Estamos ante la que podría ser, sin ningún tipo de problema, la cinta más accesible hasta la fecha de Michael Haneke. También la más sofisticada, elegante, contundente, impactante y redonda. 'La cinta blanca' es la violencia antes de la violencia, el germen de la maldad desde el trauma de una educación marcada a base de puños y amenazas, de injusticias y acusaciones, de demonios debajo de la cama y fantasmas dentro del armario.
Haneke entrega la mejor dirección de su carrera con una historia que, vestida de un maravilloso blanco y negro y con la ayuda inestimable de una puesta en escena muy cercana a la perfección, te agarra desde su brillante prólogo y no te suelta hasta uno de esos planos finales que llegan para quedarse. Una auténtica obra maestra que revuelve estómagos y conciencias con esa capacidad marca de la casa. Proeza técnica, lenguaje narrativo virtuoso y un reparto en permanente estado de gracia.
Un clásico contemporáneo que, contando con el indiscutible sello Haneke, se distancia en cierto modo del modelo cinematográfico más evidente que podemos imaginar al pensar en el excelso cineasta. La manera en la que la película se mueve, respira, se retuerce y solloza es callada, tensa, intrigante e hipnótica en las mismas dosis. Es distinta a todo y, al mismo tiempo, profundamente personal y universal. En su contradicción, como sucede con todo acto de violencia, habita un corazón de séptimo arte en permanente ebullición. Una propuesta tan única como esencial.
Curiosidades de 'La cinta blanca'
Casting extenso
A la hora de buscar al reparto perfecto para 'La cinta blanca', Michael Haneke llevó a cabo una búsqueda incesante de rostros que se parecieran lo más posible a los de los niños y niñas que aparecían en diversas fotografías de la época en la que se desarrolla la película. Para ello, el cineasta y su equipo estuvieron haciendo pruebas de casting a más de 7.000 menores durante seis meses.
Sin Ulrich
Tras su fantástica experiencia conjunta rodando la inolvidable 'Funny Games', Michael Haneke pensó en contar con el gran Ulrich Mühe para que se sumara al reparto de 'La cinta blanca'. Por desgracia, el actor falleció un año antes de que comenzara el rodaje de la película.
Oscuridad
Michael Haneke tenía claro que quería que 'La cinta blanca' contara con un aspecto visual bastante oscuro, por lo que muchas escenas rodadas en interiores solamente contaron con fuentes de luz básicas como lámparas de aceite y velas. De hecho, en algunos de los momentos más oscuros de la película, que no son pocos, los responsables de la postproducción digital tuvieron que eliminar varias sombras que aparecían en pantalla para mejorar el acabado visual.
Cambiando nombres
En un primer momento, Michael Haneke tenía pensado otro título para la película: 'La mano derecha de Dios'. Sin embargo, en el último momento, 'La cinta blanca' le pareció una opción mucho más idónea para la propuesta. Y menos ambiciosa.
Idea televisiva
Durante una entrevista posterior al estreno de 'La cinta blanca', Michael Haneke confesó que, en los primeros compases del proyecto, tenía la idea de contar esta historia en formato televisivo, dividiéndola en tres capítulos que formarían una miniserie.
Actriz fiable
Desde el primer momento, Michael Haneke escribió 'La cinta blanca' pensando en la inmensa Susanne Lothar, actriz con la que ya había trabajado en la citada 'Funny Games' y que entregó aquí una interpretación absolutamente memorable. Sin embargo, el director tuvo que convencerla para conseguir que se sumara al proyecto ya que Lothar pensaba que se trataba de una propuesta demasiado extrema.
Pionera
Entre los múltiples galardones que con toda justicia consiguió 'La cinta blanca', aunque el Oscar no fue uno de ellos, destaca la Palma de Oro del ilustre Festival de Cannes. Un triunfo que la convirtió en la primera película austriaca en la historia en conseguir este célebre galardón.
Buscando distancia
Una de las principales razones por las que Michael Haneke decidió rodar 'La cinta blanca' en blanco y negro fue para tratar de conseguir un efecto de distancia con el público y con la propia historia. Un logro que consiguió con total certeza e inspiración.
Sin nombres
Uno de los elementos más sorprendentes de 'La cinta blanca' es el de no contar con personajes con nombres propios dentro de la propia historia. De hecho, ni siquiera el narrador de la película cuenta con más definición que ser el profesor del colegio.
Viejo amigo
En la versión doblada al francés de 'La cinta blanca', supervisada por el propio Michael Haneke, el actor responsable de interpretar al narrador fue, nada más y nada menos, que el maravilloso Jean-Louis Trintignant, quien tres años más tarde protagonizó la desoladora 'Amor'. Aquí está el inicio de una gran amistad entre el intérprete y el director.