(Muy) De vez en cuando aparecen actores que, desde el primer momento, sabes que llegan para quedarse. Su rostro, sus gestos, su manera de hablar y de moverse, su presencia, su carisma, su misterio, todo rema hacia un mismo destino: la eternidad. Y James Dean era uno de ellos. No necesitabas más que un primer vistazo a su mirada para saber que aquel tipo iba a marcar distancia frente al resto de competidores, que estaba predestinado a ocupar el lugar reservado a las leyendas, que tenía una silla esperando en el reino de la historia del cine. En definitiva, que había nacido para ser todo un clásico. Y cumplió, aunque el precio a pagar fuera tan alto.
Magnetismo, talento, fragilidad, seguridad, sensualidad y furia. Dean era capaz de mostrar sobre la pantalla distintas piezas de un puzzle tan propio como ajeno. Uno le observaba con una atención muy cercana a la hipnosis mientras se preguntaba que había detrás de aquellos ojos tristes, aquel rostro que parecía buscar su lugar en el mundo entre la desesperación, la resignación y la compasión. Nunca un actor ha conseguido un efecto similar entre el público. Y parece poco probable que el milagro vuelva a suceder.
A continuación, descubrimos diez curiosidades sobre James Dean, el único e incomparable, el actor que se marchó antes de tiempo, que vivió rápido y murió joven, que no escucho más normas que las marcadas por su firmeza. Con una filmografía tan breve como intensa, tan corta como memorable, Dean sigue presente en la memoria de todos los cinéfilos con la fuerza de un huracán melancólico que dejó una huella imborrable. Siempre presente.
Curiosidades de James Dean
Los coches de la infancia
La madre de James Dean falleció cuando el actor tenía nueve años, un suceso que llevó a su padre a mandar al actor a Indiana, donde viviría junto a sus tíos. Una etapa de infancia que estuvo muy marcada por la figura del pastor metodista James DeWeerd, la primera persona que, además, le introdujo en el mundo de los coches.
Leyendo un clásico
El libro favorito de James Dean era 'El Principito', la joya escrita por Antoine de Saint-Exupery. Una obra que el actor leyó una y mil veces a lo largo de su breve pero intensa vida.
El tamaño no importa
Cuando le preguntaron acerca de su estatura, poco más de 1,70, el legendario actor fue contundente en su respuesta: "¿Cómo se puede medir la actuación en pulgadas?". Una afirmación que anulaba por completo todos los comentarios despectivos acerca de un intérprete al que nunca le importó que le consideraran bajo.
Dientes de mentira
Cuando era pequeño, James Dean tuvo un aparatoso accidente que le ocasionó la pérdida de varios dientes, lo que le llevó a tener que usar dentadura postiza a muy corta edad. Sin embargo, lejos de causar algún tipo de trauma en el actor, Dean solía bromear mucho con esta circunstancia, dejando en la bebida de otras personas sus dientes falsos para reírse a lo grande. Un tipo con sentido del humor desde el principio.
Advertencias antes de la tragedia
Dos semanas antes de su fallecimiento, James Dean protagonizó un anuncio en el que, precisamente, recomendaba a los jóvenes que condujeran con prudencia y conocimiento. Además, un par de horas antes de su accidente mortal, el actor fue multado por conducir con exceso de velocidad. El destino, la vida, la suerte.
Su terrible secreto
Elizabeth Taylor, una de las mejores amigas de James Dean, desveló años después de la muerte del actor uno de sus secretos más oscuros. Todo ocurrió durante una entrevista en la que la actriz, que le pidió expresamente al periodista presente que no publicara lo que le iba a contar hasta que ella hubiese muerto, le dijo lo siguiente: "Amaba a Jimmy (James Dean). Te voy a decir una cosa, pero es 'off the record' hasta que muera, ¿de acuerdo? Cuando Jimmy tenía 11 años y su madre murió, empezó a sufrir abusos sexuales por parte del pastor de su iglesia. Creo que aquello le atormentó durante el resto de su vida. En realidad, sé que fue así. Hablábamos mucho sobre ello. Durante el rodaje de 'Gigante' pasábamos noches en vela hablando y hablando, y esa fue una de las cosas que me confesó". Una de las piezas más tristes y desoladoras del puzzle Dean.
¿Marlon o James?
'Al Este del Edén' fue la película con la que James Dean consiguió el primer gran papel de su trayectoria profesional. Un proyecto del que estuvo muy cerca de no formar parte ya que, en un primer momento, se pensó en Marlon Brando como protagonista. Una decisión a la que se opuso el guionista de la cinta, Paul Osborn, quien aseguró que Dean era una elección mucho más acertada para el papel por el parecido existente entre el actor y el personaje en su forma de ser. Un golpe de suerte definitivo.
Sellos millonarios
James Dean tiene, entre muchos reconocimientos, el honor de ser la segunda persona que más sellos ha vendido con su imagen, un total de 340 millones. Una cifra solamente superada por los 500 millones del Rey: Elvis Presley.
Higiene sobrevalorada
Al parecer, su higiene e imagen pública no eran dos preocupaciones demasiado grandes para James Dean. Y es que, según aseguran varios compañeros de rodaje de 'Gigante', el actor utilizó la misma camiseta durante dos semanas sin lavarla en ningún momento, llegando además a asistir descalzo y con pantalones ensuciados a una comida del equipo de la película.
Efecto Newman
El fallecimiento de James Dean fue una absoluta e inesperada tragedia para Hollywood, una industria que, en cualquier caso, no tardó demasiado en encontrar alguien que ocupase el hueco dejado por su leyenda perdida. Y ese actor encargado de aliviar el luto fue, nada más y nada menos, que Paul Newman, quien sustituyó a Dean en los tres proyectos que tenía previstos antes de su muerte, 'Marcado por el odio', 'El zurdo' y 'La gata sobre el tejado de Zinc'. Efectivamente, el tridente que convirtió a Newman en toda una estrella.
