La magnitud de Katharine Hepburn, en condición de actriz intocable y de estrella atípica del Hollywood más dorado, se debe medir desde la libertad, la independencia, las ideas claras y las firmes convicciones. Y es que, desde su primer día en la industria, la inolvidable intérprete hizo siempre lo que quiso, en la forma en la que quiso y con las personas con las que quiso. Pagó pocos peajes y regaló muchos momentos memorables a generaciones y generaciones de espectadores.
Tratar de enumerar la cantidad de obras maestras en las que participó a lo largo de su trayectoria se antoja una misión tan abrumadora como gratificante, pero, por una cuestión exclusiva de espacio, citaremos simplemente un puñado de monumentos cinematográficos de la talla de 'La fiera de mi niña', 'Historias de Filadelfia', 'La costilla de Adán', 'De repente, el último verano', 'Adivina quién viene esta noche', 'El león en invierno', 'En el estanque dorado', 'El último verano', 'La reina de África' o 'Larga jornada hacia la noche'. ¿Lo más tremendo? Se han quedado otra docena larga sin citar.
Es lo que tiene contar con una de las filmografías más ejemplares, redondas y coherentes de la historia de Hollywood, repleta de papeles diferentes interpretados, sin excepción, con la majestuosidad de las auténticas leyendas. En tiempos de medallas de oro regaladas y ovaciones gratuitas, conviene recordar con mayor intensidad figuras como la de Katharine Hepburn, una de las mejores intérpretes jamás vistas en una pantalla.
Curiosidades de Katharine Hepburn
Deportista compulsiva
En su tiempo libre, Katharine Hepburn era una deportista imparable. Sirva como ejemplo su costumbre de jugar al tenis todas las mañanas, hasta que cumplió 80 años, practicar golf y moverse siempre en bicicleta por la ciudad. Actriz y atleta, vaya.
Lo que Hepburn se llevó
A pesar de contar con una trayectoria profesional absolutamente ejemplar, Katharine Hepburn podría haber sumado a su cuenta uno de los mayores clásicos de la historia del cine. Y es que, junto a Bette Davis, Paulette Goddard y otro conjunto importante de intérpretes de primera categoría, la actriz fue una seria candidata a quedarse con el papel de Scarlett O'hara en 'Lo que el viento se llevó'. Su selección, sin desmerecer a nadie, habría hecho que aquella obra maestra fuera todavía mejor.
Reina de los Oscar
Aunque Meryl Streep le saque unas cuantas nominaciones, la reina indiscutible de los Oscar es Katharine Hepburn. Al menos en lo que se refiera a, bueno, llevarse el premio a casa. Y es que, de momento, sigue siendo la única actriz que ha superado la barrera de las 3 estatuillas, teniendo un total de 4 galardones. Eso sí, no fue a recoger ninguno de ellos, argumentado que el único premio que realmente le importaba era su trabajo.
Despedida inolvidable
Katharine Hepburn estuvo casada durante cinco años y, tras divorciarse, no volvió a contraer matrimonio. Eso sí, mantuvo una relación a escondidas de casi tres décadas de duración con el inolvidable Spencer Tracy, con el que compartió 9 películas. Una historia de amor repleta de pasión y cariño que finalizó con el actor falleciendo entre los brazos de la actriz. Una despedida que afectó tanto a Hepburn que no se vio capaz de poder asistir al funeral.
Apagando las luces
Las luces del mismísimo Broadway se apagaron tras el fallecimiento de Katharine Hepburn a los 96 años de edad. Un precioso homenaje para una actriz que dejó huella.
Rechazo titánico
Una de las últimas ofertas que recibió Katharine Hepburn para trabajar en cine llegó de la mano de, nada más y nada menos, que James Cameron. El director, un grandísimo admirador de la actriz, le propuso interpretar a la versión anciana de Rose en su histórica 'Titanic', pero Hepburn finalmente lo rechazó.
El silencio de Katharine
En la magnífica 'El león en invierno', Katharine Hepburn compartió reparto con un Anthony Hopkins que terminó absolutamente rendido a sus pies. De hecho, el ilustre actor británico ha comentado en alguna ocasión que se inspiró en la voz y en la manera de hablar de Hepburn a la hora de interpretar a su legendario Hannibal Lecter en la inolvidable 'El silencio de los corderos'.
Adiós, Hollywood
Según afirmó la propia Katharine Hepburn en numerosas ocasiones, lo que más detestaba de su trabajo en general y de Hollywood en particular era, sin lugar a dudas, todo lo relacionado con las fiestas, los premios y los estrenos multitudinarios. De hecho, se negaba constantemente a dar autógrafos y concedía las entrevistas mínimas.
Mala racha
Después de ganar su primer Oscar gracias a su incontestable trabajo en la estupenda 'Gloria de un día', Katharine Hepburn pasó una etapa bastante negativa. Y es que, a pesar de su nombre, ninguna de sus películas funcionaban bien en la taquilla, suponiendo auténticas decepciones para los estudios con los que trabajaba.
A la vista de que el cine no parecía su lugar más idóneo, la actriz se dedicó en cuerpo y alma al teatro en Broadway hasta que, después de reunir el suficiente dinero, compró los derechos de 'Historias de Filadelfia' para llevarla a la gran pantalla. Cuando varios productores acudieron a Hepburn para tratar de adquirir estos derechos, la actriz siempre les decía que negociaría a cambio de ser ella la protagonista de la película y poder escoger tanto al director como a sus compañeros de reparto. Dicho y hecho. ¿El resultado? Uno de los grandes éxitos, comerciales y artísticos, de la carrera de la actriz.
Rumores sexuales
Para participar en 'La gran aventura de Silvia', Katharine Hepburn tuvo que cortarse el pelo y acceder a rodar un beso con otra mujer. Una apariencia y una escena que, sumadas a que su relación con Spencer Tracy era totalmente secreta, a su situación sentimental, no estaba casada, y a sus declaraciones asegurando que no quería tener hijos, provocaron que muchos medios empezaran a asegurar que la actriz era homosexual en la vida real.