Burton. 'Eduardo Manostijeras', 'La novia cadáver' o 'Bitelchus', están presentes en diseños de personajes y ambientación, mientras que personajes clásicos del cine de terror de toda la vida reciben un rendido homenaje por parte de un Burton empeñado en convertir su película en una carta de amor a su infancia. Los que nunca han comulgado con su cine y sus historias no encontrarán aquí nada nuevo que les haga cambiar de idea, pero los que han (hemos) seguido con pasión su carrera nos vemos recompensados con un delicadísimo reencuentro entre un autor y su pasado, un director y su cine. El regreso del cuentacuentos de la oscuridad y la ternura.
Curiosidades de 'Frankenweenie'
Antiguo interés
El sueño de Tim Burton de llevar a cabo 'Frankenweenie' usando la técnica en stop motion comenzó en, nada más y nada menos, que 1984. Sin embargo, por razones de presupuesto, el director se vio en la obligación de realizar un cortometraje con gran parte de imagen real. Afortunadamente, más de dos décadas más tarde, pudo cumplir con su deseo.
Preparación total
A la hora de animar a Sparky y Persephone, los responsables de 'Frankenweenie' llevaron a cabo una profunda investigación y preparación previa, especialmente orientada a conseguir los movimientos de perro más fieles posibles a la realidad. Para ello, además de estudiarlos con detenimiento, acudieron al concurso Windsor Dog Show para grabar varias imágenes de los animales que les pudieran servir de punto de partida. Por otro lado, llevaron a un bull terrier al estudio para que interpretara parte de la acción prevista para los personajes, rodándolo todo desde distintos ángulos y tomando notas.
Marionetas múltiples
Para conseguir el fantástico resultado final de 'Frankenweenie' fue necesaria la elaboración de, nada más y nada menos, que 200 marionetas y decorados. Una cifra tan alta como plenamente justificada.
Doblaje familiar
Tim Burton decidió rodearse de viejos conocidos a la hora de confeccionar el reparto de voces de 'Frankenweenie'. Para ello, el director contó con la colaboración de Winona Ryder, Catherine O'Hara, Martin Landau y Martin Short, intérpretes que ya habían trabajado previamente con él en varias de sus anteriores películas.
Homenajes fantásticos
Es cierto que la mayoría de películas de Tim Burton, por no decir todas, cuentan con numerosos homenajes y referencias a algunos de los grandes clásicos de la literatura de terror y fantasía. Sin embargo, en pocas son tan evidentes como en 'Frankenweenie'. Y es que, a lo largo de la historia, podemos encontrarnos con guiños apasionados a personajes como Van Helsing y Frankestein o a autores de la talla de Edgar Allan Poe. En ese sentido, el apabullante tramo final de la cinta es el mejor y más potente de los ejemplos.
Las vueltas del guion
Hasta dar con su versión final, el guion de 'Frankenweenie' sufrió más de una variación. Partiendo de la idea y de los personajes de Tim Burton, Leonard Ripps llevó a cabo un primer borrador, pero finalmente se le encargó la escritura definitiva a John August, responsable del maravilloso guion de 'Big Fish', una de las grandes obras maestras de Tim Burton, basado en la novela de Daniel Wallace.
Decisión innegociable
Tras el estreno de 'Frankenweenie', Tim Burton confesó durante una entrevista de promoción que si los productores le hubieran obligado a hacer la película en color, él se habría bajado del proyecto. Y es que, en su opinión, esta propuesta necesitaba al cien por cien el blanco y negro para reforzar su esencia de homenaje al cine de terror clásico.
¿Universo compartido?
No son pocos los espectadores, especialmente aquellos que son fanáticos del cine de Tim Burton, quienes aseguran que 'Frankenweenie', 'Pesadilla antes de Navidad' y 'La novia cadáver', las tres propuestas relacionados con el director realizadas con stop motion, conviven en un mismo universo cinematográfico. Para defender esta afirmación, señalan que existe una seria posibilidad de que los personajes de Victor Frankenstein y Sparky sean en cierta forma descendientes de Victor Dort y Scraps de 'La novia cadáver'.
Hospital lleno
Durante el rodaje de 'Frankenweenie', se ubicó en el plató un denominado como 'hospital de muñecos', espacio en el que numerosos artistas se pasaban horas y horas reparando y perfeccionando las distintas marionetas que aparecen en la película. Entre los problemas más comunes que les tocaba solucionar destacan inconvenientes capilares, pieles conflictivas o prendas rasgadas y sucias.
El rey Sparky
La primera marioneta creada para 'Frankenweenie' fue el maravilloso y entrañable Sparky, uno de los seres más encantadores de la filmografía de Tim Burton. A partir de él, y teniendo siempre en cuenta su escala y tamaño, se llevaron a cabo el resto de personajes y escenarios de la película. Y es que, desde el primer momento, este perro fue una debilidad para Tim Burton, quien se empeñó en tratar de obtener el mayor realismo posible de él. Lo consiguió.