Cuesta añadir algo a todo lo que se ha dicho, escrito y analizado sobre 'La lista de Schindler' desde el momento en el que impactó al mundo entero. Un golpe emocional estructurado en base a la maestría de un director, de nuevo Steven Spielberg, que alcanzaba, al fin, el respeto masivo de la industria más allá de su demostrado e impecable talento para conquistar la taquilla.
La película definitiva sobre el Holocausto, la perfección en fondo y forma, un milagro que contaba con la inestimable ayuda de la composición musical de John Williams y de un reparto perfecto para terminar de redondear el prodigio. Una obra maestra de una belleza que araña el corazón, elegante hasta decir basta, conmovedora sin manipular, implacable a la hora de colocar el nudo en la garganta de un espectador que, décadas más tarde, sigue sintiendo la forma en la que se eriza su piel cada vez que se reencuentra con sus memorables imágenes. El dolor, el respeto. Historia del cine.
A lo largo de este especial, conocemos diez curiosidades de 'La lista de Schindler', una película que no ha hecho más que consolidar su indiscutible estatus de clásico absoluto. Una obra monumental incapaz de envejecer. Siempre importante. Siempre necesaria. Siempre inolvidable. Siempre vigente. Siempre eterna.
Curiosidades de 'La lista de Schindler'
Buscando a Oskar
Antes de que Liam Neeson le convenciera por su dedicación a la hora de enfrentarse al personaje de Oskar Schindler, Steven Spielberg había pensado en Kevin Costner y su gran amigo Tom Hanks para que protagonizaran 'La lista de Schindler'.
La importancia del blanco y negro
Desde el primer momento, Steven Spielberg tuvo claro que 'La lista de Schindler' debía ser una película en blanco y negro ya que ofrecía un mayor acercamiento al género documental, algo que el cineasta consideraba innegociable. Sin embargo, los productores de la cinta se negaron, cambiando de opinión en el momento en el que el director accedió a rodar primero su otro proyecto para el estudio: 'Parque Jurásico'. En cualquier caso, ambas cintas fueron un tremendo éxito de taquilla. Y con razón.
Roman y Martin
Antes de que Steven Spielberg tomara la (inteligente) decisión de rodar 'La lista de Schindler', algo que le llevó bastante tiempo debido a que no estaba seguro de poder enfrentarse a un material dramático e histórico de semejantes dimensiones, los productores de la película contactaron con Roman Polanski, quien se negó al considerar que no estaba preparado para afrontar el recuerdo de los momentos que vivió en su infancia en un campo de concentración, y con Martin Scorsese, quien también dijo que no puesto que pensaba que no podría hacer un buen trabajo siendo un director judío.
Sin Austchwitz
Pese a que Steven Spielberg lo intentó de todas las formas posibles, finalmente no pudo rodar algunas escenas de 'La lista de Schindler' en el campo de exterminio de Austchwitz puesto que las autoridades polacas no se lo permitieron. Esta negativa obligó al cineasta y a su equipo a filmar parte de la película en un escenario escenario construido como una réplica exacta. En pantalla, al menos, funcionó a la perfección.
El apoyo de Robin
El rodaje de 'La lista de Schindler', como el propio Steven Spielberg ha confesado en numerosas ocasiones, estuvo marcado por la seriedad, la emoción, el respeto y la solemnidad, algo tan comprensible como inevitable.
Sin embargo, este ambiente diario terminó afectando de manera directa al ánimo de la mayoría de trabajadores de la película, lo que provocó que el director acudiera a uno de sus mejores amigos en la industria, el inolvidable Robin Williams, para que acudiera al set de vez en cuando para realizar labores de 'apoyo cómico'. De esta forma, y sin pasarse nunca de los límites establecidos por el propio argumento de la cinta, el actor consiguió mantener la sonrisa de todo un equipo.
Cambiando a Ralph
Para meterse en la piel del terrible Amon Goetz, uno de esos personajes absolutamente inolvidables desde la maldad pura, Ralph Fiennes, en la mejor interpretación de su carrera, tuvo que engordar más de quince kilos. Una transformación física a la altura de su talento.
El papel de Wilder
Durante un tiempo, el grandísimo Billy Wilder tenía en mente que 'La lista de Schindler' fuera su último largometraje, pero se le adelantó Steven Spielberg a la hora de adquirir los derechos de la novela en la que está basada la película. Sin embargo, el responsable de 'El apartamento' terminó participando en el proyecto como colaborador del boceto del guion original. Entre genios anda el juego.
Cambio de chip extremo
Como ya hemos comentado anteriormente, Steven Spielberg combinó el rodaje de 'La lista de Schindler' y 'Parque Jurásico', dos propuestas que no podrían ser más diferentes entre sí, pero que, sin embargo, terminaron resultando igual de memorables. Eso sí, cada una en su terreno.
Esta situación fue gestionada por el cineasta con envidiable destreza. Y es que, tras finalizar las sesiones de filmación en Polonia, Spielberg tenía que conectar cada día con el equipo de 'Parque Jurásico' para supervisar, revisar y definir algunas de las principales escenas de acción de la película.
Idiomas
Durante los primeros momentos de elaboración de 'La lista de Schindler', Steven Spielberg tenía la firme intención de rodar la película en polaco y alemán con subtítulos en inglés, pero terminó cambiando de opinión cuando pensó que su reparto no podría dar lo mejor de sí en estas circunstancias.
El rojo real
La niña del abrigo rojo, uno de los personajes más memorables de la historia del cine, existió en realidad. Así lo confirmaba el testimonio de una persona que vivió los terribles momentos que cuenta 'La lista de Schindler': "Cuándo llegué a Plaszow el primer día, me pusieron en un grupo para cavar una tumba inmensa. A continuación, trajeron camiones con niños de doce años en adelante y los mataron a todos. Entre esas personas había una niña rubia preciosa que se sentó en la tumba vestida con un abrigo de pieles blanco esquimal que estaba completamente ensangrentado". Pelos de punta.